CÁDIZ CF

No le dejan remar

"Desde junio el cadismo anda buscando ese clavo ardiendo al que agarrarse, y no lo encuentra"

José María Aguilera
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La afición no tiene en qué creer.
La afición no tiene en qué creer.

Tras la debacle de San Mamés y el golpe mortal del pasado junio, el cadismo anda buscando ese clavo ardiendo al que agarrarse, al que siempre se aferra para evitar que el temporal de pesimismo y negatividad se lo lleve por delante. El cadismo quiere creer, al menos una gran parte de él pues resulta imposible calificar el sentimiento de toda una masa.

De ahí que se ilusionara cuando empezaron a desfilar por Carranza futbolistas de la talla de Abel e incluso Güiza, pretendiendo esconder esa merma obvia con la salida del tridente mágico amarillo, el de los 51 goles. Le tendía la mano a Vizcaíno, y hasta respaldaba su gestión frente a esos primeros conatos de guerra que han terminado con el enfrentamiento directo con Quique Pina.

Aceptaba en muchos casos que la plantilla era más débil, pero más compensada y equilibrada. Otorgaba una segunda oportunidad a Claudio pese al fracaso del ‘play off’ del que fue responsable directo. Y seguía remando.

El Cádiz CF no ofrecía buenas sensaciones desde el inicio; hasta hoy, en pleno febrero, no las ha ofrecido. El Real Murcia tomaba Carranza, y el UCAM apabullaba a los amarillos, haciendo dudar quién era el grande y cuál el humilde.

La plantilla se desmontaba en enero. Caía uno de los jugadores con más arraigo en la hinchada, Kike Márquez, al margen de un futbolista en baja forma pero sin sustituto como era Garrido. A cambio llegaban viejos conocidos, y se apelaba a esa experiencia y veteranía, a ese oficio que aún no se ha visto por ningún lado.

Ahora se ha quedado a nueve puntos del líder, cuarto clasificado, y es incapaz de ganar a ninguno de los equipos de arriba. Y todavía se hacen cuentas de la lechera y quieren que los cadistas sigan remando. Pero ya no, no, y no es por falta de ganas. Simplemente es que no le dejan.

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