Miguel Cardenal y Ángel María Villar EFE

Las tres grandes batallas que libró Cardenal

Su pulso con Villar y Escañuela, el reparto de derechos del fútbol y la austeridad presupuestaria han marcado su gestión

Madrid Actualizado: Guardar
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Si de algo no se le podrá acusar a Miguel Cardenal en estos cinco años al frente del Consejo Superior de Deportes es de ponerse de perfil ante los problemas y las polémicas que han ido surgiendo. Precisamente, el pulso que ha mantenido con algunos presidentes de federaciones, sobre todo con el de tenis, José Luis Escañuela, y con el de fútbol, Ángel María Villar, han terminado minando la moral del secretario de Estado. No hace mucho, la voluntad de Cardenal era, si se constituia nuevo gobierno del PP y le ofrecían continuar, la de terminar en otra legislatura la obra que había comenzado. Pero en la batalla por desmontar las querellas criminales de Villar y Escañuela, pese a que finalmente han sido archivadas, se fue dejando gran parte de sus esfuerzos.

Las irregularidades de Escañuela y Villar

Aunque en el fondo no sea lo más relevante de su gestión, sin duda ha sido lo más mediático, pues son dos de las federaciones más importantes y más expuestas a cualquier tipo de polémica. Y pese a que tanto Escañuela como Villar manifiestan haber sido «perseguidos» por Cardenal, lo cierto es que con ambos empezó teniendo una relación cordial, hasta que descubrió irregularidades en las cuentas de ambas federaciones. La resistencia tanto del expresidente de la federación de tenis como del aún presidente de la federación de fútbol de no ofrecer explicaciones por las sombras detectadas en sus respectivas auditorías hizo a Cardenal poner pie en pared ante ambos, y a partir de ahí se desataron las hostilidades.

Escañuela terminó siendo repudiado por los jugadores como consecuencia del nombramiento de Gala León como capitana de la Copa Davis e inhabilitado por sus derroches, entre ellos la compra a cuenta de la Federación de 12.000 euros en caramelos para la cabalgata de Reyes en la que él participaba como Rey Melchor. Por su parte, Villar ha conseguido ir alargando el proceso electoral para continuar un año más como presidente, pero afronta un proceso electoral con bastantes dudas sobre su reelección. Sus adversarios le han llevado a los tribunales, donde se está dilucidando si dio o no trato de favor al Recreativo y el Marino, o si ha entorpecido la celebración de elecciones.

El reparto del dinero del fútbol

Entre las claves del distanciamiento con Villar se encuentra la mayor sintonía que Cardenal ha tenido con Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional y archienemigo del presidente de la Federación. Desde el primer momento, Cardenal encontró en Tebas a un aliado para reducir la descomunal deuda que los clubes españoles tenían con Hacienda. Gracias a las medidas de control del gasto, dicha deuda se ha reducido a menos de la mitad de la que había a principios de 2013. A cambio, el secretario de Estado hizo posible la aprobación del real decreto ley en el que se establecía la venta centralizada de los derechos televisivos, lo que ya está redundando en mayores ingresos para los clubes y en la posibilidad de plantar cara a la Liga inglesa.

Este real decreto ley, que también beneficiará a los deportistas de élite a los que se les asegurará por primera vez sus cotizaciones, solo encontró la oposición de la Federación Española de Fútbol y del sindicato de jugadores, AFE, que plantearon una huelga en las semanas previas a las elecciones municipales y autonómicas de 2015. fue otro de los momentos más críticos de todo el mandato de Miguel Cardenal. Finalmente, la Audiencia Nacional suspendió cautelarmente la huelga y se pudieron disputar con normalidad las dos últimas jornadas de Liga. Entre medias, la FIFA también amenazó varias veces al Gobierno con desalojar a los equipos españoles de las competiciones internacionales si continuaban las «injerencias».

La crisis económica

En su comparecencia de hoy, ha reconocido que «con las dificultades que ha habido, hay personas que tenían todas las razones para decir 'ahí os quedáis' y lo único que hemos recibido ha sido cariño y comprensión». Se refiere Miguel Cardenal a los dos primeros años de la anterior legislatura, cuando desde el Gobierno tuvieron que recortar de todas las partidas para reducir el déficit, entre ellas las ayudas a los deportistas, que decrecieron drásticamente. Pese a ese descenso de la inversión, lo cierto es que el equipo español logró mantener el tipo en los Juegos Olímpicos de Río. Mucha imaginación y nuevas vías de patrocinio lograron contrarrestar la falta de presupuesto. Esa es la «batalla» de la que se siente más orgulloso Cardenal. «Desde aquí intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos. Cometemos errores y pido perdón de corazón a quien sienta que no le hemos tratado desde aquí como se merecía», afirmó hoy en su despedida.

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