NBATodos contra los Warriors

La decisión que tomó Kevin Durant el pasado mes de junio provocó un terremoto en la NBA. Los Warriors, el equipo del récord de las 73 victorias en la liga regular, se hacían con uno de los mejores jugadores de la historia para unirlo a la pléyade de estrellas que ya había en su vestuario. Un equipo superlativo junto a Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Aspirantes todos ellos al MVP de la temporada y jugadores «All Star» en la última temporada. Desde ese día, los focos de la canasta mundial se posaron en la bahía de San Francisco y la NBA se convirtió en un todos contra los Warriors.

Lejos de allí, saboreando aún el histórico título conseguido la campaña anterior, LeBron James planeaba el futuro.

Han sido días de vino y rosas para él, héroe para sus paisanos. El «Rey» sin discusión de la NBA. Tras un verano largo en el que incluso tuvo tiempo de pasar por Ibiza, James se remangó para volver con más fuerza. El fichaje de Durant ha sido un acicate para él. Volver a superar a los Warriors y hacerlo con el «35» enfrente es el reto que le hacía falta para retomar la ilusión.

LeBron ha modelado el equipo a su antojo, moviendo las piezas que menos le gustaban y atrayendo a nuevos talentos para la causa. Conformado el vestuario, se ha afanado por conseguir la química necesaria para afrontar el reto con garantías. Una química que aún no se ha visto sobre la cancha –los Cavaliers han perdido cuatro de sus seis partidos de pretemporada– pero que se ha reforzado fuera de ella. La pizzería que LeBron tiene en Columbus hasido el escenario de muchas cenas de equipo en el último mes. Allí, no es extraño verle manipular las masas y bromear con los empleados junto al resto del equipo. Es la manera que ha encontrado para aunar esfuerzos. La única con la que hacer frente a los todopoderosos Warriors.

Porque hace tiempo que LeBron se dio cuenta de que el baloncesto es un deporte de equipo. Durante años, le sirvió con su físico para ganar partidos, pero no para levantar títulos. Aprendió que la solidaridad y el esfuerzo son los mejores compañeros y con esas armas pretende hacer frente al mayor reto de su carrera. «Somos un grupo muy unido, que hacemos muchas cosas juntos fuera de la cancha, pero que tenemos claro dónde está nuestro objetivo. Hay bromas y risas, pero cuando entramos en la cancha todo eso cambia», reconoce un LeBron mucho más relajado que otras pretemporadas.

Los Spurs, alternativa

El anillo logrado el año pasado tras remontar un 3-1 en la final ante Golden State le despoja de una vez por todas de la presión y el fichaje de Durant la traslada a los Warriors. Cada encuentro será una prueba para el equipo de Steve Kerr, obligado a ganar los 82 y a demostrar su superioridad en cada uno de ellos. Enfrente, un puñado de escogidos tratarán de evitarlo. Además de los Cavaliers, los Spurs de Pau Gasol aparecen como los otros aspirantes a derrocar a los actuales campeones del Oeste.

«Lo que me hace estar más tranquilo tras perder a Duncan es tener a Pau Gasol», resumía hace unos días Gregg Popovich, el nuevo entrenador del español en San Antonio, satisfecho con una plantilla que puede aspirar a todo y que esta madrugada (4.30 horas, C+Deportes) será la primera en poner a prueba la fortaleza de Golden State. Un inicio de campanillas para una temporada marcada por el reto de apagar los focos de los Warriors.