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Linares-Cádiz CF: Muchas dudas y una certeza

El Cádiz CF se juega en Linares el regreso a la tranquilidad... y el estado de nervios

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Güiza, Garrido y Josete tienen muchas posibilidades de jugar en Linares.
Güiza, Garrido y Josete tienen muchas posibilidades de jugar en Linares.

El Cádiz CF se ha metido en una ciénaga. El solito, empujado por muchos, pero dando el paso para sumergirse en este lodazal. En Segunda B, este club posee una capacidad autodestructiva impresionante; es una fuente de generación de problemas que cada año paga las facturas del curso anterior, y del otro, y del otro.

Arrancaba bien, con victorias en Carranza y empates a domicilio, con un excelente caminar por la Copa, la hinchada empezando a creer, cambiando los pitos por aplausos… y de un golpe todo se resquebrajó. Lo deportivo y lo institucional, primero lo segundo y luego lo primero, el huevo y la gallina y con una clara retroalimentación.

Y de la sonrisa en las caras se ha cambiado el rictus.

Han aparecido las dudas y eso es letal, porque caer es mucho más fácil que levantarse. La defensa es insegura, genera ansiedad y nerviosismo en el resto. El centro del campo no conecta los hilos entre la zaga y una delantera con poco gol y desborde. En ocasiones, parece que a este equipo se le ha olvidado jugar al fútbol, por lo que es una cuestión de cabeza y no de piernas, de psicología y no de táctica.

Muchas dudas y una certeza: si el Cádiz CF no da la talla en Linares, que se preparen para aguantar el tsunami. La historia es cíclica y en la Tacita se repite con demasiada frecuencia y sobre todo cada muy poco tiempo. Entrenadores con el crédito de Claudio lo han perdido con extrema velocidad en cuanto han encadenado tres malos resultados, y está en él mismo y sobre todo en sus futbolistas esquivar ese camino que conduce al patíbulo. El que no pudieron sortear Agné o Calderón, más recientes.

El de Manises podrá presumir que ninguno de sus pupilos se borra, típico en tales circunstancias. Es más, el mal ambiente es una sensación externa, no de la plantilla. Dentro no se respira ese nerviosismo, tampoco la clasificación (el equipo terminó la pasada jornada a tres del líder) provoca alarma.

Así que Abel sorprendentemente estará listo para la batalla tras recuperarse de su supuesto esguince de tobillo en tiempo récord. El viernes entrenó con normalidad, sin molestias, y apunta al medio porque la veteranía es un grado en estas situaciones y frente a circunstancias adversas. Junto a él le acompañará su escudero Jon Ander Garrido, que saltará con una férula para protegerse tras haber sido operado de la fractura de un dedo de su mano.

Sin rotaciones en el Cádiz CF

Las rotaciones desaparecen en tiempos de cólera así que Claudio repetirá gran parte del bloque que empataba en Carranza con el San Roque. Al margen del regreso del de Barakaldo, es probable la entrada de Lolo Plá en lugar de Machado, dolorido por el golpe en la nariz. Linarejos exigirá mucho físico.

Sin embargo, este detalle no abre las puertas a un Hugo que recibe el enésimo toque de atención de su entrenador y se queda en casa. Una semana más.

El foco se centrará sobre la organización defensiva, no solo en la línea de atrás porque es labor del bloque. Se ha perdido actitud, como reconoce el míster. Intensidad, concentración, no se ponen los cinco sentidos y Cifuentes ha pasado de ser un testigo ha tener que multiplicarse en cada cita. Esto se penaliza y más en días como el que espera a la vuelta de la esquina.

El Cádiz CF visita una plaza que huele a fútbol, que siente el balompié, que ha protagonizado grandes tardes y que se ha aferrado a su historia para regresar a la categoría de bronce. Es un recién ascendido, con un bloque que llega de Primera Andaluza y que ha crecido para buscar asentarse en Segunda B.

La mejor noticia es el regreso de Andrés Sánchez, cinco meses después de su grave lesión, en la víspera del choque del Tartiere. Será titular por el descanso de Tomás, mientras que en la derecha se mantendrá Mantecón porque Cristian no está ni para viajar. No es descartable el ingreso de Aridane por Josete.

Compacto, con jugadores humildes y batalladores, y obligados por su parroquia a practicar un buen juego. El tercer balonazo arriba se penaliza con silbidos, si bien ante los amarillos la entrega de la hinchada local será absoluta. Máxime cuando llegan de arrollar la pasada jornada al Betis B (4-1) con un estelar Rafa Payán, y de un plumazo ha liquidado los problemas ofensivos del Linares. Porque le cuesta marcar. Mucho.

A cambio es una escuadra muy competitiva a la que será difícil de doblegar. Vega y Rosales se han adaptado al centro de la retaguardia y el Cádiz CF necesitará de velocidad y precisión para desbordar la defensa. Juegan casi de memoria, se notan tantos años participando de la misma empresa. Y han ilusionado a una afición de esas que aprieta cada segundo y es capaz de hacer dudar al trío arbitral en alguna jugada polémica.

El césped, en buenas condiciones

El césped se presenta impecable. El campo, aunque con la grada pegada a la línea de cal, es de dimensiones aceptables para la práctica del fútbol. El Linares Deportivo de Torres quiere la pelota, no se encierra. Muchos ingredientes para adivinar un gran encuentro en el que los amarillos no tendrán excusa.

De eso no hay dudas, y tampoco de la certeza. Una derrota en territorio jienense llevaría a Claudio a firmar un inicio peor que el de Calderón, con la posibilidad de que el mismo UCAM se empiece a escapar y en esta ocasión no va a aflojar. Apretaría aún más la soga. Solo en fútbol todo puede cambiar de la noche a la mañana, y los nubarrones de hoy abrirse para dejar paso al sol de mañana. Ni Pina, ni Vizcaíno, ni Cordero, ni Enrique. Son 90 minutos en las manos de los jugadores. Ellos deciden el destino de todos. Siempre.

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