Cádiz CF

El escudo que habla

Álvaro Cervera no se cansa de adoctrinar al cadismo sin quererlo

Alfonso Carbonell
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Álvaro Cervera, durante el partido del Cádiz CF ante el Numancia.
Álvaro Cervera, durante el partido del Cádiz CF ante el Numancia.

Álvaro Cervera no es un entrenador que ‘pasa palabra’, no huye de los charcos, no los sortea con buenas y bonitas palabras, no va de colega con sus jugadores para quedar bien con ellos, no le tiembla el pulso cuando tiene que decir algo, no es de medias tintas, no figura, no acude al tópico para apagar un fuego… No.

El actual entrenador del Cádiz CF no es del montón y no se parece lo más mínimo a casi todos, por no decir todos, los que por el banquillo local de Carranza han pasado, esos que siempre acuden a su pasado como futbolista para entender y respaldar incluso un mal comportamiento de un pupilo y, de paso, ningunear a la prensa por hacer una pregunta que es de libro pero que para ellos no es más que un gaje del oficio.

Uno más. ‘Una tontería más de estos periodistas que no entienden de nada de este negocio’. No.

Porque cuando alguien falla, se dice. Y cuando uno se equivoca, se recuerda. Y cuando, para colmo, se ha metido la pata delante de toda la masa social del Cádiz CF, se tira de las orejas en público y, en consecuencia, se amonesta. Y eso es lo que ha hecho este mediodía Álvaro Cervera cuando se le preguntó por el incidente entre Álvaro García y Abdullah durante y después del partido ante el Numancia.

El entrenador del Cádiz CF no quiso eludir el mal sabor de boca que dejó los momentos finales de la victoria ante el Numancia con el incidente producido entre dos de sus jugadores. La discusión y el encontronazo entre Álvaro García y Abdullah no ha pasado desapercibido para el técnico a pesar de que, incluso, llegó a destacar que tuvo «la mala suerte de no ver la discusión en el campo» porque, de haberlo visto, quien sabe si hubiera sentado del tirón a los dos muchachos que casi llegan a las manos en pleno campo.

Es cierto que Cervera destacó que se habló en el vestuario, de donde salió un mensaje de disculpas del utrerano, pero desde luego él, el jefe, el que manda, no iba a dejar pasar la oportunidad para decir bien alyo y claro lo que piensa,lo que tiene que pensar un entrenador del Cádiz CF, lo que tiene que sentir, lo que tiene que defender. Y que lo sepa no solo sus muchachos, sino la afición entera, esa que se quedó de piedra cuando en mitad de la celebración de la victoria tenía que tragarse el sapo de que dos de los suyos estaban siendo separados. ¿Pero qué es eso, hombre?.

«Espero que no vuelva a pasar. Esas cosas no pueden pasar en un equipo de fútbol porque es malo para el grupo y para el cadismo. El club tomará alguna decisión al respecto y hablará con ellos». ‘Eá’.

Ahí están sus palabras. Nacido en Guinea, casi que un apátrida sin bandera de equipo en este país (de no ser por la oportunidad que siempre le brindó el Racing de Santander). Un entrenador que llegó sin hacer ruido, que intenta no hacerlo de hecho. Álvaro Cervera es un técnico que se ha ganado el respeto de todo el cadismo en un mes bendito de ‘play off’ pero que sigue sentando cátedra de cadismo sin ser beduino ni del casco antiguo ni de la provincia. Llegado por la mala racha de Claudio, Cervera habla por y desde el escudo. Y lo hace muchísimo más y mejor que otros muchos que lo han defendido sobre el verde y desde el banquillo. Si no fuera por las gafas y su aire de catequista, parecería el mismísimo Jesuli Velázquez.

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