Selección española de baloncesto en silla de ruedas, con la plata en Río
Selección española de baloncesto en silla de ruedas, con la plata en Río - EFE

ParalímpicosEl recorte más desigual

El Gobierno proyecta disminuir la subvención del Comité paralímpico mientras eleva el presupuesto para el resto del deporte

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Se apagan los focos. Con Río 2016 diluyéndose en el recuerdo y con Tokio 2020 aún demasiado lejos, las imágenes de los deportistas se van difuminando y con ellas el interés mediático y de las instituciones. Quedan lejos los nuevos sueños olímpicos y, por eso, las ayudas de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) suelen disminuir en esta primera parte del ciclo. Una tónica habitual que se romperá este año según se desprende del proyecto del PGE, en el que se consolidan los apoyos a las federaciones y al Comité Olímpico (COE) -a los que se les eleva la subvención-, pero que deja a un lado al deporte adaptado, castigado con una rebaja de casi el 70 por ciento a pesar de los éxitos conseguidos en Brasil.

La subvención del Comité Paralímpico Español (CPE) para 2017 le devolverá a los años de la crisis. A ese 2013 de resaca tras los Juegos de Londres. Un paso atrás que nada tiene que ver con el resto del deporte español, cuya ayuda general sí se incrementará respecto a la de hace cuatro años.

«¿Acaso nuestros sueños valen menos? ¿No llegamos igual de cansados al final de los entrenamientos?»
David Casinos

«Es injusto que no se nos trate con el mismo rasero. ¿Acaso no somos deportistas? ¿No llegamos igual de cansados al final de los entrenamientos? ¿Nuestros sueños valen menos?», se pregunta David Casinos, cuatro veces medalla de oro en unos Juegos.

«Un desprecio absoluto»

El atleta se refiere al recorte previsto en los PGE para el Comité Paralímpico, que pasaría de los 750.000 euros que recibió en 2016 a los 230.000 de 2017, un 69 por ciento menos. El descenso podría explicarse por tratarse del primer año tras los Juegos, pero ese discurso se viene abajo si se compara con el resto de partidas aplicadas al deporte, cuya cuantía se incrementa tanto en el caso del COE como de las federaciones deportivas. «Me parece un desprecio absoluto hacia un movimiento que ha dado mucho al deporte español. No creo que el deporte paralímpico se merezca esto», señala a ABC Enrique Floriano, que cuenta con nueve medallas en los Juegos a sus espaldas.

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La indignación del movimiento paralímpico va más allá de los números. Es una cuestión de igualdad. De lucha por unos derechos que creen vulnerados con esta diferencia. «No queremos tener el mismo presupuesto que el deporte olímpico, pero sí que se nos trate de la misma forma. Después de tantos años, de cinco Juegos, he vivido momentos muy complicados y hemos peleado por tener lo que tienen todos. Sólo queremos lo mismo. No que a unos nos recorten y a otros les aumenten la subvención. Es una desigualdad. Te sientes que no puedes preparar la competición igual que los demás. Creo que igual vale una medalla paralímpica que una olímpica. Ojalá hubiera sido este año donde hubiera empezado a cerrarse esa brecha y no al revés», señala Casinos, abanderado del equipo español en Pekín 2008.

Reunión CSD y Comité Paralímpico

Desde el Gobierno argumentan que se ha vuelto a los niveles de cualquier año postolímpico, mejorando incluso lo que recibían en 2013. Explicación que no convence al movimiento paralímpico, que ve cómo al resto del deporte español (COE y Federaciones) sí se les ha mantenido y mejorado la subvención. «No, si los políticos no mienten. Recuerdo que hace poco escuché que decían que estaban encantados con que las empresas privadas apostaran por el deporte paralímpico. Es la verdad. Son ellas y no el Gobierno quienes apuestan por nosotros. Sólo hay que mirar a las subvenciones para darse cuenta», denuncia Lia Beel, atleta paralímpica.

«Sí hay dinero público para pagar los premios de los olímpicos, pero no de los paralímpicos...»
Miguel Sagarra

Esa inversión privada se nota en el plan de Ayuda al Deportista Paralímpico (ADOP) cuyo principal aporte son las empresas, con más de un 90 por ciento del total del plan. De ahí salen las becas y las ayudas a la preparación de los deportistas. Incluso los premios por los metales logrados en los Juegos. «Lo más sorprendente de ese incremento de la subvención al Comité Olímpico es que se sustancia para pagar los premios conseguidos en Río, a diferencia de lo que pasa en el CPE que debe hacerse cargo de esas cantidades. Sí hay financiación pública para pagar premios de los deportistas olímpicos, pero no de los paralímpicos...», se queja Miguel Sagarra, Secretario General del CPE. El dirigente, que tiene prevista una reunión para esta semana con el CSD, confía en que ese proyecto de presupuestos cambie en sede parlamentaria y se tengan en cuenta sus reivindicaciones. Mientras tanto, la brecha entre deporte olímpico y paralímpico, lejos de cerrarse, se haciendo más grande.

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