Cádiz CF

La pizarra del UD Almería-Cádiz CF

Victoria amarilla basada en el orden, el sacrificio y la solidaridad defensiva y el acierto rematador de Salvi

Alfonso Carbonell

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José Mari, en el suelo, supo parar el partido cuando peor se puso para el Cádiz CF.

El Cádiz CF no volvió a los orígenes este domingo en Almería. No. El Cádiz CF volvió a los orígenes hace una semana y media ante el Betis. El desastre de Huesca, más en la imagen que en el resultado en sí, hizo mucho daño y, por consiguiente, el corazón quedó golpeado. Tanto, que Cervera comenzó a señalar a jugadores (sin decir nombres) y a achacar al equipo que no se corría como los rivales. Lo hizo con contundencia en sala de prensa y lo hizo también en sus alineaciones. Y, pasada la tormenta, ha vuelto a la calma desde la sensatez.

Ayer en Almería el Cádiz CF siguió con el mismo orden y concierto que se vio ante el Rayo y que se vislumbró también ante todo un Betis de Primera. Ha vuelto el ‘adn’ que desapareció en Lorca y ha vuelto la solidaridad de un equipo que ha tenido que verle las orejas al lobo para volver a apretar. Es la única manera.

1.Once de gala

Poco a poco, las lesiones están dando una tregua al Cádiz CF y su entrenador está pudiendo comenzar a pulir un equipo que tiene en la cabeza pero que por las circunstancias no ha podido estampar en su pizarra. Sin embargo, la vuelta a la normalidad que le ha dado poder volver a contar con sus dos jugadores más desequilibrantes como Salvi y Álvaro García le ha dado el oxígeno necesario para salir de la trinchera y poder poner en jaque a los equipos contrarios ayudándose de la velocidad y el desparpajo de los extremos sanluqueño y utrerano.

Además, Cervera es consciente que Barral tiene que jugar. Por lo que sea, admite que debe hacerse sentir importante a un jugador que puede marcar las diferencias a menos que las cosas le comiencen a salir y, todo hay que decirlo, comience a asimilar las ideas de su entrenador que tanto le cuesta asimilar. Y si Barral tiene que tener su sitio en ese deseado once, otro que parece habérselo ganado con toda justicia es Álex Fernández, que aporta tanta llegada como consistencia al centro del campo.

2. José Mari y nada más

Ha vuelto y se nota mogollón. Pasó el año pasado y está pasando este. El roteño, a marchas forzadas, está cogiendo la forma como buenamente puede consciente -entrenador y él- de que su participación en el once es determinante. Ni Garrido, ni Álex, ni mucho menos Abdullah tienen la jerarquía de un jugador que con su sola presencia dota al equipo de una experiencia y un saber estar sobresaliente. Pasó en Huesca, donde su salida en el descanso frenó el dominio total del conjunto oscense aunque solo tuvo gasolina apenas veinte minutos. Sin embargo, todo indica que a medida que sigan pasando las jornadas, José Mari irá incluso agrandando su figura en un Cádiz CF que sin él parece jugar sin estilo, sin bandera y sin confianza.

3. No cambiar nada cuando todo funciona

Aunque no puede decirse que el Cádiz CF dominase el encuentro, sí puede comentarse que en todo momento se sintió cómodo sobre el campo. Incluso en los instantes en que tras el 2-0 el Almería lo asedió unos minutos e incluso cuando con el empate sin goles el equipo que lleva la voz cantante no era ni mucho menos el amarillo. De hecho, y aunque tuvo más ocasiones que los goles de Salvi, los tantos de este llegaron en dos jugadas aisladas y en pleno y aparente dominio local.

Cervera vio el encuentro con la calma del que se siente que le llegará la oportunidad mientras contempla como los suyos se defienden bien. Por eso mismo, se limitó a hacer cambios de hombre por hombre y hasta le pudo venir bien el cambio forzado de Barral con 0-1 para que Carrillo pudiese bajar más balones para prolongarlos a las bandas. El de ayer fue el típico partido que pudiera ir avanzando al mismo tiempo que el Almería chocaba con una defensa bien ordenada mientras el Cádiz CF podía ir amplificando su ventaja como se pudo ver con las ocasiones claras de Villanueva (de cabeza), de Carrillo (a centro de Álvaro García) o de Perea (también a pase del utrerano). En definitiva, una victoria del Cádiz CF basada en el orden, el sacrificio y el acierto rematador.

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