Cádiz CF

Cuando el Cádiz CF no quería al Real Madrid en Copa

"Luchábamos por jugar la final y entrar en la historia a lo grande", recuerda el exfutbolista Ángel Oliva

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Cortijo (d), en su primera etapa en el Cádiz CF, junto a Carmelo (i).
Cortijo (d), en su primera etapa en el Cádiz CF, junto a Carmelo (i).

Temporada 1989/90. El Cádiz CF hace historia en la Copa del Rey y se presenta en el bombo de las semifinales tras eliminar en octavos de final al Real Betis, con la lesión incluida de Jose González tras celebrar el gol del pase a cuartos, donde esperaba el Sporting. El Cádiz CF, que esa temporada tuvo a David Vidal, Ramón Blanco y Colin Adisson como técnicos, se trajo de El Molinón un empate sin goles que se complicó en Carranza, donde los asturianos se adelantaron en el marcador de la torre de Preferencia. Tras conseguir empatar el choque y llevarlo a la prórroga, el cadista Marcelo lograba el glorioso 2-1 que metía por primera vez en la historia al Cádiz CF en las semifinales de la Copa del Rey.

Y allí esperaba el todopoderoso Real Madrid. Más que esperaba, salía del bombo. Del maldito bombo, que se diría entonces, cuando el Cádiz CF era un equipo medianamente consolidado en Primera División y hasta soñaba despierto con la ilusión de jugar en Europa a través de la Copa del Rey. De un bombo que, en opinión de los protagonistas de aquella fantástica historia, en nada se parecía al reciente que ha dejado en Cádiz el gordo del sorteo con la llegada a Carranza del ‘Floren team’ que dejará una taquilla más que aceptable para que Manuel Vizcaíno siga sintiéndose fuerte en la guerra abierta contra Pina y su entorno. Porque a diferencia del bombo que en 1990 dejó al Real Madrid como rival del Cádiz CF en la semifinal de aquella edición, entonces, como es obvio, no había más de cuatro equipos dentro del bombo y no los 32 que han coincidido en los dieciseisavos de final. Y el pensamiento era muy claro. No se quería al Real Madrid ni en pintura.

Si una cosa está clara en todo esto del fútbol es que la mayoría de los futbolistas suelen tener una memoria muy corta, muy apelotonada, muy confusa, demasiado enrevesada. También es cierto que, por fortuna, para aquel Cádiz CF de la década de los 80 y principios de los 90 el hecho de enfrentarse al Real Madrid no era una novedad ya que era habitual año tras año medirse al club blanco dos veces, al menos en la Liga. Los Oliva, Cortijo, Carmelo, Linares, emborronan sus recuerdos entrañables, los confunden, los equivocan, los mezclan… Pero como factor común en todos ellos aparece un comentario con el que todos coinciden: No se quería nada al Real Madrid.

Oliva: “Queríamos esquivar al Madrid para jugar la final”

Uno de los que más se acerca más al recuerdo más nítido es el aragonés Ángel Oliva, componente de aquella plantilla legendaria. Pero el que fuera entrenador del Cádiz CF B -lleva sin equipo desde el pasado verano que dejó el Ronda- mezcla un poco las ediciones del Cádiz CF en la Copa y recuerda que los días previos al sorteo “queríamos que nos tocase el Valladolid, que luego jugaría la final contra el Real Madrid y jugaría la siguiente temporada en Europa. Queríamos hacer historia, más aún”. Se equivoca. En aquella edición, los semifinalistas eran Real Madrid, Valencia, FC Barcelona y Cádiz CF. En todo caso, lo que desearía el vestuario amarillo sería el Valencia, que sería eliimado en la semifinal por el Barça, a la postre campeón de la Copa en el Vicente Calderón al imponerse (2-0) con goles de Amor y Julio Salinas. Como es sabido, el Cádiz CF perdió el partido de ida en Carranza 0-1 con un gol de Paco Llorente en el minuto 86. Ahí sí que Oliva recuerda bien los previos de ese partido, que se jugó “con mucha agua porque había llovido mucho y algo más que le echamos nosotros”, dice con sorna apuntando a David Vidal, el entrenador que preparó el partido “para ganarlo”. Y recuerda que “durante toda la semana no le pasamos el rulo al césped y le pegamos lo que tuviésemos que pegar para que el campo estuviese mientras más impracticable, mejor”.

