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Ambiente Cádiz CF-Hércules: Poco ruido y muchas nueces

La afición sufre en silencio y pospone los festejos en una mañana lluviosa en la que José María González 'Kichi' se estrenó como alcalde en Carranza

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Nada que ver con el Cádiz CF-Oviedo. Solo que sobre el césped correteaban once futbolistas vestidos de amarillo, que el partido duró dos tiempos de 45 minutos, que la cita se llevaba a cabo en el mismo escenario… lo típico, y poco más. Porque la afición, protagonista hace dos semanas en el duelo con los carbayones e incluso responsabilizada por ejercer presión sobre sus futbolistas, decidía en el choque con el Hércules sufrir casi en silencio.

El cadismo pospone el festejo para después del encuentro, y una vez atada la victoria y logrado el pase a la tercera y última ronda por el ascenso. No hubo recibimiento al autobús ni mosaico, solo un tifo de Brigadas Amarillas en Fondo Sur, que contó en su grada con el nuevo alcalde de la ciudad José María González ‘Kichi’.

Lo cierto es que tampoco ha acompañado la mañana. Lluviosa y fría, impropia de esta época. Durante alguna fase del partido caía un tremendo aguacero sobre el Carranza. Esto enfriaba también los ánimos de la hinchada, refugiada bajo los paraguas y los impermeables, expectante.

Solo encendían al público las tanganas que se sucedían en la grada. Y por supuesto los dos momentos claves, uno al final de cada tiempo: el gol de Jona y el pitido final. Justo antes de que terminara el duelo, el cadismo hacía un último esfuerzo para infundir ánimos a los suyos, superados por el Hércules y las circunstancias. Entonces, todo ese miedo contenido se desahogaba, y se desbordaba en el estadio con el fin de la película.

Los futbolistas celebraban el pase con sus aficionados en Fondo Sur pero sin excesiva fiesta, porque aún no se ha conseguido nada. Lloraban los jugadores rivales ante una hinchada que se desplazaba a Cádiz con la esperanza del pase. 400 alicantinos tenían que esperar bajo la lluvia a que se desalojara el recinto para poder tomar el camino de vuelta hacia tierras levantinas.

En casa, reconciliada la grada con su equipo tras el varapalo ante el Oviedo, falta por saber qué actitud tomará el cadismo dentro de dos semanas, en la cita decisiva. De momento, en una mañana fea, lluviosa y oscura, la afición se agarraba al lema: poco ruido y muchas nueces.

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