Pepe Luis Vázquez sale a hombros de la plaza de toros de Granada
Pepe Luis Vázquez sale a hombros de la plaza de toros de Granada - EFE

Pepe Luis Vázquez borda el toreo en Granada

El diestro protagonizó una tarde apoteósica con un toreo de raza que enloqueció al público

GRANADA Actualizado: Guardar
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Pepe Luis Vázquez llegó y pegó en la Feria del Corpus de Granada, en un cartel que completaban los diestros José Antonio Morante de la Puebla y Cayetano Rivera. El diestro sevillano dio una lección de tauromaquia que dejó al público sin palabras, toreando con verdad y con naturales de una gran suavidad y gran gusto.

La locura se desató en el coso nazarí. Pepe Luis Váquez dejó grandes detalles de torería, especialmente, al segundo de su lote. La espada le privó de los trofeos a este toro, aunque tras la faena y pese a no haber cortado orejas, los jóvenes le sacaron a hombros de la plaza.

El diestro sevillano recuperó el toreo de toda la vida, el de siempre.

Ahí estaba él. Una tarde, ya emblemática, histórica, que quedará en la retina para siempre de los aficionados. Pepe Luis hizo lo propio con el cuarto. Se vivió otro toreo que transportaba a sabores de antaño.

Toreó con una naturalidad y sencillez innatas. Primero al natural, que remató con cambios y giros de muñeca con gran gusto. Ahí llegó la magia del gran Pepe Luis. La locura se desató en Granada por esa tauromquia irrepetible.

Oreja para Morante y Cayetano

Una oreja cortaron los diestros José Antonio Morante de la Puebla y Cayetano Rivera en el primer festejo del abono del Corpus de Granada, donde Pepe Luis Vázquez, que se retiraba de su fugaz vuelta a los ruedos, puso la torería de siempre ante un flojo encierro de Cuvillo.

Se lidiaron seis toros de Núñez del Cuvillo desiguales, blandos y descastados, aunque alguno resultó manejable pero sin transmisión.

El diestro Morante de la Puebla en la faena a su primer toro, al que cortó una oreja
El diestro Morante de la Puebla en la faena a su primer toro, al que cortó una oreja - EFE

Cayetano pasó casi inédito en su primero, un toro sin fuerza ni raza que no llevaba nada dentro. Lo probó por ambos pitones sin bajar la mano ni forzar, pero el conjunto resultó discontinuo y con poco contenido ante la falta de toro.

Puso enorme voluntad en el sexto, un toro muy justo al que dominó con variedad en las tandas y tremendas ganas de agradar. Comenzó de rodillas la faena de muleta, que resultó ligada ante un toro que protestó su escasez, pero al que sometió en una labor llena de momentos que llegaron al tendido pese a su difícil redondez.

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