Cortijo: “Aquel Cádiz CF estaba lleno de gaditanos”

Tampoco Alfonso Cortijo -hoy entrenador del St. Joseph’s de Gibraltar- retiene muy bien el recuerdo de aquel partido. De hecho, el de La Barca de La Florida, que no jugó el partido de ida en Carranza cree memorizar en su cabeza que tuvo dos pequeños incidentes, uno con Míchel y otro con Hugo Sánchez. “Recuerdo que llovió aquel día porque hice una entrada a Míchel y me estuvo diciendo cosas desde un charco, como después me pasó con Hugo Sánchez”. Más allá de esas anécdotas, mezcladas por los dos partidos en Liga que Cádiz CF y Real Madrid jugaron y que ambos ganó el cuadro merengue (4-1 en el Bernabéu y 0-3 en Carranza), Cortijo destaca el gaditanismo que respiraba ese equipo. “La mayoría de los componentes de esa plantilla éramos gaditanos, algo que ahora cuesta verlo”. Por supuesto, recuerda lo “bonito que siempre es enfrentarte al Real Madrid, porque es un club que siempre ha sido un grande. Está claro que ahora es distinto; antes jugábamos más veces contra el Real Madrid y lo veíamos como un rival, duro y muy fuerte pero rival al fin y al cabo, y ahora se ve como una inyección económica”. De hecho, Cortijo subraya que aquella eliminatoria “la preparamos para pasarla y la estudiamos con la ilusión de ganarla”.

Linares: “No me acuerdo de esa eliminatoria, pero sí de la que nos anularon un gol legal”

Genio y figura, Chico Linares, que jugó los 90 minutos de aquel choque en Carranza, no recuerda “absolutamente nada, ni de que llovía en la ida ni de que nos metieron tres en la vuelta”, dice con su gracia habitual en alusión a los goles que marcaron en el Bernabéu en el partido de vuelta Martín Vázquez, Losada y Butragueño. Eso sí, más claro en su retina tiene otra eliminatoria, en este caso de octavos de final, que también enfrentó al Real Madrid y que el Cádiz CF acarició el pase. Fue la temporada 87/88, en la que el Cádiz CF de Espárrago consiguió su mejor clasificación liguera (12ª) y en la Copa casi se alcanza la gloria de eliminar al Madrid en la Castellana. En el partido de ida en Carranza Cádiz CF y Madrid empataron a un gol mientras que en la vuelta en el Bernabéu se perdió 4-2, pero antes los amarillos se pusieron 1-2 con un golazo de Carmelo, “nos anularon un gol, salió Santillana y nos mandó a por tabaco”. Y lleva razón el bueno de Chico, porque el gol del central del Cádiz CF llegó en el 71 de partido, Santillana salía del banquillo para arreglar el desaguisado e hizo un doblete en el 76? y en el 89? para eliminar a los gaditanos, que se fueron en busca del empate a la desesperada para encontrarse con el definitivo 4-2 de Paco Llorente en el último minuto de juego. En cuanto al partido de este miércoles, Linares cree que por mucho que haya diferencias entre un equipo y otro, “siempre un jugador encara los partidos con la idea de ganarlo”.

Arteaga: “Se me subían los gemelos de los nervios del debut”

Si había un jugador que deseaba enfrentarse al Real Madrid algo más que los profesionales era el canterano Moisés Arteaga, al que David Vidal lo hizo debutar en el partido de ida en Carranza. “Recuerdo que desde el día anterior que supe que iba a jugar estaba con muchos nervios en el hotel de concentración. Jugué creo que de lateral izquierdo y sé que no paraban de que se me subieran los gemelos de los nervios que tenía”, cuenta el hoy entrenador del Balón de Cádiz CF. Por aquel entonces, Arteaga era un jugador del filial que “entrenaba con el primer equipo hasta que llegó el día del debut soñado. Yo aquello me lo tomé como un premio porque me iba a enfrentar al Madrid de los Míchel, Butragueño, Martín Vázquez… Imagina eso para un chaval como yo era entonces”. Al margen de las molestias físicas producto de los nervios, Arteaga se queda con la diferencia que había en el césped y que él, un recién ascendido del filial al primer equipo, sufrió en primera persona. “No sé decir si me tocó o no cubrir a Míchel porque se cambiaban de banda mucho, jugaban en dos toques y tenían una calidad extrema. Puedo decir que los veía dobles por momentos y que detenerlos me era muy complicado y nosotros éramos un equipo muy modesto”. Quien le diría que casi diez años después, en la temporada 1999/2000, ganaría una Copa del Rey como capitán del Espanyol de Barcelona.

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