CÁDIZ CF

Osasuna-Cádiz CF (1-0) Reacción sin recompensa

Perea activa a un timorato equipo amarillo con su entrada en la segunda parte, pero los puntos se quedan en El Sadar con el gol de Fran Mérida

ANTONIO VALIMAÑA

Cifuentes no pudo evitar el gol de Fran Mérida.

El paso al frente no fue suficiente en El Sadar. Y eso que Cervera y sus hombres no merecieron marcharse de vacío de Pamplona, donde murieron con las botas puestas. Pero donde también desaprovecharon 45 minutos.

Después de un soporífero primer tiempo en el que el   Cádiz CF no fue el Cádiz CF,  el decorado cambió por completo en el segundo periodo con un Perea sublime. El manchego dio otro aire a los amarillos durante los 45 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Sin embargo, ya no fue posible evitar la derrota. El gol de Fran Mérida decidió la balanza.

Al final, y sobre el papel, una victoria en los últimos siete partidos o tres encuentros sin marcar son síntomas más que evidentes del mal momento que viven los amarillos. De soñar con el ascenso directo se ha pasado a sufrir por cada punto que mantenga al equipo en el 'play off'. Pero con el vaso medio lleno también se comprueba que esta escuadra tiene mimbres para luchar por todo si sus mejores hombres están entonados.

De inicio apostó Cervera por un once muy parecido al puesto en liza ante el Lorca hace una semana. Idéntico era atrás (volvió a apostar por Rober Correa y Mikel Villanueva como laterales) y arriba (otra vez Jona como ariete), pero no en la sala de máquinas. Y es que en esta ocasión el míster cadista buscó dar consistencia defensiva al centro del campo con Garrido y el exrojillo Fausto Tienza , que regresaba semanas después a la que fue su casa y se presentaba como gran sorpresa en el once del Cádiz CF. La calidad tenía que ponerla Álex, que también aportaría trabajo. Se quedaban fuera Abdullah y Perea. El mensaje era claro: robar y salir.  'Made in Cádiz CF'. Tuvo que cambiar a la mitad del camino, aunque fue tarde.

Si Fausto Tienza jugaba ante sus excompañeros, no lo hacía de inicio Aridane , que tomó el rumbo opuesto el pasado verano. Sus continuos errores, para desesperación de la parroquia rojilla, le llevaron a la suplencia. Unai García y Oier eran los elegidos atrás por Diego Martínez, un técnico que apostó por el ataque con David Rodríguez y Quique, sin dejar a un lado la calidad de los Borja Lasso, Lucas Torró o Fran Mérida. Tenía para elegir. El presupuesto se lo permite.

Golpe de timón

Fue esa calidad de los navarros en la medular la que desniveló la balanza. Y lo hizo a través del balón parado, esa faceta tan determinante en LaLiga 123. Nada demasiado interesante había sucedido hasta entonces en un encuentro marcado por la igualdad y las imprecisiones, pero Fran Mérida se encargó de cambiar el decorado poco antes del primer cuarto de hora.

El centrocampista catalán de Osasuna aprovechó un golpe franco directo desde el lateral del área, previa falta de Mikel Villanueva sobre Kike Barja. La apuesta le empezaba a salir mal a Cervera. Fran Mérida hizo el resto con un chut magistral que evitó la barrera y acabó alojándose por la escuadra cadista después de superar la notable estirada de Cifuentes. Poco pudo hacer el guardameta menos goleado de la categoría de plata. Mazazo.

Pero ni el gol de bella factura de los locales mejoró un partido tedioso y soporífero. Otro más del Cádiz CF en las últimas fechas, tal y como ya había sucedido en Alcorcón y Soria. De hecho, el único acercamiento peligroso del equipo gaditano llegó pasada la media hora y tras una indecisión de Lillo al ceder el balón con la testa. Al intuitivo Alvarito le faltaron centímetros para llegar a un esférico que llegó manso a las manos de Sergio Herrera, el héroe de la primera vuelta desde los once metros. El mismo que no había aparecido esta vez hasta esa ocasión. Todo quedaba dicho.

Y menos mal que la renta al descanso fue mínima, pues Cifuentes tuvo que sacar una mano providencial a ras de suelo para mandar a córner un disparo de David Rodríguez tras otra jugada por la banda defendida por el venezolano Villanueva.

El Cádiz CF era en esa primera mitad un espejismo de ese equipo que enamoró a propios y extraños a finales de 2017. Cervera venía advirtiéndolo desde enero y cada semana (salvo excepciones) queda más claro. Sobre todo lejos de la Tacita de Plata.

Sin noticias arriba, la consistencia ya tampoco daba para puntuar. Sucedió en Alcorcón, luego en Soria y ahora en Pamplona. Allí, en El Sadar, un golpe de talento era suficiente para liquidar a un Cádiz CF plano, impreciso e inofensivo.

Cervera cambia la apuesta

Había que dar un paso al frente y Cervera no lo pensó. Su apuesta por Fausto Tienza no había salido como pensaba y el extremeño dejaba su puesto a Perea. Y acertó. Vaya si acertó.

El Cádiz CF fue otro con el centrocampista manchego y con él llegó la primera gran oportunidad amarilla del encuentro. Fue también a balón parado, con un lanzamiento de falta desde la frontal que Sergio Herrera despejó con una notable estirada. 

Poco después, en otro golpe franco directo que él mismo se fabricó, acabó con un centro que Garrido remató alto de cabeza. Por aquel entonces, Cervera ya había puesto toda la carne en el asador al dar entrada a Barral y Carrillo por un ausente Jona y un superado Mikel Villanueva. Quedaba media hora para el final y el míster se quitaba de un plumazo su condición de 'amarrategui'. Iba a la guerra con todo.

El acoso amarillo era una realidad, siempre con Perea como jefe de operaciones. El de albacete recuperaba sus mejores sensaciones, las que ya demostró ante el Oviedo. Y así vinieron una ocasión a la que Carrillo no llegó por poco tras un centro de Salvi (67'), un potente chut de Álex que se marchó cerca de la escuadra (70') y un saque de esquina de Perea que blocó con ciertos apuros Sergio Herrera (72').

La insistencia era cada vez mayor con un Osasuna agazapado ante un Cádiz CF superior.  Fue entonces cuando Salvi dispuso de una buena ocasión tras asistencia de Perea que evitó la zaga local. Como también evitó Oier un remate de Carrillo tras centro de Álvaro García cuando el ariete murciano ya se imaginaba su remate.

En ese asedio, Garrido tuvo otra oportunidad con su testa en el área pequeña , mientras que Salvi y Alvarito colgaban centros al área de un Osasuna que se acercó a la meta de Cifuentes con un chut lejano.

Los navarros, con Aridane sobre el césped para perder tiempo, pedían la hora a gritos y Barral reclamaba un penalti que López Toca no decretó.

El Cádiz CF caía en El Sadar, pero lo hacía con las botas bien puestas después de un meritorio segundo tiempo en un escenario de altura. La reacción puede llegar en cualquier momento.

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