Cádiz CF

CD Mirandés-Cádiz CF (1-2) Victoria pese al descuido

Los hombres de Cervera consiguen su segundo triunfo consecutivo después de jugar con fuego ante un rival en inferioridad

Alfonso Carbonell

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Nueva victoria del Cádiz CF, la primera en un campo como el de Anduva, de infaustos recuerdos. El triunfo se allanó, por segunda semana consecutiva, gracias a la expulsión a los veinte minutos de partido de un rival, otro recién ascendido como también lo era el Ponferradina. Apenas importa eso gracias a los seis puntos que ya tiene en su casillero el conjunto de Cervera, un entrenador que debe ser consciente de lo mucho que le queda por trabajar con un equipo que ha cumplido el expediente en dos semanas no sin pasar apuros.

Y es que la victoria de este sábado se complicó en demasía . Campeaba en el electrónico el 0-1 y el rival, fatigado y cansado, llegó con vida sorprendentemente. Y eso le pudo costar muy caro al conjunto gaditano, que se dejó empatar a cinco minutos del final para enfado de un entrenador que vio como pasaban demasiadas cosas en los minutos finales. Entre ellas, un regalo en forma de penalti que el árbitro concedió para que Álex, desde los once metros, le diera la victoria a un Cádiz CF que no supo rematar a un rival noqueado y al que dejó sobrevivir por un descuidado remate de partido.

Como era de esperar, apenas se llevaban unos minutos de juego cuando fue el Mirandés el que se hizo dueño del balón con el consentimiento de un Cádiz CF que, eso sí, no tardó en adelantar sus líneas para tampoco darle tanto protagonismo al equipo recién ascendido que en la primera jornada le birló un punto al Rayo en Vallecas.

Agazapados los de Cervera, apenas dejaban a las esporádicas aventuras de Salvi sus esperanzas de peligro. Por contra, los burgaleses mandaban sobre el campo sin pisar el acelerador y se acercaban por el área de Cifuentes por primera vez con un disparo lejano de Andrés García que Cala, con su cabeza, desviaba a saque de esquina. El primero de los muchos de los que disfrutó el equipo local en la primera parte.

Aunque era el Mirandés el que intentaba crear más fue tras una pérdida del Cádiz CF cuando llegó al mejor ocasión local tras un contragolpe que el excadista Mario Barco acabó centrando para que, llegando desde la izquierda, Merkelanz chutase alto. Puede que esos acercamientos le valiesen al Cádiz CF para percatarse de que se estaba midiendo a un rival sobre el papel inferior. Consciente de ello, Álex comenzó a dejarse ver y gracias a ello el balón comenzó a ser mejor tratado por el once amarillo, que vio como un gran pase al hueco del madrileño era cortado por el central Iroko cortando las alas a Caye Quintana, que en su choque con el central togolés pareció barrido por un tren.

Salvi seguía a lo suyo y pasado el cuarto de hora metió un buen centro al primer palo al que llegó tarde Caye Quintana. Los avisos gaditanos sirvieron para frenar la euforia de un equipo mirandés que sigue haciendo del uso de la fuerza su razón de ser. No es raro que pronto se quedase con un jugador menos y se cargase de tarjetitas poco antes del descanso. Y es que en el 21' de partido, un minuto después de que Perea casi consiguera adelantar al Cádiz CF tras una gran jugada lanzada por el picaresco saque de banda de Caye, el Mirandés se quedaba con un jugador menos después de una entrada absurda por detrás de Álvaro Rey. El árbitro pamplonica, reglamento en mano, no se lo pensó y mandaba a las duchas al futbolista sevillano.

El guion, si no había cambiado ya, definitivamente terminaba de cambiar para ser el Cádiz CF el organizador de las pautas del juego. Los gaditanos salieron de la madriguera de la mano de Perea y Álex y muy pronto se apoderó de la pelota. Poco a poco, la alegría se fue extendiendo por el once y los laterales amarillos comenzaron a animarse. Precisamente, un centro pasado al segundo palo de Iza era aprovechado por Álex, que aprovechó el error del cálculo del zaguero Kijera, pero su maniobra no sirvió para sorprender a Limones, que salió tapando el poco hueco que tenía el pelirrojo.

Y si antes fue Iza el que llevó peligro, ahora le tocaba a su colega en la otra banda. Sin embargo, el 'pacha' Espino no lo creó profundizando por su banda y sí que con disparo potente y seco que fue detenido en dos tiempos por Limones. Se animó el lateral charrúa, que en la siguiente acción metió un centro al segundo palo que la defensa 'jabata' enviaba a saque de esquina.

Cambio en el descanso

Con tablas en el marcador se llegaba al descanso para respiro del Mirandés, al que se le empezaba a notar una sensible falta de oxígeno que acabaría pagando al final. El descanso lo aprovechó Cervera para dejar en el vestuario a Garrido y dar salida a Nano Mesa en una clara declaración de intenciones.

No habían pasado ni dos minutos de la reanudación cuando Salvi era parado en falta. Álex centró al corazón del área para que Rhyner rematara de cabeza ligeramente desviado tras ganar el salto a sus rivales. Poco a poco, los gaditanos cercaban en su campo a los anfitriones, que veían como su portero despejaba a córner un lanzamiento duro pero centrado de Álex Fernández.

La lógica de los acontecimientos debía marcar el camino hacia la victoria del Cádiz CF, sin embargo pasaban los minutos y los amarillos no eran capaces de llevar al marcador el dominio aparente que ejercía sobre el campo. Así parecían estar las cosas hasta que Salvi volvió a erigirse en el líder de un grupo que lo necesita.Y apareció. Una cabalgada del sanluqueño por la banda derecha le bastó para meter un centro que Limones convirtió en una asistencia de plata a Perea, que se encontró un balón en la boca de gol para fusilar y conseguir adelantar al Cádiz CF.

Ya por delante, el Cádiz CF se limitó a contemporizar ante un Mirandés poco voluntarioso y que apostaba por seguir abajo en el marcador hasta los últimos minutos donde agotar, entonces sí, sus opciones. Y sus opciones, o buena parte de ellas, descansaban en el recién entrado Ohemeng, que lo intentó con dos zurdazos desde su banda que salieron por encima de la portería de Cifuentes.

No tenía todo lo controlado que debiera el encuentro el Cádiz CF, que más que por sus méritos de enfriar el partido respiraba gracias a que su rival estaba físicamente muy tocado. Pese a ello, como estaba cantado, el Mirandés entró en la recta final del encuentro con voz y voto en el desenlace del choque. Y tanto que lo tuvo.

Una falta de Javi Navarro, que pecó de inexperto en su entrada al campo, al borde del área resultaría providencial para que Anduva se viniera arriba después de que el chut de Merquelanz diesa en la barrera y el balón despistase a Cifuentes. A cinco minutos del final al Cádiz CF le acababan de volver a formar el lío en un estadio 'tramposo'

La locura se apoderó del guion del partido y en esa cuesta abajo en la que derivó la recta final del choque Nano Mesa era objeto de penalti al acudir con inteligencia a un balón dividido e irse al suelo al notar el contacto de un defensa. Desde los once metros Álex redimía del pecado a los despistados futbolistas cadistas, que pudieron sentenciar en la última jugada del encuentro tras una contra comandada por Nano Mesa y mal resuelta por Salvi.

Entre protestas locales al árbitro, al que le pedían un penalti inexistente sobre Oheneng, se llegaba al final de un duelo que pudo levantar las primeras quejas en una afición que lamentó el pasito atrás dado por su equipo ante un rival herido de muerte al que le dio vida.

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