Cuarto oro para Mireia Belmonte

No se guardó nada Mireia Belmonte en los primeros metros. Al contrario que en las finales del miércoles y el jueves, la nadadora española lideró la prueba desde el principio. Sabía que la holandesa Van Rowendaal tenía mucha explosividad, por lo que quiso agotarla desde el minuto uno. Y lo logró aunque le costó mitad de carrera. Después, la piscina fue sólo suya, de una Mireia Belmonte descomunal que gana enteros en cada competición. Cuatro finales, cuatro oros en esta Copa del Mundo.

Hosszu había acumulado ya dos oros y dos récords del mundo en las finales de 100 estilos y 200 espalda, pero se dio de baja de los 400 libres, quizá al comprobar el excelente estado de forma de Mireia. Por eso la máxima rival fue la holandesa Sharon Van Rowendaal, talento natural tres años más joven que la española, que ya ha puesto su nombre en el planeta natación.

Mireia, que se había clasificado con el mejor registro en las semifinales, no escatimó recursos y, al contrario que en la final de los 800, puso ella la velocidad, guió a las demás e impuso la carrera que ella quería. Desde el salto inicial lideró la carrera, sin agotarse, pero con un ritmo con el que controló a sus rivales y en especial a Van Rowendaal. Aguantó la holandesa lo que pudo, pero, poco a poco, Mireia fue dejándola atrás, en cada viraje y en cada brazada arañaba centésimas de ventaja.

Incluso nadó durante buena parte de la prueba en tiempo para mejorar su propio récord, pero se quedó a un segundo. No necesitaba más porque en los últimos cien metros nadó prácticamente sola. De nuevo, a Mireia le faltó una rival que la empujara. Cuarta final, cuarto oro para su palmarés. A falta de una prueba, la del 200 estilos que la que volverá a medirse con Hosszu.