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Jesús Bueno: «Estamos lejos de ver una división de la NBA en Europa»

El vicepresidente de NBA en Europa, Oriente Medio y África repasa para ABC la expansión de la marca en el mundo

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Tiene presencia y aplomo. Dos características que debe atesorar todo buen dirigente o jugador de baloncesto. Jesús Bueno (Barcelona, 1969) las muestra en el primer contacto, seguro y sonriente, según avanza por la Casa de ABC. Escucha atento cada explicación, como queriendo absorber conocimientos. Una de sus virtudes, la que le ha llevado de las canchas a los despachos de la NBA, donde ahora dirige los destinos de la liga en Europa, Oriente Medio y Asia.

-Usted colgó pronto las botas... ¿tanto le tiraban los despachos?

-(Se ríe). Me retiré porque tuve muchos problemas con las rodillas. Tuve que operarme y, cuando volví, notaba que estaba más lento, que no saltaba tanto... y que no iba a estar al nivel que exigía la ACB.

Veía que la propia liga me iba a echar y sabiendo que no iba a poder llegar físicamente hasta donde quería, decidí tomar otros caminos ligados al baloncesto. Me surgió la oportunidad de formar parte de la ABP (sindicato de jugadores) y hasta hoy.

-¿Había pensado que sería así su adiós al baloncesto?

­-Por entonces, yo estaba terminando la carrera de empresariales, formaba parte de la Junta Directiva de la ABP mientras jugaba y, bueno, digamos que tenía interés e inquietudes en qué haría cuando acabara mi carrera como jugador, pero sin más. Cuando llegó ese final, más pronto de lo que esperaba en un principio eso sí, lo vi claro. Siempre me había gustado ser parte a la hora de dialogar, buscar soluciones a los conflictos, hablar dentro del vestuario, organizar... Claro que los despachos eran un posible camino, pero nunca en mi vida imaginé que acabaría trabajando para la NBA.

-Como jugador se formó en el Barcelona y, como dirigente, pasó por la ABP y la Federación. Grandes escuelas todas ellas ¿no?

-He tenido la suerte de poder estar en todas las partes de la mesa y siempre con los mejores. Es la mejor manera de conocer todos los ángulos de un problema. Esa doble faceta de jugador y dirigente me ha ido muy bien para entender los 360 grados de un asunto. Comencé en una época en la que la ABP era muy activa, luego llegué a la Federación justo tras ganar el Mundial, con la organización del Europeo de 2007 y todo lo que vino después, hasta la consecución del Mundial 2014... Una época de una intensidad brutal, de la aprendí muchísimo.

«Hace unos años era imposible ver a un chaval imitando el calentamiento de Curry en el recreo»

-Y luego llega la NBA, a la que no puede decirse que no...

-En la Federación viví una época maravillosa, con una vocación muy internacional, pero cuando me llaman de la NBA, como usted bien dice, no se puede decir que no. Llevo aquí desde 2010 y estoy muy contento.

-¿Qué le falta al baloncesto europeo para parecerse a la NBA?

-Yo creo que puede tenerlo todo, pero falta tiempo. El mercado americano está más maduro en muchos aspectos, como los pabellones o los derechos de televisión. El baloncesto allí lleva muchos años a este nivel, y en Europa se van dando pasos poco a poco. Ya hay pabellones como los de la NBA en algunas grandes ciudades y si el baloncesto consigue seguir creciendo, mejorando sus propuestas para acercar al aficionado, al final esa distancia será menos. Claro que se puede tener un nivel similar al de la NBA aquí.

-¿Cuál es el gran reto de la NBA actualmente?

-El cambio en el comisionado ha sido muy tranquilo porque Adam Silver llevaba 20 años junto a David Stern, todos sabíamos que iba a ser el relevo y su visión estratégica era similar. Silver es un hombre que conoce muy bien las nuevas tecnologías y las redes sociales y seguimos avanzando en ese camino, que pensamos que es el adecuado. En los últimos dos años hemos progresado mucho en «social media». Tenemos 1,2 billones de seguidores entre los equipos, los jugadores y la liga y se han hecho 42 billones de impresiones a través de las redes sociales de nuestras publicaciones, lo que demuestra que globalmente la marca se está expandiendo muy rápidamente. Crecemos rápido y ese es el camino que hay que seguir explotando. Ese es el futuro y el reto. Innovar y ofrecer experiencias nuevas a los aficionados. Acercar el deporte hasta su propia casa.

-La pregunta del millón: ¿dará la NBA el salto a Europa?

-Ahora mismo estamos lejos, porque tiene que haber una infraestructura que lo permita y eso empieza por los pabellones. Actualmente, sólo Londres, Berlín y París tienen un pabellón parecido a la NBA y harían falta más para hacer una división aquí, que sería la fórmula más lógica. Por eso tratamos de acercar la NBA a la gente a través de sus móviles, tablets o televisores. Incluso estamos trabajando en proyectos de realidad virtual, aunque es pronto para hablar de ello. Cada año buscamos interactuar mejor con el aficionado, allá donde esté.

-¿Cómo de lejos se ve el conflicto FIBA-Euroliga?

-Lo seguimos, porque tenemos buena relación con ambos organismos, pero nos mantenemos al margen con una posición neutral. Nos gustaría que no hubiera conflicto y que se solucione lo antes posible.

«A la NBA me llevaría a Doncic. Está llamado a jugar allí por su talento extraordinario»

-En el plano deportivo, están siendo unos playoffs apasionantes

-Le doy un dato: está siendo la segunda final más vista de la historia de la NBA. Además de la televisión, los datos son abrumadores en lo que respecta a las redes sociales y el impacto que está teniendo el evento en todo el mundo. Y no solo las finales, porque hemos tenido unos playoffs espectaculares, con Oklahoma dejando fuera a los Spurs y poniendo contra las cuerdas al campeón. Esa competitividad de la liga es muy buena y demuestra la salud de la NBA.

-Una liga plagada de extranjeros, cada vez más.

-La globalización del baloncesto hace que haya gente que lo practique en todo el mundo. Ahora vas a un colegio y ves a los niños intentando imitar el calentamiento de Curry y eso hace un tiempo era impensable, porque no lo podían ver. Fluye más la información y aparecen más talentos extranjeros. Creo que por segundo año consecutivo hemos tenido más de 100 jugadores internacionales en la liga y es una tendencia que no va a parar. Es parte del ADN de la NBA, no ser solo un producto exportable al resto del mundo, si no hacer partícipes a todos de la liga.

-¿Y a qué jugador se llevaría a la NBA?

-Europa tiene muy buenos jugadores aunque algunos como Llull han preferido quedarse aquí y seguir logrando éxitos con su equipo. Si tuviera que darle un nombre, quizá Luka Doncic sea uno de los que está llamado a jugar en la NBA por su talento extraordinario. Al final, esto es un proceso en el que influye el momento en el que llegue la oportunidad y las ganas que tenga el jugador de ir, pero el talento fuera de Estados Unidos siempre existe y ahí están los ojeadores para captarlo.

-Y en una final olímpica entre España y Estados Unidos, ¿con quién va?

-Siempre lo he dicho, yo trabajo para NBA, pero animaría a España, que es mi equipo y que, por cierto, está lleno de jugadores NBA, así que doblemente contento. Yo creo que se ha demostrado que hay opciones de que España pueda ganar a Estados Unidos. Pudo pasar en Pekín y también en Londres. Hay talento de sobra en España para ganar ese partido. En Estados Unidos se respeta mucho al equipo nacional. Estaban muy preocupados de lo que pudiera pasar en el Mundial 2014, pero al final no se dio ese duelo.

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