CÁDIZ CF

Sevilla Atlético-Cádiz CF: Paz deportiva en plena batalla

El equipo amarillo, con sus efectivos disponibles y muchas dudas, necesita dar buena imagen en Sevilla para no enfurecer la tormenta

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Dani Güiza en un entrenamiento
Dani Güiza en un entrenamiento

En el Cádiz CF (Club de Fútbol) se habla de todo menos de ésto, de fútbol. El balón, en el tejado de unos y otros, queda en un segundo plano ante la tremenda guerra institucional que se libra entre Pina y Del Nido, con Buitrago y Vizcaíno en primera línea de batalla. Es la lucha por el poder en una institución ruinosa pero con potencial, a tenor de tantos intereses creados.

Aún así, por suerte o por desgracia quienes manejan los destinos en este deporte no lo hacen desde la cárcel sino sobre el terreno de juego. A los verdaderos clientes del Cádiz CF, a los abonados y cadistas en general, lo que realmente le interesa es que su equipo gane. Un domingo sí y otro también, que despliegue un buen juego si es posible y que por supuesto ascienda a Segunda División.

Así que paren el fax, no envíen más comunicados, porque este domingo (11.30 horas) le toca a hablar a los auténticos protagonistas del negocio.

A ello se aferra el actual presidente, el sevillano, al que los últimos ataques le han dejado tiritando pese a que le ampara la Ley de Sociedades Anónimas. Pero el mejor espaldarazo se lo tiene que dar sus futbolistas cosechando un triunfo en la Ciudad Deportiva de la que es precisamente su ‘casa’, o al menos puntuando y dejando buena imagen ante el filial más completo del Grupo IV.

Cuestión de cabeza

No será fácil. Porque sin duda esta marejada va a afectar, sino está afectando ya, al devenir del equipo amarillo. No es una excusa, es simplemente una realidad. La cabeza del pelotero ha de estar únicamente en lo que acontece sobre el verde, y este lío institucional, tan enconado, tan confuso, se habrá colado por las puertas del vestuario.

Y si el vestuario anduviera sano, con fortaleza se superarían tales golpes. Pero llega achacoso, falto de confianza, abúlico y deprimido. Ni Claudio lo entiende, y refiere un problema de carácter psicológico. Tras un inicio aceptable, en ocasiones notable (ante Algeciras y Villanovense), ha encallado y las buenas sensaciones se han trocado por las peores. La buena clasificación (tercero, a tres puntos del líder) mantiene el genio a raya de una afición que solo ve nubarrones.

Porque este equipo no transmite. Ya no es cuestión de nombres. Ni los titulares consolidados responden ni los pujantes suplentes inyectan ilusión. El resultado es el mismo, juegue quien juega. Como ansiaba el técnico pero para mal.

Pese a ello, el Cádiz CF no se ha descolgado. La distancia con el líder es mínima y este mismo domingo se enfrenta el UCAM con el segundo, su vecino Real Murcia. Una oportunidad para recortar distancias con uno o incluso con los dos.

A los números se aferran para cambiar las sensaciones. Precisamente, en la Ciudad Deportiva del Sevilla resucitaba el Cádiz CF de Calderón con un excelente partido, si bien el fuelle le duró pocas semanas más. El hispalense no es un filial al uso. Sorprende su exigencia competitiva (la marca un primer equipo de ‘Champions’), y es que con más eficacia que espectáculo es cuarto en la tabla y el mejor de los cachorros.

Una salida realmente complicada que Claudio afrontará con todo su ejército al completo. Juanjo y Salvi arrastran molestias, y especialmente es preocupante el estado del lateral murciano, imprescindible por lo poco que ha jugado. Aunque el míster ha adoptado una extraña filosofía de cambiar a los jugadores en bloque, con cuatro o cinco variaciones por encuentro, sabe que se la juega y eso le lleva a apostar por sus mejores hombres.

Mantecón o Garrido

La única duda descansa en mediocampo: mantener a Mantecón pese a su nula respuesta en año y medio en tal posición o recuperar a Garrido tras el castigo de la pasada jornada. El de Barakaldo, mal, como casi todos, al menos es un valor algo más seguro. Abel juega también porque no hay otro de sus características. Y arriba, el talento de Hugo, Machado, Kike y Güiza, con la confianza de que aparezca con asiduidad y no sean estrellas fugaces.

Mimbres de sobra para doblegar a un Sevilla Atlético que se asemeja en que tiene mejor clasificación que sensaciones. José Antonio guarda la portería y le escolta una defensa rocosa en la que sobresale el gaditano Diego González, el más firme valor de la cantera gaditana, ahora en manos del rival. Lasso e Ivi ponen calidad en tres cuartos y Carlos Fernández es garantía de gol. Son jóvenes, pero en Nervión ya no se andan con chiquitas. La obligación es ganar hasta en los querubines. Como en el Cádiz CF. Que sabe que es el momento de dar un golpe en la mesa.

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