Una decisión arbitral no siempre gusta, pero las reacciones pueden ser de lo más variopintas. En la NBA, en el partido entre los Milwaukee y Timberwolves, a O. J. Mayo no le gustó nada que le pitaran dos faltas en el primer cuarto de partido.
Su disgusto lo llevó a querer encararse con los jueces y los árbitros, y tuvo que ser apartado de la cancha por compañeros y personal del equipo. Intentó varias veces regresar a la pista antes de que lo llevaran escoltado al vestuario personal de seguridad. Jugó sólo 2.47 minutos, en los que falló dos tiros de campo.
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