Cádiz CF

Mallorca, un histórico 'tocado' que mira de reojo al ascenso

El cojunto que entrena Fernando Vázquez gusta de un fútbol de posesión y toque como herramientas para pelear por lo máximo, y cuenta con una plantilla de garantías armada a base de talonario

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El Mallorca se concentró esta pretemporada en Holanda. / RCD Mallorca
El Mallorca se concentró esta pretemporada en Holanda. / RCD Mallorca

En Mallorca las exigencias son máximas, porque en la memoria de la mayor parte de la afición todavía perviven recuerdos de los tiempos en los que el club balear se codeaba con los más grandes de España, competía ofreciendo buena imagen en Europa, algunas de las estrellas internacionales más cotizadas vestían su camiseta e, incluso, ganaban algún título.

Es por ello que la palabra ascenso retumba de fondo aunque la pasada campaña el equipo estuviera a punto de pegarse un batacazo histórico y hundirse en el pozo de la Segunda B, del que solamente lo separaron dos puntos. La gestión del grupo inversor americano que maneja sus hilos ha sido muy criticada en la isla, por lo que esta temporada han confiado en un mallorquinista reconocido como Monti Galmés para recuperar el sentimiento bermellón en la ciudad, y que se vuelva a sentir el calor de la hinchada para con un equipo despersonalizado desde un tiempo atrás.

El propio presidente, que se estrena esta temporada, ya ha llegado a reconocer que el objetivo es volver a Primera, aunque Galmés no quiere que la necesidad se convierta en una presión mal entendida que pueda afectar a los intereses del colectivo. Por ello, anuncia que no hay plazos impuestos para la consecución de tal cometido.

Aunque dichas exigencias se palpan en el ambiente. La grada pareció dictar sentencia contra Fernando Vázquez cuando el Mallorca terminó perdiendo en su estreno en el Iberostar Estadio ante un desconocido y recién ascendido Reus. Un accidente propio de las alturas de la temporada, e incomprensible por lo que se vio sobre el terreno de juego.

Las críticas acucian a un equipo al que se le quiere ver arriba, y no abajo como el curso pasado, y a un entrenador que ya ha pedido paciencia públicamente en varias declaraciones. Vázquez se ganó la confianza de la dirección deportiva al lograr salvar al equipo en la última jornada el pasado mes de junio, y ahora es quien comanda un proyecto que busca romper con la crisis deportiva que ha llevado al Mallorca a permanecer en Segunda las cuatro últimas temporadas.

Y para ello se ha conformado una plantilla ideada para soportar las exigencias de una temporada muy larga y para llevar el peso en todos los partidos, al menos los que se disputen en casa.

La renovación del plantel ha sido amplia y ha empezado desde la portería, en la que el dueño y señor tiene que ser esta temporada Roberto Santamaría. Se trata de un guardameta de 31 años nacido en Pamplona, con experiencia en Primera y Segunda, que han rescatado este verano de la Ponferradina. El navarro se estrenó con la titularidad ante el Reus por lo que, en principio, parte con ventaja sobre Cabrero, quien debe ser su competidor.

Igualmente, se han firmado nombres importantes para la defensa, como es el caso de Antonio Raíllo, que militó la pasada campaña en el Espanyol, o Ansotegi en la Real Sociedad. Futbolistas con galones que deben liderar una zaga en la que no se han de realizar concesiones, y que debe convertirse en el muro desde donde se fundamente el esquema de fútbol control que quiere plantear Fernando Vázquez. La perla que cierra el círculo en la retaguardia es Pleguezuelo, futbolista cedido por el Arsenal llamado a crecer esta temporada con el escudo del cuadro bermellón en el pecho. Oriol y Company, que permanecen de la pasada campaña, van a tener una dura competencia con ellos.

Muchos kilates y múltiples opciones tiene Vázquez para componer el centro del campo. Se ha confiado en la experiencia del ex del Málaga, Deportivo y Getafe como Juan Rodríguez, que debe llevar la batuta de un equipo en el que el excadista Héctor Yuste o Culio, todoterreno que ya sabe lo que es ascender con Las Palmas y que ha sido un pilar fundamental en Zaragoza, han de ejercer como sus escuderos. Moutinho, que regresa tras su cesión en Tenerife y no podrá jugar ante el Cádiz CF por sanción, Salomao o Lago Junior conforman la apuesta de futuro que ha realizado el club en esta parcela, junto con un jovencísimo Brandon que ya se ha convertido en la gran esperanza mallorquinista. Juan Domínguez ha de ser el arquitecto y para ello se le ha fichado a golpe de talonario desde el Deportivo. Y todo ello mezclado y bien conducido debe convertir al Mallorca en un equipo que mande y asuste esta temporada.

Pólvora, desde luego, va a tener de sobra en la delantera. Adrián Colunga, refuerzo de lujo en el mercado de invierno de la pasada temporada tras su paso por Granada y Getafe, en Segunda, ha de ejercer como la referencia ofensiva. Se ha firmado a Dejan Lekic para apuntalar el ataque, confiando en los buenos números que el balcánico firmó el curso pasado con el Girona. Óscar Díaz, un futbolista contrastado en Segunda que llegó a jugar en el Xerez, es otra de las apuestas de la dirección deportiva, que ha confiado en él tras su buen año en el Numancia.

Un plantillón el que maneja Fernando Vázquez para pelear por un objetivo ambicioso como el del ascenso, y que tendrá un nuevo reto este domingo en su visita al Ramón de Carranza, donde el Mallorca querrá olvidar su tropiezo liguero ante el Reus.

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