CÁDIZ CF

(VÍDEO) Una fiesta de Primera, pero con el freno de mano echado

Alrededor de 2.000 cadistas se dan cita en las Puertas de Tierra, donde se respetan a regañadientes las normativas anti Covid-19

ALFONSO CARBONELL

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Fue con el 0-3 del Oviedo en La Romareda cuando la Avenida se comenzó a animar. Los primeros claxones, tímidos al principio, empezaron a dejarse oír con el beneplácito de la Policía Local y Nacional, que después de lo del sábado en el Carranza, ya estaban apercibidos. El Cádiz CF marchaba rumbo a Primera. Era cuestión de minutos.

De hecho, furgones de ambos cuerpos de seguridad comenzaban a eso de las once y media de la noche a tomar sitio en los alrededores de las Puertas de Tierra, valladas y sin agua para la ocasión como no podía ser de otro modo con una pandemia de por medio.

Entre los asistentes a la fiesta cadista había de todo. Jóvenes y más jóvenes, como Fran, de 14 años y socio del Cadiz CF, y Alejandro, de 12. Obviamente, ninguno de ellos ha vivido con el Cadlz CF en Primera. «Recuerdo el ascenso contra el Hércules, sí. Ahora vamos a disfrutar de los mejores», comentaba Fran, acompañado por los padres de ambos.

Visto lo visto, oído lo oído y meditdo lo meditado, lo más lógico fue lo que se estuvo viendo tocadas las doce de la noche. Por aquel entonces ya había ganado el Oviedo en La Romareda al Zaragoza (2-4) y el Cádiz CF, ahora sí, era de Primera. Y eso no era otra cosa que cadistas, todos o casi todos ataviados con sus respectivas mascarillas, desperdigados por la plaza que acoge las Puertas de Tierra y una procesión de vehículos que hacían sonar sus claxones mientras echaban a volar banderas, bufandas y toda prensa amarilla que tuvieran a mano.

No faltaron los petardos, alguna que otra bengala que asustó a más de uno, pero todo en una euforia más o menos controlada y sin el frenesí y desatada locura que se vivió en el recibimiento del equipo el día anterior.

Lo cierto es que quitando al grupo más bullanguero y juvenil que se hizo con el terreno central de la Plaza de la Constitución, donde entonaron los 'clásicos básicos' de Brigadas, el personal concentrado se comportó de la manera más cívica posible contando que había una fiesta que no se vivía desde hace 15 años.

Pasadas las doce de la noche, la policía decidió cortar el tráfico ante el cúmulo de aficionados que ya estaban congregados en la Plaza de la Constitución. La noche fue intensa, aunque no como hubiese sucedido en una situación menos atípica. Alrededor de 2.000 cadistas se habían cita en las Puertas de Tierra, donde se respetaban a regañadientes las normativas anti Covid-19. Muchos de ellos hacían caso omiso las medidas de seguridad.

La traca final llegó a la una de la mañana y con eso el cadismo se dio un hasta luego porque esto de la fiesta del asenso, por mucho coronavirus que haya, no se ha quedado aquí.

Mientras, a algunos kilómetros, el Cádiz CF festejaba a lo grande su proeza en El Rosal. Era una noche para el recuerdo.

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