Ryder Cup con sabor español

Hablar de la Ryder Cup , sobre todo en los tiempos modernos, es hacerlo del golf español. De la mano de Severiano Ballesteros se consiguió que todo el continente europeo se involucrara en el torneo y que el histórico dominio estadounidense se viera revocado. Desde 1979, diez hispanos han formado parte de la escuadra azul (Seve, Antonio y Nacho Garrido, Manuel Piñero, José María Cañizares, Chema Olazábal, Pepín Rivero, Sergio García, Miguel Ángel Jiménez y Rafa Cabrera) y otro más (Miguel Ángel Martín) fue seleccionado, pero no pudo competir por lesión. Además, España ha aportado dos capitanías triunfales (Seve y Chema) y una sede para el recuerdo (Valderrama).

De cara a la edición de 2018, para la que queda justo un año, el protagonismo español va a seguir estando presente. Dentro del campo (si las lesiones y los estados de forma no lo impiden) con tres hombres por los que suspira el capitán Thomas Bjorn: Sergio García, Rafa Cabrera y Jon Rahm . Los dos primeros ya tienen experiencia en esta competición, mientras que el vasco está deseando que llegue el momento de debutar en el torneo que le hizo engancharse al golf.

Lo que no había sucedido hasta ahora era que un español fuera el responsable del aspecto técnico del evento. Alejandro Reyes , un joven almeriense de 34 años, lleva cinco en París con el objetivo de llevar el Golf National a los niveles más altos de calidad. Y a fe que lo está consiguiendo. «Soy ingeniero técnico agrícola y, después de un máster en Inglaterra, me hice greenkeeper con 24. Tenía experiencia previa en campos de Murcia y Almería y aquí me he encontrado con muchos medios para trabajar». De hecho, este andaluz está orgulloso de afirmar: «Si la Ryder se celebrara mañana mismo, estaríamos preparados. El campo está en unas condiciones excepcionales y lo hemos ido comprobando en los Open de Francia de todos estos años». Eso significa que el clima no será un factor que lo enturbie, como ha sucedido en algunas ocasiones. «Seguro que no se va a inundar por mucho que llueva, como ocurrió en Gales en 2010. Tenemos unos drenajes estupendos y todos los jardineros están muy cualificados y motivados».

Reyes, que tiene ahora a su cargo a treinta personas, contará con 160 de cara a la Ryder. «Lo más complicado será controlar al público, pues cuando abramos las puertas entrarán 65.000 personas como locas ; pero el terreno de juego estará impecable: no habrá ni una chuleta, ni un charco».