Gran Canaria silencia los pitos al Rey

Felipe VI presidió el palco de honor del Gran Canaria Arena en su primera final como Rey de España. El monarca acudió a las Islas Canarias para entregar el trofeo al campeón del partido entre el Real Madrid y el Barcelona. Una cita que era habitual para su padre y que él ha querido perpetuar en la primera ocasión que ha tenido.

A diferencia del calvario que tuvo que aguantar su padre en Vitoria hace unos años, el Gran Canaria Arena tuvo un respeto casi total cuando sonó el himno nacional y solo unos cuantos radicales, pertenecientes a la afición azulgrana y del Caja Laboral, profirieron pitos y gritos por la independencia en los prolegómenos del partido, a lo que el resto del pabellón ha respondido con aplausos que han terminado por silenciar las protestas.

Florentino Pérez, que prefirió viajar a Las Palmas en lugar de acompañar al equipo de fútbol a Elche, se sentó a su lado en el palco de autoridades. El presidente del Real Madrid presenció por la mañana el triunfo de los canteranos del Real Madrid en la Minicopa, en un partido en el que los blancos superaron al Unicaja (60-83). El que no estuvo en el Gran Canaria Arena fue Josep María Bartomeu, pendiente del viaje a Manchester de Liga de Campeones.