Wanderlei Silva (derecha) conecta un golpe recto sobre su oponente
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Artes Marciales Mixtas

Wanderlei Silva, «el asesino del hacha»

El legendario luchador brasileño destacó por su estilo extremadamente agresivo dentro del octágono y por el respeto que mostraba fuera de él

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Hablar de Wanderlei Silva (Curitiba, 1976) es sinónimo de lucha encarnizada. De batalla a vida o muerte. Un hombre temido dentro del octágono, pero admirado fuera de él. El deportista es considerado uno de los mejores peleadores que han existido en las artes marciales mixtas. Un espartano de 180 centímetros cuyos combates eran un espectáculo por la intensidad y en el que el árbitro debía estar muy encima si no quería convertir la lona en un embalse de sangre.

Tal es su agresividad frente a sus oponentes que es conocido por el sobrenombre de «The Axe Murderer» («el asesino del hacha»). Prontó se forjó un prestigio de luchador violento pues con sus terribles golpes la gran mayoría de sus peleas terminaban por nocaut o por una intervención del «referee».

El brasileño iniciaba una persecución feroz dentro de la jaula que pocas veces era evitada por sus contrincantes. Pero Silva ha sido un deportista con todas las letras, encarnando los valores que esta palabra lleva implícitos. El respeto que mostraba tras las batallas y el sentido de la deportividad propició que, pese al aspecto de matón, muchas son las personas que guardan una gran admiración hacia su persona.

Silva es de la escuela de los luchadores tradicionales del «Valetudo» (antecedente de las artes marciales mixtas). Un peleador que manejaba con gran destreza la pelea de pie mediante duros golpes y con buenas dotes en el suelo (jiujitsu brasileño). Posee una excelsa carrera deportiva en las organizaciones de Pride y UFC. Pero hasta llegar a la cumbre, tuvo que batallar contra todo rival que se ponía en su amplio camino (49 combates, 35 victorias -25 KO's-, 12 derrotas, 1 empate, 1 nulo).

Rampage Jackson y Wanderlei Silva
Rampage Jackson y Wanderlei Silva - UFC

Nació un 3 de julio de 1976 en Curitiba (Brasil). Desde pequeño su vida no fue fácil en su barrio. Su estilo agresivo proviene de las peleas callejeras en las que se veía involucrado. Pronto destacó y quiso hacer de su turbulenta forma de vida una profesión digna. Así con 13 años se introdujo en el gimnasio «Chute Boxe» para aprender muay thai y kickboxing. Su primer combate profesional lo realizó en el «Brazilian Vale Tudo Fighting», donde las peleas eran a puño limpio, sin las protecciones. Ahí noqueó a Dilson Filho brutalmente. Ya había nacido un estilo único de pelea, la agresividad llevado a su extremo competitivo. La IVC fue la primera organización que vio a Silva crecer como luchador.

El 16 de octubre de 1998 «el asesino del hacha» hizo su debut en UFC frente a Vítor Belfort, en lo que muchos han considerado como la peor derrota de su dilatada carrera, pues cayó estrepitosamente (el árbitro frenó el combate) por una combinación de golpes que le dejaron noqueado en tan solo 44 segundos. Pero Silva es un tipo duro. Y se resarció poco tiempo después. Su víctima fue Tony Petarra, que besó la lona a base de rodillazos. El característico estilo del brasileño hizo que el Pride (organización de artes marciales mixtas que se disputaba sobre un ring y no sobre un octágono y que fue absorvida por UFC tiempo después) se fijara en él. En su capacidad de sufrimiento ilimitada.

En el Pride, Wanderlei Silva terminó de explotar. Desde 1999 a 2004 le levantaron la mano como vencedor hasta en 20 ocasiones. Aquí peleó con luchadores de un bagaje extraordinario. De hecho, fue Mirko Cro Cop (con el que había empatado un combate) el que cortó su racha cuando conectó una patada alta de una potencia increíble sobre su cabeza. Fue noqueado. A Silva nunca le ha preocupado tener muchas derrotas. Él ama pelear, el resultado es fruto del combate, pero la adrenalina que segrega durante este espacio de tiempo es algo de lo que este brasileño siempre ha vivido. Y también de sus seguidores. «Yo peleo por mis fans. Amo a mis fans. Tengo que dar un buen espectáculo», decía hace muchos años.

Pese a que cada vez que Silva estaba escrito en un cartel la diversión estaba asegurada, su rivalidad contra Quinton «Rampage» Jackson traspasó todas las fronteras. Auténticas batallas de película. En 2003, salió victorioso. El árbitro detuvo el combate tras contabilizar hasta 20 rodillazos seguidos del brasileño sobre su oponente. Muchas son las peleas en las que desplegó su potencia en el golpeo. Mark Hunt, Kazushi Sakuraba, Dan Henderson, fueron algunos de los enormes contrincantes con los que Silva se batió en duelo. En esa etapa ganó el título del peso medio del Pride, aunque finalmente Henderson se lo arrebató.

«Yo peleo por mis fans. Amo a mis fans. Tengo que dar un buen espectáculo», decía Wanderlei Silva hace años

Tras esta pérdida de cinturón, regresó al UFC en 2007. A finales de este año protagonizó uno de los mejores combates que se recuerdan. Su oponente, Chuck Lidell. El brasileño seguía a lo suyo. «Gane o pierda me gusta dar emoción para mis fans». El combate obtuvo el premio a la «Pelea de la Noche». Cierto es que en su vuelta a los octágonos del UFC no obtuvo muchas victorias, pero cuando lo hacía era sin ningún tipo de dudas. Como la que acabó en decisión unánime a su favor contra Michael Bisping, actual campeón de esta organización.

El final de la carrera de Wanderlei Silva está siendo lo mejor que hubiera deseado. Fue suspendido de por vida por no haberse presentado a su audiencia con la Comisión de Nevada. Previo a su combate programado contra Chael Sonnen en el UFC 175, Silva fue elegido para una prueba al azar de doping. El brasileño huyó de la prueba. Más tarde reconoció que había tomado alguna sustancia que estaba prohibida. Cierto es que la suspensión acabó rebajada a tres años, y que no puede competir en todas la competiciones del ámbito de la USADA (agencia antidopaje norteamericana). Por ello, el brasileño volverá a competir en Japón. La organización «Rizin FF» va a organizar un Gran Prix de peso abierto, donde va a incluir a Wanderlei Silva y Mirko Crocop, por lo que los espectadores podrán volver a deleitarse con dos leyendas de este deporte. La extraordinaria carrera que ha tenido Silva durante 20 años repartiendo golpes y respeto no puede quedar eclipsada por los hechos pasados. «El asesino del hacha» ha marcado un antes después en los luchadores-espectáculo.

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