Cádiz CF

El juego a tres bandas (zurdas) de Pina

El consejero delegado quiere hacer negocio con Brian aunque sin precipitarse con Tomas y Lucas

Alfonso carbonell

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El murciano Quique Pina.

Que Quique Pina se mueve como pez en el agua en los mercados de fichajes es algo que no es noticia. El consejero delegado del Cádiz CF es un hombre de fútbol y sabe bien cómo hacer negocio con los futbolistas. Este verano, el gran culebrón no ha sido otro que la disputa entre Pina y Vizcaíno por la que el presidente tenía y tuvo que entregarle al murciano el poder de firma en todo lo referente a los aspectos deportivos. El hasta hoy consejero delegado del Cádiz CF quiere ser el único que corte y pinche en la dirección deportiva y no quiere injerencias de ningún tipo.

Es sabido que antes que directivo de clubes, Pina se dedicaba a la representación de futbolistas. Es por eso por lo que, entre otras cosas, el murciano suele tener un magnífico trato con sus jugadores, a los que atiende, da voz y entiende cada vez que se sienta con ellos a negociar cualquier cosa.

Y es que antes de representante, Pina quiso ser futbolista, pero no llegó más que a vestir los colores de las categorías inferiores del Murcia. Pero esos tiempos le enseñaron a empatizar con los que ahora son sus empleados, es decir, los futbolistas.

En estos momentos, tanto Pina como Cordero se encuentran cerrando la plantilla del Cádiz CF. A falta de un portero y de un delantero, tienen ‘overbooking’ en el lateral zurdo, donde se les acumula Brian Oliván, Tomás Sánchez y Lucas Bijker. De estos tres, el que más reúne las características que Cervera quiere para su once es el barcelonés, pese a que el año pasado lo castigase con la suplencia en el tramo final de Liga debido a sus errores en la marca. No obstante, el potencial del jugador procedente del Granada está fuera de toda duda y, si las cosas no cambian, será quien empiece la Liga como titular indiscutible.

Sin embargo, con Pina al frente nadie puede dar nada por hecho. De entrada, queda ‘un mundo’ para el cierre del mercado veraniego, que chapará el próximo 1 de septiembre y con la Liga ya arrancada en sus primeras dos jornadas.

El verano cadista comenzaba sin tiempo para lamentar la eliminación por el ascenso en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife. El Cádiz CF, emulando a esos grandes clubes que tras un fracaso en el campo se sacan de la manga un fichaje estelar para acallar a las masas, anunciaba al día siguiente de la derrota en Tenerife que acababa de ejecutar la compra de un valor en ciernes como Brian Oliván, por el que se pagaba medio millón de euros. Golpe de efecto puro y duro ante una afición que se frotaba los ojos tras dicha decisión de auroridad. Pina lo tenía y tiene claro. Lo tenía cuando al conseguir la cesión del Granada le metió la opción de compra, lo tuvo a la hora de ejecutarla y lo tiene en estos momentos en los que atiende las llamadas de varios clubes que andan interesado en el pujante lateral.

De hecho, desde el Cádiz CF se filtra la noticia de que Brian ha pedido salir en el caso de que llegue una oferta por un club de Primera. Como también se filtra que Pina no es muy amigo de conservar a futbolistas que han pedido salir en verano porque a la larga no están centrados en su equipo y acaban por no cuajar una buena temporada.

Pero la celebración del pasado Trofeo Carranza ha cambiado las cosas. Brian ha jugado el partido ante el Villarreal y fue de los mejores. Compromiso, implicación e intensidad en cada jugada no le ha faltadl al lateral catalán por lo que se deduce que se encuentra ilusionado de cara a un nuevo año de amarillo.

Lo mismo puede decirse del fichaje sorprendente de Lucas Bijker, brasileño con pasaporte holandés. A nadie se le escapa que fue uno de los que más destacó del Cádiz CF en el Trofeo y que su fichaje no es un relleno ya que puede competir, a simple vista, tranquilamente con Brian.

Por último está Tomás, olvidado por Cervera en el Trofeo. El canterano ha vuelto al club, se le ha renovado pero es el tercer lateral en estos momentos y su futuro depende de lo que pase con su compañero Brian. La cosa está clara, si Pina hace negocio y llega una oferta de un kilo por Brian, Tomás se quedará. En el caso de que las ofertas por el catalán no superen lo deseado, se irá. Así es el juego a tres bandas (zurdas) de Pina.

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