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Michu: el hijo pródigo amenaza al Cádiz CF

Rutilante estrella del fútbol español, lucha por reencontrar su esencia en el Oviedo tras su paso por Tercera y es el gran argumento ofensivo

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Michu, una de las estrellas de esta categoría.
Michu, una de las estrellas de esta categoría.

Miguel Pérez Cuesta 'Michu'(Oviedo, 21/03/1986) es el mejor exponente de que el fútbol, como la vida, sólo se ciñe al presente. 17 goles con el Rayo Vallecano en Primera, 35 con el Swansea galés y una Curling Cup, periplo en el Calcio e internacional con la selección española de Vicente del Bosque. Un pasado glorioso al que sólo hay que remontarse dos años, un par de temporadas, cuando el asturiano era uno de los delanteros más cotizados del fútbol patrio.

Pero su tobillo, frágil como la existencia humana, se rompió. Dos operaciones, en Oporto y Vitoria, y un ligamento maltrecho de por vida. En apenas unos meses, la perla rubia que soñaba con ayudar con sus goles a la Roja en el Mundial de Brasil, descendía a los infiernos del balompié. Tras bajar el rendimiento con el Swansea y no contar con minutos en el Napoli, Michu sólo se fijó una meta: volver a sentirse futbolista, recuperar las mejores sensaciones.

Comprometido con su tierra, embajador de Oviedo y por ende de Asturias, decidía ponerse a punto en el Langreo de Tercera División, donde entrenaba su hermano Hernán. Fue difícil. "Lo más duro es aceptar que las molestias nunca desaparecerán", reconocía el protagonista ante los medios. Aún así, su innegable calidad, su olfato, su visión de juego, su movilidad, se imponían y el ariete lideraba al cuadro norteño con 12 tantos que para su desgracia no desembocaban en el soñado ascenso.

Aún sin reponerse del golpe, surgía la posibilidad esperada, el sueño que se escondía al final de su camino: el retorno del hijo pródigo al Real Oviedo. "Mi deseo es acabar la carrera en el Oviedo", repetía constantemente. Este verano el club carbayón le abría las puertas merced a la insistencia del técnico Fernando Hierro, y si su tobillo funcionaba tendría dorsal con su nombre sobre el número en la Liga 1/2/3.

La competencia es tremenda. La artillería pesada de los azulones asombra y asusta. Miguel Linares (ese pichichi incombustible en Segunda B), Toché y ahora Jonathan Pereira. Michu debutaba en Copa del Rey frente al UCAM Murcia y en su estreno se destapó con dos goles. No marcaba desde su época en el Swansea.

Una alegría para los hinchas del Tartiere, una amenaza para un Cádiz CF que sabe por experiencia en sus propias filas que los viejos rockeros nunca mueren. Cumplió su sueño y dejó una promesa: desea retirarse con el club de su vida en Primera División.

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