Paralímpicos

La reinvención de Ricardo Ten

Tras 20 años de medallas en la piscina, el deportista paralímpico logra el oro mundial en ciclismo, su nuevo reto competitivo

Ricardo Ten RFEC
Laura Marta

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Aunque siempre es bonito ganar, también puede convertirse en rutina. A Ricardo Ten se le fue desgastando la motivación de tanto usarla en la piscina. De sus 42 años ha pasado más de 20 en el agua, en la que capturó, entre otras glorias, tres oros, una plata y dos bronces paralímpicos. De Río 2016 se vino sin premios, y observó que se le acababa la energía. Necesitaba reinventarse, volver a sentir la adrenalina de la competición , la alegría de otros podios. Ha recuperado todo eso y más, encima de una bicicleta. Este fin de semana se ha proclamado campeón del mundo de ciclismo en pista y bronce en kilómetro contrarreloj de los mundiales de Río, donde se le agotó la piscina.

La bicicleta no era algo nuevo. Ni en los primeros años de su infancia después del accidente con un tendido eléctrico que lo llevó al hospital y a la amputación de los brazos y una pierna. Ni mientras dedicaba su vida a la natación, pues en pretemporada ponía a punto su cuerpo sobre las dos ruedas. «Nunca me había tomado en serio lo de la bici. Es curioso que me diera cuenta del potencial que tenía porque hacía ciclismo en la pretemporada. Y me di cuenta haciendo triatlón que el mejor sector que tenía era la bici. Pero no veía que podía tener potencial», relata Ricardo Ten para ABC, encantado de haber dado este paso y sorprendido a la vez de que los resultados hayan llegado tan rápido. « Mi primer Mundial en pista y lograr oro y el maillot arcoíris ha sido una pasada . Esta ha sido la primera temporada completa y han sido entrenamientos muy serios desde el primer día. Lo quería hacer bien para ver hasta dónde era capaz de llegar, pero no hasta el punto de llegar y ganar el oro».

Capacidad de sufrimiento

Relata que la adaptación a la bicicleta no ha sido demasiado traumática. «No me ha resultado excesivamente difícil el cambio porque la habilidad y la agilidad ya las tenía. La pista y la piscina se parecen mucho porque se entrena muy parecido, a base de series y con esfuerzos muy intensos, pero breves. Hay muchas similitudes. Otra cosa son las pruebas de ruta y la contrarreloj en ruta que son muchas más largas, tienen que tener más control de los esfuerzos y de tu cuerpo». Pero también asume que tiene mucho que aprender. «Mi mayor debilidad es que no sé dosificar, gestionar los esfuerzos y rendir al máximo . Hay que ajustar los esfuerzos y medirlos mucho. No tengo el control para saber a qué ritmo voy, sobre todo en la pista. Estamos en esa fase de ir descubriéndonos y supongo que con trabajo y entrenamiento lo conseguiremos. Me falta mucha exereincia, muchas competiciones para saber cuál es el momento ideal. Eso todavía se me escapa. Soy un tío que me creo que soy hábil y ágil, pero me falta saber mucho más del mundo de la bicicleta».

Lo confirma el seleccionador, Félix García Casas : «Ha tenido que hacer sus adaptaciones para los muñones de los brazos y los acoples en la bici. E intento que sepa regularse en competición, pero con la impulsividad que tiene es difícil. Lo aprenderá con la experiencia». Pero subraya que Ten le ganó las primeras pedaladas: «Me comentó que quería practicar ciclismo y a partir de ahí se fue introduciendo en los entrenamientos hasta que vimos su gran potencial en los campeonatos de España. Lo que más me ha sorprendido es que es un deportista con todas las letras y las consecuencias . Está acostumbrado y le gusta el entrenamiento, sabe meterse en competición y sufrir al máximo y ahora con su llegada es como una segunda juventud para él porque es todo nuevo y progresa constantemente».

Los elogios siguen: «Tiene una capacidad de sufrimiento increíble cuando se pone un dorsal. Cómo afronta la competición, la tranquilidad con que lo hace, cómo se mete en carrera y es capaz de exprimirse para buscar el máximo objetivo. Será clave y fundamental para el ciclo y Tokio 2020 porque después de la plata en el Mundial de carretera y del oro y el bronce en este Mundial de pista va a ver el abanico de posibilidades que le ofrece la bicicleta». El seleccionador intenta enseñarle o, al menos, aportarle las herramientas necesarias para que se sienta como un ciclista profesional, pero admite que son más las lecciones que él recibe de Ten que las que le da: «Yo aprendo cada día cómo se desenvuelve en la bici y fuera de ella. Es un ciclista con una gran discapacidad y ves cómo se maneja en el día a día, sin necesitar ningún tipo de ayuda... para mí es algo admirable. Una enseñanza y una forma de ver la vida que a cualquier debería hacerle plantearse la suya propia, con las facilidades que tenemos, pese a no tener ninguna discapacidad».

Un buen equipo

Entrenado por Eloy Izquierdo en Valencia, en el club DSTREL Cycling & Paracycling Team, Ten ve un nuevo mundo para retarse a sí mismo. «He tenido la suerte de coincidir con grandes compañeros con mucha experiencia que me han enseñado un montón y que han hecho que ese paso de la piscina a la bicicleta haya sido mucho más fácil. He caído en el mejor equipo que podía caer. La prueba es que en marzo disputamos el campeonato de España por comunidades autónomas en Madrid, pero nosotros fuimos como club, y ganamos».

El oro y el bronce son también para quienes lo apoyan desde siempre. A él y a todo el deporte paralímpico: «Hay mucha gente involucrada detrás que está confiando en nosotros. Proyecto Fer, Liberty Seguros, Federación deportes daptados comunidad Velanciana... y lo que están haciendo por el deporte paralímpico sí es muy importante. Antes este tipo de apuestas no existían, siempre iban hacia otros deportes y es muy de agradecer que nos den esta oportunidad, más allá de la ayuda económica también toda la visibilidad que no están tando, damos a conocer nuestro deporte y dando la oportundidad a otras personas que puedan practicar deporte».

Y, por supuesto, a una familia y unos hijos que, aunque le piden más tiempo para jugar con ellos, saben que su padre está disfrutando otra vez del deporte de élite. Del Mundial de Río se lleva un oro y un bronce, y muchos ánimos para enorgullecerse y seguir creciendo. «Me siento muy querido. Me ha hecho ilusión recibir tantos mensajes, y muchos de la afición granota. Estas medallas también son suyas. ¡Qué grande es ser pequeño! ».

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