Cádiz Cf

Un verano extraño para Cordero

El director deportivo trabajará en mitad de la guerra entre su jefe y su amigo

Juan Carlos Cordero, Quique Pina y Manuel Vizcaíno brindan a final de 2017.

No debe ser nada fácil trabajar como lo hará este verano el director deportivo del Cádiz CF, Juan Carlos Cordero. Conocido es ya por todo el cadismo, que la situación que mantiene el actual encargado de confeccionar la plantilla del equipo amarillo no es la más idónea para elaborar desde la tranquilidad y el consenso un equipo al que se le apretará de lo lindo tan pronto comience la temporada. Es lo que tiene estar dos años en los puestos nobles de una categoría que el curso que viene se pondrá muy cuesta arriba dado la cantidad de equipos históricos y con grandes presupuestos que competirán.

Para colmo de males, el Cádiz CF está resquebrajado en sus altas esferas y eso no es que sirva de mucha ayuda ni en el vestuario ni en el cuerpo técnico. Desde que el pasado mes de enero el que fuera consejero delegado, ahora consejero raso, ingresara en prisión debido a las investigaciones de la Operación Líbero las cosas se han ido poniendo cada vez peor en cuanto a la relación institucional que mantienen el presidente y Pina. Ambos se han entrecruzado demandas y todo indica que tarde o temprano acabarán encontrándose en los juzgados con el Cádiz CF y Locos por el Balón de por medio.

Pero lejos de que cunda el pánico, la cosa parece ahora más o menos relajada después de que Quique Pina haya optado por permanecer en silencio y no responder a las palabras que dijo hace unos días Vizcaíno. sin embargo, a nadie que siga la actualidad de este embrollo se le escapa que el murciano guarda sus cartas y las sacará una vez se vaya aclarando su situación en la investigación en la que sigue metido y por la que se le ha retirado el pasaporte para que no pueda salir del país.

Entre medias de ambas figuras se encuentra el director deportivo del Cádiz CF, que siempre ha permanecido de lado de su amigo y socio Quique Pina, si bien también ha acabado entendiéndose con el enemigo de Pina por el bien del conjunto amarillo.

Y es que Cordero ya tiene muchos tiros dados. El responsable de la plantilla cadista, para empezar, ha hecho valer ante el presidente el contrato de tres años que firmó cuando Pina aún era el responsable (con firma) en materia deportiva. Tanto es el poder que tiene Cordero que incluso no ha dudado en contradecir ya en varios temas al máximo mandatario.

El primero de ellos fue negándole la continuidad a Barral un día después de que Vizcaíno insinuase que podría tenerla ya que el isleño se había quedado solo a un partido de la renovación automática. Poco después, también contradijo al presidente comentando la posibilidad de estudiar ofertas que llegasen por Álvaro García y Salvi sin atenerse a la cláusula de rescisión, marcadas ambas en ocho millones de euros. En este tema, Vizcaíno también ha sido esclavo de sus palabras ya que ha asegurado que no venderá a ninguno de ellos sino es por lo que dice sus cláusulas.

Lejos de que llegue la sangre al río, Vizcaíno también está siendo astuto y está dejando trabajar libremente a su director deportivo. Tan libre que incluso permite que su ‘enemigo número uno’ y como no puede ser de otro modo, fiel colaborador de Cordero, ya esté gestionando posibles traspasos de jugadores. Ha eso se ha encargado siempre Pina y a eso se va a seguir encargando desde la sombra.

Una buena prueba de que Vizcaíno no quiere entrar en problemas con su director deportivo es que no suele aparecer junto a él en ninguna comparecencia para no dar una imagen inadecuada y que le pueda generar un problema de celos con el que fuera (y es) su socio en Locos por el Balón.

Solo así se entiende su presencia el pasado martes en Valencia, donde estuvo hablando con Mateo Alemany sobre una posible venta de Álvaro García al cuadro de la capital del Turia.

Como no puede ser de otro modo, Cordero seguirá apoyándose en su gran valedor para hacer una plantilla en la que se seguirá notando claramente la mano del murciano.

La guerra fría que mantienen Pina y Vizcaíno desde hace tiempo está cogiendo en justo en la mitad a un Cordero que sabe bien trabajar sobre las trincheras y esquivar un posible amigo. Este verano, sin duda, se le presenta una nueva misión complicada y que tratará de gestionar como mejor sabe.

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