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Recreativo y Cádiz CF, dos trayectorias paralelas

El 'Decano' atraviesa por la misma incertidumbre en el plano institucional que azotó al club cadista años atrás

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Manolo Vizcaíno y Fran Canal en una Junta de Accionistas
Manolo Vizcaíno y Fran Canal en una Junta de Accionistas

Recreativo y Cádiz CF trazan trayectorias paralelas en el plano institucional en los últimos años. Los problemas económicos, el cambio de manos de sus acciones, la incertidumbre y el desconocimiento se han repartido en los últimos tiempos a partes iguales tanto en la entidad de Carranza como en la del Nuevo Colombino.

El ‘Decano’ del fútbol español se encuentra inmerso en estos momentos en un proceso de compraventa cerrado a finales del pasado mes de junio, que aún en la actualidad genera muchas incógnitas. El 75% del paquete accionarial del club, en manos de Gildoy España, entidad representada por Pablo Comas y el empresario uruguayo Víctor Hugo Mesa, pasó a formar parte de un fondo de inversión hispano-mexicano del que poco se conoce.

Se sabe que el compromiso con los ya antiguos dueños era el de hacer frente a las deudas inmediatas del club para evitar su desaparición, y de momento se está cumpliendo. En caso de ascenso a Segunda, los nuevos dueños deberán abonar a Mesa los cuatro millones que el uruguayo ha desembolsado en el club desde su entrada.

La llegada de Gildoy a Huelva se asemeja a la que se produjo en Cádiz con Sinergy, cuya cabeza visible era el italiano Alessandro Gaucci. Entonces, los nuevos dueños, que se hicieron con el paquete accionarial que controlaba Antonio Muñoz, a ojos de la afición iban a ser los salvadores, pero con el paso del tiempo y tras su gestión desafortunada, la situación del club no hizo sino empeorar.

Concursos y cambios de dueños

El grupo liderado por Mesa y Comas entró en escena en Huelva en enero de 2012, cuando el Recreativo se encontraba inmerso en un proceso concursal en el que había entrado en septiembre de 2010 tras acumular cerca de once millones de euros de deuda con Hacienda y numerosas cantidades pendientes con diversos acreedores que sumaban al montante otros siete millones de euros. El club marchaba a la deriva y tuvo que ser el consistorio onubense, a través de la empresa municipal Huelva Deporte, la que mediara para evitar la desaparición del Decano. El Juzgado aprobó una quita del 50% de los créditos ordinarios y se planteó un calendario de pagos por el cual el club desembolsaría alrededor de 1.700.000 euros durante ocho temporadas, correspondientes a la negociación con la Agencia Tributaria más la restante con los demás acreedores.

En ese marco apareció Gildoy, que desembolsó 3,2 millones de euros en una subasta pública controlada por la mesa de contratación del Ayuntamiento para hacerse con el 75% de las acciones. El otro 25% sigue, todavía en 2015, bajo el control del ente municipal.

Dos años y medio después de su aterrizaje en Huelva, Gildoy no fue capaz de sacar a flote al Recreativo, lo mismo que sucedió en Cádiz bajo el ‘mandato’ de Sinergy, también con un proceso concursal como telón de fondo del que el club gaditano ha salido recientemente, tras más de un año de gestión de Locos por el Balón.

Desde junio, un grupo inversor hispano-mexicano controla los designios del equipo que será rival mañana de los amarillos. Según trascendió en la prensa local, Mesa les dio prioridad ya que, al parecer, adelantaron algo más de un millón de euros en abril para que el club pudiera hacer frente a las nóminas atrasadas con empleados y jugadores. De los nuevos dueños solamente se les pone cara a Álvaro Roncal, que ejerce de consejero delegado, y Sebastián Rivero, representante del mencionado fondo de inversión.

Lo primero que hicieron fue abonar las deudas pendientes con jugadores y personal no deportivo para evitar el descenso administrativo a Tercera, que se habría consumado de no haber satisfecho dichas cantidades antes del pasado mes de julio.

Levantado el último ‘match ball’

La tranquilidad se instala poco a poco en tierras onubenses, al igual que sucediera con la entrada en Cádiz del grupo cuya cabeza visible es Manuel Vizcaíno. Desde que tomaran las riendas, el club ha ido dando todos los pasos necesarios para salir con éxito del concurso, con los acuerdos con Hacienda, Seguridad Social y, el último, con el Consistorio, firmado días antes de la celebración del Trofeo Carranza.

El grupo de trabajo de Vizcaíno también consiguió evitar que el Cádiz tuviera que abonar el aval de 200.000 euros a la Federación para poder participar en Segunda B esta temporada. El Recreativo, por su parte, evitó ayer, 24 horas antes de que terminase el plazo, la suspensión de los derechos federativos que mantenía, al abonar la misma cantidad por una deuda contraída con el ex entrenador José Luis Oltra y su cuerpo técnico.

Tras años de zozobra, la luz parece asomarse al final del túnel para dos clubes históricos con trayectorias paralelas, que el sábado se cruzan para poner la primera piedra del que debe ser el año de su renacimiento con el retorno a Segunda.

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