Ana Lozano, durante la entrevista con ABC
Ana Lozano, durante la entrevista con ABC - Belén Díaz
Atletismo

«El deporte solo es un juego, me preocupa más el futuro del planeta»

Ana Lozano, atleta revelación de la temporada antepuso la Biología evolutiva al atletismo. Ahora, con 26 años, dará la batalla en el Mundial de Londres

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A Ana Lozano da gusto verla competir con esa zancada elegante y ese descaro que han maravillado a propios y extraños esta temporada. Pero sobre todo da gusto escucharle relatar su peripecia vital, a caballo entre las pistas y la investigación. Durante dos años, el atletismo estuvo en un segundo plano porque lo primero era centrarse en un máster en Biología evolutiva asociado a la Universidad de Harvard que cursó en Groningen, Múnich y Montpellier. Sus proyectos de fin de máster se centraron en genética de poblaciones y ecología evolutiva. Después, pudo haber seguido su carrera en Estados Unidos, pero no lo hizo:«En Harvard no tenían proyectos en las áreas de investigación de mi interés», argumenta.

Aunque volcada en los estudios, jamás dejó de entrenarse.

Su preparador, Javier Cañadillas, le enviaba las pautas y ella sacaba tiempo de donde no lo había. Y al fin, el verano pasado, decidió apostar por el atletismo: «Me di un plazo de un año, a ver qué pasaba». Lo que ha sucedido es que ha superado las mejores expectativas. Su evolución ha sido enorme:sexta en el Europeo de pista cubierta en 3.000, vencedora de los 5.000 en el Europeo por naciones, y el domingo pasado, campeona de España. En el Mundial de Londres que comienza el próximo viernes nadie duda de que va a plantar batalla al dominio de las africanas.

-Podría haber ido a Harvard a estudiar o a un centro de alto rendimiento a entrenarse, pero ha elegido Guadalajara, con su familia y su entrenador. ¿Qué parte del éxito tiene ese entorno de normalidad?

-Precisamente volví a Guadalajara buscando el éxito. Fue premeditado. Además, aquí tenía mi entrenador y no había motivo para dejarle. Aquí soy yo, me siento relajada y las cosas hasta ahora me han ido bien. No me quiero exponer porque sí a un montón de estímulos negativos y de presión. Me parece que, por ejemplo, irme a un centro de alto rendimiento, si no conoces a nadie y no tienes un buen motivo y un objetivo, puede ser contraproducente. Supongo que me terminaría adaptando, pero no veo ninguna necesidad. La tranquilidad de Guadalajara es beneficiosa para centrarme en mis objetivos y olvidarme de todo lo demás. Gran parte de los éxitos vienen de que hayamos creado nuestro pequeño universo deportivo que nos va de maravilla.

-¿A qué no renunciaría de esa normalidad?

-A llegar a la pista de atletismo y ser yo. Si tengo que hacer una broma, gritar o llorar, no me corto. Son cosas que hago porque en las pistas de Guadalajara estoy como en mi casa. Otras personas quizás encuentren esa naturalidad rodeadas de gente a la que no conocen. Pero sé que a mí me costaría.

-Sorprendió verla en su debut en la alta competición con tanta tranquilidad, como si llevara allí toda la vida.

-Me hago muy pequeña en el día a día y me hago grande en el día importante. Me ocurre lo mismo que cuando tenía un examen. Llega el momento y rindo. No me permito ser débil. En el Europeo de Belgrado, que fue mi primera internacionalidad, estuve tan a gusto en las horas previas, que pude sacarlo todo en la competición. Yo también me sorprendí en la línea de salida con tanta confianza y diciendo: «Que se preparen estas». Lo disfruté tanto... Es que me lo pasé bien mientras corría.

-Ha comparado la alta competición con los exámenes. ¿Le ayuda haberse tenido que enfrentar a tantas pruebas en su carrera?

-Me gusta sacar comparaciones de un lado para el otro, en ambos sentidos, y creo que no son compartimentos estancos. Si aprendes a ser fuerte en los estudios, puedes proyectarlo en el deporte. Siempre he sido muy exigente en los estudios, siempre he querido sacar la mejor nota, y vengo de un máster que me ha exigido ser fuerte, tenía que ser fuerte. Me derrumbé muchas veces y me supe poner en pie. Tanta exigencia termina haciendo callo.

