Europa echa el resto para ganar la Ryder

No hay nada peor que una fiera herida. Al golf europeo le sentó fatal perder la Ryder Cup de 2016 en Hazeltine y, aún peor, la Solheim Cup 2017 en Des Moines . Los hombres tuvieron alguna opción de pelear por el triunfo en Minnesota, pero las mujeres fueron totalmente avasalladas en Iowa. De manera que, después de unos años de bonanza (Europa llevaba ganadas siete de las últimas nueve Ryders y dos de las tres Solheims más recientes) ahora toca apelar a la épica para reconquistar ambos trofeos.

El caso femenino se torna un camino de espinas, pues a la debacle deportiva se le suma también la organizativa que ha llevado al LET casi a la ruina. Así que, empezando la casa desde los cimientos, un grupo de expertos entre los que se encuentra Marta Figueras-Dotti tratará de recuperar el prestigio y el espíritu ganador que siempre tuvieron las golfistas continentales. Lejos de rivalidades y con un talante de lo más deportivo, sus rivales del LPGA van a apoyar esa reconstrucción.

Ahora bien, en lo referente a la cita de París del próximo mes de septiembre, no hay lugar para cortesías y ya están saltando chispas entre ambos bandos. Muy crecidos por haber arrasado en la Presidents Cup el pasado mes de octubre, los estadounidenses ya empezaron a decir que su viaje a la Ciudad de la Luz iba a ser poco menos que un paseo triunfal. Que con los datos en la mano (cinco de los ocho primeros del ránking mundial son americanos) lo tenían casi todo hecho.

«Si este torneo se midiese por tabla mundial ellos ganarían siempre y se ve que no es así», comenta con la cabeza fría Jon Rahm. «Se trata de una competición match-play y no tiene nada que ver con otras. Solo hay que ver cómo Tiger Woods , que fue el mejor jugador del mundo, no consiguió grandes resultados en la Ryder. No nos viene mal que se vayan confiando».

El compromiso de los jugadores europeos para llegar a tono al otoño parisino es total y las figuras eligen los torneos adecuados para estar en plena forma entonces. «Tengo unas ganas enormes de vivir ese momento, porque es la competición con la que me aficioné al golf y nada me gustaría más que poder repetir los éxitos que lograron Seve y Olazábal», prosigue el de Barrica. De momento está clasificado para el equipo, junto a Sergio García , y nadie duda de que será uno de los bastiones de la escuadra local. «Me encantaría jugar con Sergio o con Rafa, por aquello de hacer una pareja española, pero, si no es así, disfrutaré con cualquiera; igual con McIlroy podría hacer un dúo explosivo», bromea.

El Circuito Europeo está dando todas las facilidades a sus jugadores para intentar clasificarse, independientemente del continente en el que jueguen. Recuperar la Ryder es crucial.