CÁDIZ CF

(Previa) Nástic-Cádiz CF: Como si fuera el líder

Cervera aprieta a su equipo, que llega lanzado a la cancha del Nàstic pero con la sensible baja de Alvarito y el temor a la relajación ante un rival irregular

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Abdullah no podrá viajar a Murcia.
Abdullah no podrá viajar a Murcia.

Ganada la confianza, queda eliminar el exceso. Ni la carencia ni la abundancia, la virtud radica en ese término medio. El Cádiz CF se aleja del equipo timorato de Vallecas o Lugo, pero debe huir también de la autocomplacencia o de signos evidentes de ella como los mostrados en los instantes iniciales ante el Alcorcón.

En tal menester anda el míster Cervera, que cerraba el grifo de la euforia tras la riada de goles ante el Alcorcón y la señal de peligro lleva instalada en el vestuario desde el mismo domingo.

¡¡¡Como ante el líder!!! Hace dos semanas, los amarillos visitaban al todopoderoso Levante ataviados con sus pinturas de guerra y batallaban por un punto con toda la energía del humilde.

Esa misma actitud, el hambre de Valencia, la garra mostrada ante los granotas se han de emular frente a una escuadra que se encuentra en las antípodas de la clasificación.

El Nàstic de Tarragona es colista destacado ya por tiempo en barrena, brillante farolillo rojo pero, como sucede en esta categoría, un embuste. Una farsa. Ni los de arriba son invencibles ni los de abajo una panda de tuercebotas.

El conjunto que ha forjado Vicente Moreno desde las catacumbas del balompié incluso soñaba el pasado curso después del ascenso a Segunda con una gesta aún mayor. Pero esta vez ha empezado con mal pie. Un paso irregular que le obliga a caminar tocado; cuesta enderezarse, pero puede hacerlo en cualquier momento.

No es casualidad que cuando se destacaba por abajo se reenganchara de nuevo a la pelea con dos victorias consecutivas ante Mirandes y Getafe. Eso sí, la derrota en Reus supone ese resbalón inoportuno, esa caída dolorosa ante el vecino que tumbó psicológicamente a los pupilos del xerecista.

Si supera el golpe anímico, el Nàstic es un plantel equilibrado, peligroso en su cancha aunque con dificultades en vanguardia para traducir en gol todo su fútbol. Eso distingue a los de arriba y los de abajo, la pegada marca la diferencia.

Bajas importantes

El Cádiz CF mantendrá la suya gracias al buen momento del pichichi Ortuño, pero echará de menos a su compi en las diabluras. Alvarito descansa. No puede más. Cada tarde termina con calambres, fatigado, con la espalda encorvada y las manos apoyadas en las rodillas. Necesita oxígeno y reposo para no romperse, y Aitor, en estado de gracia, le podría dar ese descanso.

Las otras dos ausencias afectan a la línea defensiva si bien son perfectamente subsanables por el parejo nivel de la competencia. Brian Oliván retoma su lugar en el carril izquierdo, el que perdió por una lesión, precisamente por el mismo dolor que ahora sufre su compañero Luis Ruiz. Y Sankaré no ha mejorado de su traumatismo en la rodilla así que Migue repetirá esta vez con la compañía de Aridane en el eje.

La principal novedad apunta a un movimiento táctico aplaudido en la segunda parte con el Alcorcón. Un centro del campo poblado con tres hombres de diferentes características y distintas funciones. Garrido será el ancla, José Mari sacará limpio el balón y Abdullah tendrá que conectar con el tridente ofensivo. La competición exige que el francés dé ese paso al frente que todos esperan para consagrarse como el jugador talentoso que deja ver con cuentagotas.

Un rival correoso en su estadio

El Nástic es el último pero sólo ha perdido un encuentro en su estadio. En el fortín catalán se crece, aumenta sus prestaciones. Genera fútbol, a Moreno le gusta mandar sobre el césped aunque la ansiedad le ha impedido trasladar la idea del banquillo al terreno de juego.

El capitán Molina se queda en la grada al ser expulsado en Reus y Lopo cumple su último partido de sanción tras insultar al árbitro. Madinda y Tejero forman un doble pivote irregular, inconsistente, nada que ver con el pasado año, y arriba se echan en falta los goles de Naranjo. Aún así, cuentan con la extrema eficacia de Juan Muñiz en las acciones a balón parado, pues ha marcado tres ‘chicharros’ de falta directa en cuatro intentos. Ni Messi ni Cristiano poseen tal nivel de efectividad.

Su momento es un arma de doble filo. Se juegan muchísimo, más que el Cádiz CF, y esa necesidad marcará el choque. Los minutos corren en contra en un estadio que históricamente se le da bien a los de Carranza, con una página negra pero muchas amarillas. Conseguida la tranquilidad, en Tarragona descansa la ilusión. Porque con muy poco los cadistas están dispuestos a soñar.

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