-Habla de dos mundos. ¿Sigue teniendo la sensación de estar a caballo entre la Biología y el atletismo? ¿Hay un punto de encuentro entre ambos?

-Lo puede haber a través de la fisiología de la evolución. De hecho, voy a participar en unas charlas TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) y voy a mezclar la Biología evolutiva con el atletismo. Me encantaría poder hacer este tipo de cosas más a menudo, pero es complicado porque este año estoy más concentrada en correr que en estudiar...

-Se refiere a «este año» como si el atletismo fuera algo provisional. De momento, se ha dado un año.

-Sí, necesito ver qué pasa si apuesto fuerte por el atletismo. Porque si hago algo, me gusta hacerlo bien. Y en el atletismo sentía que no podía darlo todo, y no me podía quedar esa duda. Ha habido muchas veces que me he planteado dejar el atletismo, porque veía que me estaba quedando a medias y que me quitaba de hacer otras cosas que me gustaban. Pero al ver que se estaba convirtiendo en un objetivo tan grande, me dije: «Voy a ver qué pasa si dejo todo lo demás y me dedico en cuerpo y alma al atletismo por un año». Y estoy orgullosa de la decisión que he tomado. Ya no me importa si alguien me mira raro por haber decidido dedicarme al deporte...

-¿Y por qué le van a mirar raro?

-Porque estoy rodeada de gente que no hace deporte. Me he pasado la vida explicando por qué hago deporte...

¿De quién habla, de sus compañeros de carrera?

Sí, y también mi familia y mis amigas de toda la vida. No son gente que estén cerca del deporte. Y menos aún en el mundo de la investigación. Pasé dos años explicándoles a los profesores y a los alumnos por qué estaba tan concentrada en correr cuando estaba cursando un máster por el que pelearía mucha gente.

-¿Y en casa qué opinan?

Mis padres no son seguidores de ningún deporte y jamás se hubieran esperado que su hija mayor, la buena estudiante, fuera a decirles que se dedicaba a correr. No son de estos padres que van a los entrenamientos y acompañan a sus hijos a todas las carreras, y casi que lo agradezco porque hubiera sido una presión añadida. Porque igual que sientes su apoyo también sientes la presión de deberles algo. Y yo a mis padres no les debo ningún resultado, ni corro por complacerlos. Casi que les complacería si no lo hiciera.

-Ellos preferían que estudiase.

-Si les hubiese dicho que me quería ir a Estados Unidos, hubiesen sacado el dinero debajo de las piedras. Pero yo espero que a la larga les satisfaga lo que estoy haciendo ahora.

-¿Y volverá a la Biología evolutiva?

-Pues no lo sé. Quizás tire más por la la educación ambiental. Igual que necesito transmitir el mensaje del deporte, necesito transmitir a la Humanidad que tenemos que preocuparnos del lugar en el que vivimos. Pero lo que sí quiero tener es un «plan B». No quiero encontrarme en el final de mi vida deportiva desesperada sin saber qué hacer. Seguiré desarrollando mi lado académico más lentamente.

-Se le ve más preocupada por el cambio climático que por el atletismo.

-Sí, estoy más preocupada por el futuro del planeta. Es que el deporte no es tan importante, es un juego, un maldito juego. Lo importante del deporte son los valores que se transmiten.

-Con esa seguridad que desprende, ahora me va a decir que seguro que se mete en la final del Mundial.

-No tengo tanta seguridad en mí misma. Me hace gracia proyectar esa imagen. Lo que pasa es que me gusta hacer las cosas bien. Creo que soy perfeccionista. La seguridad la estoy trabajando...

-¿Con un psicólogo? Ya no hay deportista de élite que no trabaje con un psicólogo.

Sí, yo también lo hago desde esta temporada, pero el psicólogo no es alguien al que vea con frecuencia. Hablamos solo cuando lo necesito. En el día a día, también trabajo el aspecto psicológico con mi entrenador, Javier Cañadillas. Me ayuda a plantearme objetivos realistas, ser ambicioso a la vez, gestionar el miedo, gestionar la inseguridad...

-También le ayuda no ser ya una niña. No se gestiona igual el éxito con 26 años que con 18.

-Sí, y también el hecho de saber quiénes son realmente mis amigos y los que me han ayudado en todo este tiempo. Ahora que viene el éxito y te llega tanta gente nueva, sé quiénes son los que han estado siempre ahí.

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