La Txapela, el trofeo más preciado de la pelota mano, está en juego este domingo en Bilbao
La Txapela, el trofeo más preciado de la pelota mano, está en juego este domingo en Bilbao - ASEGARCE

Manomanista 2016La fiesta de «los toreros del País Vasco»

El vigente campeón, Urrutikoetxea, y la revelación del campeonato Manomanista, Irribarria, se citan en Bilbao para disputar el título más grande de la pelota mano

-Madrid Actualizado: Guardar
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Hay quienes, quizá por desconocimiento, definen este deporte como aquel en el que unos 'bestias' se dedican a lanzar una piedra de forma esférica contra el frontón. Sin embargo hay otros —algo más entendidos— capaces de distinguir el arte entre pelotazos. En este selecto club milita uno de sus campeones de otra época, Inaxio Errandonea, quien dice que la pelota mano es el deporte de «los toreros del País Vasco» que, está tarde desde las 17.00 horas en Bilbao, ponen en juego su trofeo más preciado, la Txapela.

«El pelotari no es el médico del pueblo pero sí que se ha dicho siempre que es el torero del País Vasco; hay mucha tradición», suscribe Errandonea, que ahora ve «los toros desde la barrera» después de retirarse con cuatro Txapelas en las vitrinas, todas ellas en la modalidad de parejas.

Para quien no sea muy aficionado, conseguir una Txapela es lo mismo que ganar la Champions, en fútbol, o un Roland Garros, en tenis.

«No sé lo que pesa una Txapela, pero sí sé el peso que te quitas al ganarla»

En total 14 Txapelas colecciona Juan Martínez de Irujo, uno de los mejores pelotaris de la historia que aún se mantiene en activo. Pese a tener más txapelas que nadie ahora mismo, reconoce que nunca se ha parado a pensar lo que pesa este trofeo de lana. «No sé lo que pesa, pero sí que sé el peso que te quitas de encima al ganarla», explica entre risas Irujo, quien habla con una normalidad inusual para alguien que ha marcado una época en lo suyo.

Los dos tenores

Junto a Aimar Olaizola, su gran rival, Irujo lleva casi una década protagonizando épicos duelos en los frontones con más solera de España, todos ellos en el norte de la península. El de Pamplona, por ejemplo, se llama Labrit, pero muchos lo conocen como «La Bombonera» y es que, como suscribe Irujo, «el ambiente en el frontón es espectacular y muy sano».

Olaizola (azul) y Martínez de Irujo (rojo) son los dominadores del circuito de pelota
Olaizola (azul) y Martínez de Irujo (rojo) son los dominadores del circuito de pelota - ASPE

Habitualmente el Campeonato Manomanista —modalidad individual— corona con la ilustre boina al mejor pelotari del curso y este año, además, toca sorpresa, no van a estar ni el Djokovic ni el Cristiano Ronaldo —como prefiera cada cual— de la disciplina. Irujo y Olaizola, grandes dominadores de los últimos años y habituales en el enfrentamiento final, lo verán desde casa. El «León de Íbero», como llaman a Irujo, no pudo participar en el torneo tras fracturarse un dedo en la competición de parejas y Olaizola, por su parte, fue superado por un chaval de 19 años que hoy es finalista y que, una semana antes de enfrentarse a él, le guardaba el respeto normal que alguien que acaba de empezar le ha de guardar al Cruyff de su deporte.

Los dos finalistas

Después de barrer del frontón de Soria a Jaunarena en octavos de final —le ganó por 22 a 2—, Iker Irribaria, debutante en el torneo, confesaba a ABC que en la ronda siguiente, cuartos de final, «ni a él se le ocurría poder ganar a Olaizola, ni a Olaizola se le iba a ocurrir perder contra él». Pues bien, le ganó poniendo en todo lo alto su candidatura para la Txapela.

A partir de ahí, la figura de Irribarria, un zurdo con cara de niño de 19 años nacido en Arama (Guipúzcoa), ha crecido a base de pelotazos hasta llegar a la final de hoy en Bilbao, donde se ha citado con Mikel Urrutikoetxea, el vigente campeón del Manomanista, tras doblegar a otros dos campeones —el propio Olaizola y Bengoetxea— en el año de su debut. El sobrenombre de «matacampeones», después de su concurso, parece justificado.

Urrutikoetxea (de rojo) e Irribarria (de azul), serán hoy los protagonistas de la final
Urrutikoetxea (de rojo) e Irribarria (de azul), serán hoy los protagonistas de la final - ABC.ES
«No tengo que callar ninguna boca»

Urrutikoetxea es el actual portador de la Txapela y hoy hará historia al disputar su cuarta final consecutiva entre todas las modalidades de la pelota vasca. Por si esto no fuera suficiente aval, «Urruti» tampoco ha dado opción a los rivales que se ha ido encontrando por el camino; una ruta que este año, a diferencia del pasado —cuando entró a la final sustituyendo a Bengoetxea, lesionado— ha recorrido pasando por todas las estaciones.

«No tengo que callar ninguna boca, creo que ya he demostrado lo que tenía que demostrar», comenta Urrutikoetxea a ABC días antes de un partido que afronta con la tranquilidad de quien ya sabe lo que es calarse la Txapela. «Tampoco le doy muchas vueltas», afirma, seguro, el pelotari.

Día grande

Urrutikoetxea e Irribarria competirán por el trofeo más importante de la disciplina pero también compartirán vestuario antes de saltar a la cancha. Precisamente esta es una de las particularidades que más llama la atención de la pelota por ser impensable en otros deportes. «En el vestuario se habla de todo menos del partido, hasta comentamos si ha pasado algo en política», confiesa Irujo, a quien respalda Urruti: «En el vestuario siempre hay más pelotaris y nunca estás pensando en la final, son momentos muy bonitos».

«En el vestuario se habla de todo menos del partido»

Antes de que comience la velada y mientras los protagonistas estén poniendo a puntos sus manos y a la vez mejores armas, la fiesta estará en las gradas del pabellón, donde aficionados de uno y otro entonarán cánticos de apoyo bajo las zamarras oficiales de sus ídolos. «Son días preciosos», subraya Urruti quien, como la mayoría de pelotaris profesionales, antes de «torero» también ha catado la grada para animar a sus ídolos.

Ahora son otros los que animan y otros niños los que visten las camisetas de los pelotaris del momento, pero el sentimiento de fondo es el mismo y Urrutikoetxea lo conoce bien. «Yo también he sido chaval, siempre he tenido algún pelotari que me gustaba y conseguir la firma de uno de ellos me hacía una ilusión terrible», confirma el defensor de un título que todos quieren ganar pero que sólo dos están en disposición de hacerlo: el actual campeón y el «matacampeones». Toca disfrutar.

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