Cádiz CF

Cervera bajó los humos

El técnico cadista olvida al Girona y centra sus planteamientos en hacerse como sea con una plaza en el 'play off'

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Álvaro Cervera y Roberto Perera, antes del encuentro ante el UCAM.
Álvaro Cervera y Roberto Perera, antes del encuentro ante el UCAM.

Cervera bajó los humos. Y mandó parar. Es cierto que fue el primero, tenía sus razones en subirlos, pero la realidad del encuentro ante el CD Tenerife pudo más que la onírica victoria en el campo del Girona, que desde que perdió con el Cádiz CF en su casa le ha comenzado a entrar el pánico al recordar los dos últimos años en los que no pudo ascender tras resbalar inexplicablemente en las últimas jornadas. Los catalanes suman tres derrotas consecutivas.

Pero el caso es que Álvaro Cervera, tras quitarse la careta en Montilivi y pensar en que, quizás, el segundo puesto podía ponerse a tiro, ha recapacitado, muy a su pesar, y ha vuelto a enfocar su ambición hacia objetivos alcanzables, algo más asequibles, factibles y no por ellos desilusionantes.

Todo lo contrario.

Pero lo ciero es que el Tenerife puso en su sitio al Cádiz CF, y su entrenador, lejos de rechistar y rebelarse, ha asumido la lectura del tiempo y la situación. Su Cádiz CF está para lo que está. Y eso no es menos que agarrarse como pueda a uno de esos cuatro puestos, y no necesariamente el tercero, que dan derecho a jugar el 'play off' de ascenso a Primera. Ese es el OBJETIVO.

Y como ese es el nuevo y ambicioso objetivo, todas las planificaciones de Cervera pasan por gestionar de la mejor forma posible, conservadora incluida, la renta de puntos que se tiene respecto al séptimo, el Huesca, que está a cuatro puntos del Cádiz CF una jornada antes de visitarlo en El Alcoraz.

Antes que 'gripar', llegar

Cervera no es que haya bajado el listón pero entiende que no tiene motor suficiente como para ir al límite a falta de diez fechas. Antes que 'gripar', prefiere llegar aunque no sea en el vagón preferente. Por tanto, cree que es mejor ir administrando la energía y eso ha comenzado a hacer en su once, donde en Murcia ya aparecieron nuevos jugadores que estaban más frescos que otros que acumulaban más minutos. Ahí están sus palabras tras el 1-1 ante el UCAM. "Me voy contento por los jugadores que se han estrenado" en el once después de tanto tiempo sin hacerlo.

Y no solo ha cambiado sus ideas en el once, también en los planteamientos, ahora, mucho más conservadores que en jornadas anteriores donde la dinámica era claramente al alza. Basta como prueba sus palabras justo después de empatar ante el UCAM. "Los dos equipos hemos tenido miedo a perder y en la segunda parte piensas más en no perder que en otras cosas". Una vez más, Cervera reconoce lo que se pudo comprobar desde fuera.

Cervera no se deja mover por caprichos, sí por instintos. Y algo le dice, si es que no lo sabe, que su equipo no anda bien desde hace unas cuantas jornadas. Pese a ello, se ganó a un mejorable Rayo en Carranza y se dio el bombazo ante el Girona en un encuentro donde los catalanes hicieron más por ganar que los gaditanos, que se encontraron con dos goles que bloquearon al once gerundense. Pero ante el Tenerife se sucumbió. Y eso, como la derrota 'in extremis' en Getafe, ha pasado factura en la cabeza del entrenador.

Cervera sabe que para volver a la senda de la victoria tras un palo considerable (el del Tenerife lo fue) no es fácil. Antes hay que sufrir y la victoria suele resistirse a las primeras de cambio. Mucho más si se juega fuera. Tras el Getafe, se empató en casa ante el Reus en un encuentro milimétrico y en el que no se forzó más de lo comedidamente necesario. Y el sábado, tras la derrota en Tenerife, se volvió a empatar ante un equipo que lucha por permanecer. Qué decir de la primera vuelta, donde antes de encarrilar la racha de buenos resultados se tuvo que empatar hasta en tres ocasiones consecutivas tras la humillación en Vallecas y la derrota en casa ante el Oviedo.

Los destrozos originados por el Tenerife han agrietado la confianza del equipo y ahora lo que toca es recomponer la nave a base de puntitos como el de Murcia. Así lo decía el propio Cervera en La Condomina. "El punto es bueno, no podemos ganar siempre. Además, veníamos de perder. Ahora hay que hacerlo bueno en casa", recalcaba el míster, conocedor de los difícil que es volver a la dinámica positiva tras un varapalo importante en la línea de flotación.

Por todo ello, Cervera ha bajado los humos. Sabe que arriesgarlo todo, ahora, puede ser contraproducente. Por eso se ha olvidado del Girona, que perdió también. Por eso le da igual los continuos tropiezos de un equipo que si se llega a ganar al Tenerife lo tendría contra la espada y la pared. Pero, precisamente, porque no se ganó al cuadro insular ahora toca remar a un ritmo diferente. En definitiva, sin prisas pero sin pausa.

Cervera no quería un partido de ida y vuelta. Ni mucho menos. En su retina aún duele el recuerdo de perder ante el Getafe tras jugar el encuentro más ofensivo, desde la pizarra, que ha jugado su equipo esta temporada. Aquel vibrante encuentro despertó muchos elogios entre su propia afición, pero a él no le gustó. Todo lo contrario que las moderadas críticas que ha recibido su planteamiento en Murcia, donde muchos aficionados vieron que el equipo dio por bueno el empate, se conformó con el punto y dejó la ambición en el vestuario tras el descanso. Nada le importa. Su equipo sumó un punto, mantuvo la diferencia con el Huesca -su principal enemigo ahora mismo- y nada le importó que una victoria ante el UCAM le pudiese poner a seis puntos de un titubeante Girona. Esa guerra ya no es para el Cádiz CF. Su comandante en jefe, pese a que quiso librarla, se percató que su ejército no está capacitado para ello y prefiere ganar la guerra a base de guerrillas fuera de Carranza y de grandes batallas en su fortín, donde no se debe fallar.

El partido en Murcia fue hasta cierto punto soporífero. Pero a Cervera le gustó. Apenas hubo ocasiones, pero algunas de esas pocas pertenecieron a su equipo. El gol del rival llegó en una jugada aislada, más por calidad del contrario (Jona) que por juego del rival. Aún maldice ese saque de banda mal defendido por su escuadra. Abajo en el marcador, el Cádiz CF no tuvo otra que irse a por el gol. Y lo encontró a los siete minutos en una fase del encuentro que bien pudo ser la mejor del partido. Pero Cervera mandó a parar. Llamó a filas en el vestuario y se salió en la reanudación a matar el partido y sumar un punto para tener al Huesca, el enemigo a batir ahora, a una prudente distancia. La realidad se ha apoderado de Cervera y a los suyos ya les ha dicho que el camino a seguir es el de la prudencia y la dirección más larga pero correcta..

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