CÁDIZ CF

Despacito y buena letra

No debe cundir la alarma a estas alturas en el Cádiz CF: ya han llegado Moha Traoré, David Barral y Marcos Mauro

Pepe Reyes
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Juan Carlos Cordero charla con el cuerpo técnico del Cádiz CF.
Juan Carlos Cordero charla con el cuerpo técnico del Cádiz CF.

A pesar de haber superado ya los caniculares idus de julio y tras haber constatado que la mayoría de los rivales en la categoría han inaugurado con premura el prolijo capítulo estival de fichajes, no debe cundir la alarma. La experiencia constata que no por mucho madrugar amanece más temprano y que lo importante consiste en acertar de pleno con las incorporaciones que se decidan, que éstas supongan verdaderos refuerzos para el equipo. Lo mismo da que éstas se produzcan en los albores del verano o en una etapa ya avanzada de la pretemporada, lo que realmente interesa es que se trate de jugadores desequilibrantes y que vengan a cubrir con garantías los huecos existentes en la plantilla. Por lo pronto, ayer se incorporaron dos nuevos fichajes a la disciplina cadista.

En este aspecto, la mejor noticia hasta la fecha consiste en la ausencia de ofertas conocidas por Álvaro García, cuya salida del club, al margen de los ingresos que pudiera generar, supondría un severo menoscabo deportivo para el Cádiz CF, pues su ausencia obligaría a variar por completo el estilo de juego impuesto por Cervera, que tan buenos resultados ha reportado.

Deberá venir un lateral derecho, que compita el puesto con Carpio, para reforzar una línea defensiva que habría de completarse con la incorporación de un central: Marcos Mauro es el elegido.

Del cuarteto de centrocampistas, se advierte probable la salida de Eddy Silvestre, jugador que no ha gozado del aprecio de la grada y que, dado los precedentes en situaciones similares, le resultaría bastante difícil recuperar la confianza de la hinchada. Con lo que quedaría libre un puesto de centrocampista, en donde se habría que hilar muy fino para decidir al elegido.

Lo mismo ocurre con el decisivo puesto de mediapunta, donde se ha de encontrar al privilegiado futbolista que domine esa zona caliente y vertiginosa en la que se deciden los partidos. Además faltaría un extremo derecho que juegue a pierna cambiada. Hallar el relevo del gran Ortuño de la primera vuelta era la ardua labor. Barral ya está aquí y no será el único.

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