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Cádiz CF-Mallorca (1-1) Otro punto de honor

El Cádiz CF es capaz de empatar al Mallorca en el regreso de Carranza a la LFP

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Ortuño se fajó con la defensa mallorquinista.
Ortuño se fajó con la defensa mallorquinista.

Pudo pasar de todo. Desde perder a ganar, pero este Cádiz CF tiene un amor propio que ya ha sufrido dos rivales con mayores objetivos. Eso no quita para que no ver que a ese mismo Cádiz CF que lo da todo, le hace falta muchas y mejores prestaciones si no quiere verse metido en líos más pronto que tarde. Hay que confiar que aún los fichajes no han aparecido, a excepción de Ortuño, que volvió a reivindicarse con otro gol y otro señor partido. La Dijo Álvaro Cervera el viernes que su once se parecería bastante al que sacó en Almería y dicho y hecho. A excepción de la entrada obligada de Servando por el lesionado Migue, la única novedad más fue la entrada de Brian por Luis Ruiz, tocado con sobrecarga y tocado por el partido que le dio el morenito Jonathan en el debut liguero.

Con estos cambios, el Cádiz CF apenas varió su idea de fútbol y salió a ver lo que proponía el necesitado Mallorca, que en su debut cayó en su casa ante el Reus. Y lo que proponían los de Fernando Vázquez era verticalidad y dominio desde el primer instante. En apenas un cuarto de hora, los de Palma ya habían pisado el área de Cifuentes con cierta seriedad en dos ocasiones gracias al ímpetu de Lago Junior.

Ante este dominio, el Cádiz CF, replegado, no tenía otra que aceptar su papel de víctima y confiar en sus pequeños extremos a la espera de cualquier transición más o menos tolerada por un Mallorca muy ordenado y con mayor presencia en el campo. Por aceptar la superioridad visitante, se aceptó hasta en la grada, que muy pronto se convenció de que el escalón subido en Alicante es muy alto. La Segunda A, al menos en sus primeros minutos, se presentaba al cadismo y le daba la bienvenida con la llegada de un equipo hecho para ascender y con las ideas muy claras pese a su tropiezo inaugural.

Sabedor de su superioridad, el Mallorca se acomodó, lo que aprovechó el Cádiz CF para sacar las uñas. El primero que las sacó fue Mantecón, que al recuperar un balón en la medular cayó en falta. La sacó con temple Abel y cerca estuvieron de llegar Servando y Aridane.

Se emocionó el Cádiz CF y se emocionó Alvarito, que por primera vez, a los 25 minutos, tomaba la línea de fondo para centrar con peligro a un Ortuño que hizo falta en su intento de cabecear.

Y como enchufado Alvarito, todo es más fácil, pues llegó lo que suele llegar cuando el utrerano se conecta al tema. Ortuño se asoció con él y poco después con Abel, que le envió un buen balón para que se adentrase en el área y fuera derribado por Company cayendo en penalti. El murciano, desde los once metros, ajustó fuerte al palo largo y Carranza explotaba con el segundo gol en Liga del ex del Mallorca.

El tanto del Cádiz CF transformó Carranza, que con la victoria comenzó a arropar a los suyos de manera formidable. El Mallorca adelantó metros y a punto estuvo de empatar Brandon con una volea que salía ligeramente desviada de la portería bien cubierta por Cifuentes.

El empuje bermellón hizo que el Cádiz CF volviera a su madriguera, un hábitat donde no se encuentra mal. Ni el equipo, ni su afición, que entiende que toca remar con los muchachos de Cervera.

El balón volvió a ser rojillo, por lo que el Cádiz CF replegó alas sin mayores problemas. Lo que no quitaba para que, al filo del descanso, Álvaro García se sacase una gran asistencia dentro del área que Ortuño no supo leer. Y eso que el pase, para su perfil zurdo, era un caramelito. Al final de la primera parte Aridane, mayúsculo en confianza, se pasó de cilindrada y se llevó por delante a Culio viendo la amarilla. Muy justa, tan justo, o no, como el 1-0 con el que se llegaba al descanso.

Salió el Cádiz CF a lo suyo. Pero ojo que siguió creyéndoselo. Al poco de reanudarse la segunda mitad, Ortuño, Alvarito y Brian fabricaban una gran jugada que terminó con centro del zurdo al que por poco llega Salvi.

No fue casualidad esa llegada. Al rato fue Salvi el que rompía a su marcador para abrir a Ortuño, que a su vez siguió abriendo a Álvaro García para que utrerano buscase un centro chut que no encontró un rematador franco.

El Mallorca no tenía otra que levantar la mirada y se fue a por el empate. Y casi lo consigue, de no ser por la contundencia de Aridane, que resolvió el lío en el area local con un patadón con que el que hacía salir a la defensa. Pronto se dio cuenta Fernando Vazquez lo que supone dejarle espacios al Cádiz CF. Porque una pérdida en el centro del campo se convierte en una amenaza real. Como la que tuvo el meta Santamaría con Salvi, que corrió a por una bola enviada en alto por Abel y a la espalda del ex cadista Yuste pero sin la fortuna de llevar un acompañante que metiera a dentro su pase de la muerte tras superar al portero.

El Cádiz CF comenzó a acusar el cansancio mediada la segunda parte. Por contra, el Mallorca siguió estirándose pero sin la profundidad necesaria para inquietar aún a la defensa amarilla.

Pero el Cádiz CF cuenta con argumentos suficientes como para seguir inquietando cuando peor le vienen más cosas. En una de ellas, Carpio, tras una jugada buen cocinada por Mantecón y Garrido, metió un gran centro al que llegó muy apurado Alvarito.

Pero el Mallorca no desfalleció. Culio invadió sin oposición su banda izquierda y envió un centro al corazón del área, y tras un par de rechaces, Óscar Díaz fusiló a Cifuentes consiguiendo poner las tablas en el marcador. Las cosas se ponían feas...

Pudo darle la vuelta al marcador Lekic, que recibió un balón de oro para colarse en el área de Cifuentes, dejar sentado a Luis Ruiz, y ver cómo Aridane llegaba a tiempo para ponerse en medio de lo que era un gol cantado. La contra del Cádiz CF fue rápida, pero si antes fue Lekic el que se vio tapado por el muro defensivo amarillo, ahora fue Salvi el que se vio taponado por la defensa bermellona.

Se volvía loco el partido y l impresión era que el Cádiz CF era el que peor llegaba al último asalto. Pero nunca se puede dar por muerto a este Cádiz  CF. Y mucho menos con una afición que empuja como cien mares. Elevado por esa hinchada, Ortuño casi sorprende a Santamaría peinando un balón insignificante a primera vista.

Esos ataques hicieron reflexionar a los mallorquines, que ante la amenaza de una segunda derrota en Liga parecieron sacar bandera blanca.

Hasta con la expulsión con la doble amonestación a Company, se vio claras las intenciones de un Mallorca que regresó a Palma con la sensación de verse superior pero con la realidad de no poder con un Cádiz CF que siempre acecha.

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