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Cádiz CF-Málaga (1-2): Final perdida, confianza ganada

Los amarillos encienden la mecha de la ilusión con una primera parte primorosa de un desenlace que reconcilia a la hinchada con su torneo

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Álvaro fue un peligro constante en la primera mitad.
Álvaro fue un peligro constante en la primera mitad.

El Cádiz CF acelera en segundos. Abandona su cara mustia de pretemporada por una ilusionante en su Trofeo, con la reserva a la que siempre obliga un torneo difícil de calibrar. El equipo amarillo cruza el umbral que conduce al estreno de plata con mirada confiada, sabedor de las virtudes que aglutina y los defectos que ha de pulir.

Pierde la final de Carranza ante un Málaga que se limitaba a resaltar las diferencias con su precisión en el remate, y gana en sensaciones. Álvaro ha regresado con la 'scooter' a punto, Ortuño supone el salto de calidad en vanguardia y Cervera dispone de un fondo de armario necesario para afrontar una temporada eterna y exigente. Quedan por llegar piezas pero son complementarias, salvo un líder en la medular que será necesario para no abusar del juego por bandas que será enseña de este Cádiz CF.

Los boquerones agregan su nombre con letras doradas a la copa enorme mientras que el aficionado se marcha contento a casa, así que objetivo conseguido. Los experimentos sin daños terminan aquí; las probaturas se extenderán en competición oficial pero Cervera comienza a ver el sendero mucho más claro.

El Trofeo Carranza es precioso pero la Liga aparece a la vuelta de la esquina. El míster perfilaba su primer once en la sorprendente semifinal con el Atlético, así que frente al Málaga quedaba repartir minutos entre los ausentes del choque con los colchoneros. Y en un fútbol constreñido por el resultadismo, en una pretemporada marcada por el tedio, los dos equipos se liberaban de presión y ofrecían un espectáculo que recuperaba el encanto de épocas pretéritas.

Especialmente el conjunto gaditano, brillante en la primera media hora en el aspecto ofensivo. Si este deporte resulta inexplicable en numerosas ocasiones, con Cervera se alcanzan cotas mayúsculas de sorpresa. En lugar de esperar, los locales apretaban a un adversario de primer nivel y le mordían en el cuello, robando rápido con una presión fuerte arriba y saliendo con la velocidad endiablada de Nico y sobre todo de un crecido Alvarito, ya Don Álvaro.

El de Utrera lucía dudas en cuanto a su participación en el debut de Almería y en un instante fugaz las dilapidaba. Anda fino, y de confianza rebosante. Agarra la pelota, agacha la cabeza, mete la quinta y no hay quien lo pare. Además, ha desempolvado su zurda, más precisa cada fecha.

Lástima que ninguno de sus compañeros agarrara uno de sus centros para fusilar a Aarón. Pero bailaban a su son con enorme sincronía siguiendo perfectamente el compás. Ortuño se ha adaptado bien a un Cádiz CF que debe liderar en ataque, y Abel aspira a una tercera juventud merced a una mejoría del estado físico y a encontrarse más liberado en la mediapunta.

Garrido y Quintana sostenían al equipo en la medular y Alvarito rondaba el gol con un zurdazo que lamía el poste. En contra, el Málaga evidenciaba falta de profundidad si bien Aridane y Migue sufrían con los desmarques de Santos a la espalda. Los boquerones apretaban al final con un bombardeo sobre el área de Jesus, pero de nuevo el extremo sevillano contragolpeaba con un gran centro que peinaba el flequillo de Nico.

Cervera retiraba en el descanso a Nico y Abel para refrescar con Aitor y Santamaría y repartir los minutos equitativamente. Sin embargo, la ilusión amarilla quedaba sesgada al inicio al cortar Carpio con el brazo un pase dentro del área, señalando el colegiado el punto de penalti. Charles aprovechaba esa ventaja de once metros diáfanos ante Jesús para poner rumbo al Trofeo de los Trofeos.

El Cádiz CF no se arrugaba. Era una noche para disfrutar. Le buscaba las cosquillas a la defensa blanquazul y por bandas hacía daño. Santamaría se elevaba por encima de su par para cabecear centrado un gran servicio de Aitor por derecha.

Los amarillos perdían la chispa de la primera mitad pero se negaban a dar la batalla por perdida. Se incorporaba Salvi a la contienda y debutaba Rafidine Abdullah, el desconocido pivote del Lorient. Sin tiempo para notar su presencia, En Nesiry sentenciaba la final al encontrarse el balón por el error de cálculo de Jesús a la hora de atajar.

El carrusel de cambios de ambos participantes deslucía el final pero no privaba a la hinchada de degustar un tanto magnífico de Aitor García, que con su descaro y su calidad incuestionable comienza a hacerse un hueco en el plantel por delante de veteranos ilustres. El onubense recortaba hasta llegar al pico del área y soltaba un derechazo que añadía emoción a los últimos minutos.

FICHA TÉCNICA:

CÁDIZ CF: Jesús Fernández, Carpio, Aridane, Migue, Juanjo, Garrido (Abdullah, 70'), Abel (Santamaría, 46'), Nico Hidalgo (Aitor, 46'), Álvaro García (Salvi, 70'), Alberto Quintana (Juanpe, 80') y Ortuño (Güiza, 80').

MÁLAGA CF: Aarón, Torres, Kone, Mikel, Juankar, Recio (Kuzmanovic, 76'), Duda, Santos (Pablo, 46'), Chory (En Nesiry, 67'), Juanpi y Charles (Kuki, 77').

Goles: 0-1: Charles, de penalti (50'); 0-2: En Nesiry, (74'); 1-2: Aitor García (88').

Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Amarilla a E. Santos,

Incidencias: Unos 6.000 espectadores en la final del Trofeo Carranza.

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