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Cervera sabe lo que se hace

El técnico del Cádiz CF modera o no sus planteamientos dependiendo del rival

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Álvaro Cervera, antes de un viaje.
Álvaro Cervera, antes de un viaje.

Álvaro Cervera sabe muy bien lo que hace con su equipo. Lo sabe todo porque es el mejor hombre que lo conoce. En parte es lógico, él es su creador.su único creador.

Ojo que de tanto conocerlo a veces hay momentos en los que se equivoca. No pasa nada. Menos aún cuando él es el primero en reconocerlo tal y como dejó dicho tras su mayúsculo error en Oviedo. No pasa nada. Él su creador. Su único creador. Y como artífice de los éxitos de este equipo, qué menos que de vez en cuando le dé por arriesgar.

Porque a Cervera se le tacha muchas veces de conservador, de ‘amarrategui’. Le honra, ante todo, que no desprecia la palabra. Lo dijo cuando fue presentado como entrenador del Cádiz CF.

No entiende que defensivo sea un término despectivo. Así es él. Y le honra.

Y le honra especialmente porque no lo es. Claro que tiene sus ramalazos defensivos. Claro que tiene sus ataques de entrenador. Por supuesto que se equivoca. Y lo seguirá haciendo. Se equivoca Guardiola, cómo no va a hacerlo un entrenador que pasa por el banquillo de Carranza. Pero cuando se equivoca un técnico que ha sido capaz de resucitar un muerto, pues tiene patente de corso para hacerlo cuantas veces quiera siempre y cuando no meta al equipo en un lío. Por eso no pasa absolutamente nada que falle en Oviedo si tiene al equipo es puestos de ‘play off’ de ascenso. Peor sería, como ha pasado, que se equivoque un entrenador que apenas tiene atado el ‘play off’ de ascenso en el grupo IV de la ingrata Segunda B.

Se le llama muchas veces defensivo a Cervera. Y puede que lo sea. Pero sería injusto clasificarlo siempre en ese apartado. Lo más certero sería calificarlo de un entrenador que sabe muy bien lo que hace con su equipo en según qué campo y según qué rival.

Hay ejemplos. Y varios. El más sangrante fue el partido que el Cádiz CF se marcó en Getafe y del que todavía Cervera saca muchas conclusiones. Porque en el Coliseum Alfonso Pérez el equipo amarillo jugó uno de sus mejores partidos de la temporada y, en cambio, palmó. Pero cayó derrotado de una manera tan bella que aún hoy hay pocos, o nadie, que critique la valentía de su entrenador. Aquel encuentro el Cádiz CF salió decidido a por la victoria. Su presión al conjunto madrileño fue todo un ejemplo de ambición. La suerte, la mala suerte, quiso que el destino castigase al conjunto gaditano con una derrota del todo injusta por los merecimientos de un equipo y otro. Un resbalón de Sankaré y un penalti en el último suspiro del partido hizo que tanta ambición quedase en nada. Y fue una pena porque al final, como siempre, lo pagó el fútbol. Y lo pagó porque es el que tiene que pagarlo cuando en el banquillo se sienta un entrenador que juega para los resultados y no por una filosofía. Si no lopaga el fútbol, lo pagaría el equipo. Y eso, cuando se tiene a un entrenador sensato al aparato, no puede ser. Y como no puede ser, Cervera recapacitó y echó el freno a su gente. Retrasó las líneas, junto a sus jugadores, entregó la pelota al contrario y se echó a esperar. Y esperó bien. Muy bien. Tan bien que el Cádiz CF ha vuelto a la cuarta posición tras unas jornadas sin resultados pero con encomiable sacrificio y fuerza de mentalidad en un proyecto, en una idea, en un trabajo. «Estamos trabajando un montón por luchar por el ‘play off’», dijo Cifuentes tras el partido en Alcorcón. Una frase cargada de razón.

La derrota en Getafe dejó un buen sabor en la afición pero muy malo en Cervera. Hay un antes y un después de aquel encuentro. De ahí vinieron planteamientos conservadores como frente alReus (empate en Carranza sin goles) o como, tras adelantarse en el marcador, ante el Oviedo. También se ganó en Soria con un contragolpe mortífero y basado en la presión e intensidad defensiva. Se ganó con lo puesto al Rayo y se supo ganar en Gerona y no ceder ante Tenerife, UCAM, Lugo o Huesca.

De hecho, el partido en Huesca guarda una diferencia abismal con el que se jugó el pasado domingo ante el Alcorcón. Porque en ElAlcoraz el Cádiz CF salió con mucho respeto, muchísimo. Cervera sabía lo que hacía. No era un capricho. Ni un ataque de entrenador. El entrenador cadista era consciente de que el conjunto oscense es uno de los mejores equipos de la categoría en estos momentos y quiso ahogarle por le centro. Y no se equivocó. Por descontado que el duelo ante la SDHuesca no fue vistoso. Es más, Cervera no quería que lo fuese. Es más, Cervera sabía que ese momento el huesca era mejor que su equipo y lo que hizo fue protegerlo ante todo. Fue al norte de Aragón a sobrevivir y salió con vida. Objetivo conseguido.

Todo lo que no pensó, por ejemplo, en Alcorcón. O incluso en Carranza ante el todopoderoso Levante. ante estos dos rivales, Cervera le quitó al equipo todo los miedos y temores y convenció a todos sus jugadores que, con tesón y humildad, a ambos equipos se lo podían merendar. Y así de convencidos salieron sus pupilos ante el Alcorcón, un rival que si está en puestos de descenso no es por casualidad. Sabedor de ello, Cervera articuló un planteamiento ofensivo y que iba encaminado a resolver los problemas en la primera media hora.Y eso mismo pudo haber pasado si Salvi llega a estar más atinado de cara a puerta en la primera mitad.

El Cádiz CF, y su entrenador, sabe muy bien cómo medir los partidos. Sabe a quien puede hincarle el diente y contra quien debe ser precavido. Y los resultados dicen que le va bien con esa mentalidad.

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