TOUR DE FRANCIA

El doble peso de lo «imposible»

Ganar el Giro ante a Aru y Landa obligó a Contador a un sobresfuerzo que ha pagado en el Tour

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Fuera del primer puesto, Alberto Contador no encuentra su sitio. «Soy competitivo», se define. No necesita decirlo. Así ha ganado el Tour, el Giro y la Vuelta. En su generación no hay nadie de su altura. Por eso, acabar ahora quinto el Tour le fastidia. «A otros puede servirles, a mí no». No ha podido con el reto que se fijó al inicio de la temporada: ganar el Giro y el Tour. Venció en Italia ante un equipo Astana, el de Fabio Aru y Mikel Landa, que le obligó a exprimirse. Sin la energía que se dejó en mayo no ha podido estar al nivel de Froome, Quintana y Valverde en la edición de la ronda gala que acabó ayer en París.

Del doblete le tentó que todos decían que era imposible. «No lo es, pero sí muy complicado». Ha cargado en el Tour con la debilidad de su equipo, el Tinkoff, en el Giro. «Si tienes una escuadra que te controle la carrera, no necesitas desgastarte tanto, no tienes que hacer los esfuerzos de contrarreloj que tuve que hacer yo en Italia». Campiglio, Mortirolo, Finestre... Contador ha arrastrado en los Pirineos y los Alpes lo puertos del Giro. El peso de lo «imposible».

Con ese asalto al Giro y al Tour quería aumentar su presencia en la memoria de este deporte. Pocos lo han logrado: Coppi, Merckx, Hinault, Roche, Induráin y Pantani. Contador yano será el séptimo. «No volveré a intentarlo». No tiene tiempo. La temporada de 2016, si no cambia de plan, será la última. Le queda un año. Y lo dedicará al Tour, a reconquistarlo. «El año que viene vendré muy motivado», anuncia. Sabe cuál será su camino. Disputará en primavera las carreras donde ha dejado su mejor huella, como la Vuelta al País Vasco.

Luego, fiel al programa habitual de preparación del Tour, se centrará sólo en la Grande Boucle. «Lo del doblete me ha salido mal, pero no podía dejar el ciclismo sin intentarlo. Prefiero fallar que irme con la duda». Competitivo incluso consigo mismo, con su propia historia. Tras ese Tour final piensa en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (2016). «Me han dicho que es un recorrido duro». Después hará «un punto y aparte». ¿Punto final?

El asalto al doblete le ha pillado en una año especialmente duro. En el Giro no hubo pausa. Landa le acosó hasta el final; le puso contra las cuerdas en el col de la Finestre. Y el Tour 2015 ha sido tremendo: calor, competencia, velocidad... «Ha sido una edición física y psicológicamente muy exigente. El cuerpo no me ha respondido como quería», reconoce. Le duele. Tiene la pierna zurda machacada por la caída en el col de Allos. En 2014 el Tour le tiró y le echó en un descenso en los Vosgos. Como si la suerte le hubiera olvidado.

Desde 2010, desde la edición que le ganó a Andy Schleck, y que luego fue tachada por el positivo por clembuterol, Contador no ha podido con la ronda gala. En su palmarés están la de 2007 y la de 2009. El año que viene, el de su adiós, regresará a medirse con Froome, Quintana, Valverde y Nibali. Y sin el Giro en las piernas. «El Tour es la gran carrera. A mí subir al podio, sinceramente, no me vale. Se me recordará por las grandes vueltas que he ganado, no por los podios que tengo», zanja. Y quiere un Tour más, el próximo. No será fácil ante ciclistas más jóvenes que él. Eso sí, si alguien le dice que es «imposible» aún se encenderá más. Es su carácter.

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