José Manuel Soto
José Manuel Soto - JUAN FLORES

José Manuel Soto: «El esfuerzo de mis compañeros merece que la Maestranza se llene»

El 12 de octubre se celebra en Sevilla un festival a beneficio del banderillero algabeño

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El 20 de agosto en Peal del Becerro cambió su vida. También fue un día de agosto, pero en La Algaba, cuando decidió que quería ser torero. «Con trece años se lo dije a mi padre pero fue dos años después, cuando vi desde la carretera a unos chavales toreando en la plaza. Me acerqué a preguntar y me enteré de que había una escuela taurina. Estaban Manuel Velázquez y Manuel Carbonell. El maestro era Luis Arenas, un banderillero algabeño que había ido con José Antonio Campuzano. En octubre, me apunté».

Veintidós años después, también en octubre, vuelve a entrar en la plaza de carros. Ahora lo hace con dos muletas. Ha sufrido la amputación de su pierna izquierda.

Habla tranquilo y sereno sobre lo ocurrido mientras repasa su trayectoria en el mundo del toro. «Debuté en Sevilla en 2001 en una novillada de promoción de Guardiola. Encabezaba un cartel de seis. Tengo recuerdos y no los tengo. Con la muleta, el novillo me dio en el mentón y me dejó inconsciente. No recuerdo nada más. Me metieron en la enfermería y me desperté en la ambulancia».

«El mundo del toro es muy solidario y damos ejemplo de una gran familia que se apoya en momentos duros»

Y llegó a debutar con caballos. «Lo hice en mi plaza de La Algaba, en 2003, con la cosa de saber que después no iba a torear mucho. Luego el trabajo y las obligaciones me empujaron a entrenar menos. Nadie llegó a ofrecerme nada y te desilusionas. En 2007 decidí meterme a banderillero». El caso es que Soto había toreado bastante sin picadores. «Cerca de 35 ó 40 novilladas» pero decidió cambiar el carnet. «Mi amigo José Luis Neiro me animó a vivir y disfrutar del toro como hacía él. Eran fechas buenas pero montaba andamios. En 2010 el trabajo comenzó a aflojar y me planteo entrenar en serio. La época que me tocó vivir como banderillero fue muy mala. Había pocos toros y yo empezaba a pesar de tener una larga trayectoria taurina».

Son años difíciles en los que tiene que darse a conocer. Torea en su pueblo, siempre suelto, con Miguel Ángel León, Esaú Fernández en algún festival y hasta una tarde con Álvaro Lorenzo. El 20 de agosto de 2016 en Peal del Becerro (Jaén) con Adrián de Paula, por primera vez. «No toreaba ese día que cortó mi trayectoria pero estaba escrito. Nadie sabía lo que llevaba hasta que entré en quirófano pero podía haber perdido la vida».

El relato de los acontecimientos es un autentico calvario. «Me metieron en la ambulancia y ya no sentía la pierna. El médico al ver que era algo vascular ordenó mi traslado pero tuve que esperar a que llegara una ambulancia porque no se podía parar el festejo. No me lo podía creer. Me llevaron al consultorio pero allí no podían hacer nada. Tenía apretados los machos y la taleguilla puesta y le pedía al médico que me la quitara porque pensaba que por eso no me corría la sangre, pero había aplastamiento de las arterias».

«Fueron momentos muy duros, no puedo explicar los dolores que tenía. Aguanté como pude los traslados»

Aún le quedaban dos traslados más y tres horas hasta entrar en quirófano. «Esperé otra ambulancia para que me llevara a Úbeda. El camino fue tremendo. En rayos vi los huesos desplazados. Me pusieron una férula de escayola y me inmovilizaron el pie. Creo que se pusieron nerviosos. Cuando llegué a Jaén eran más de las once de la noche. Fueron momentos muy duros, no puedo explicar los dolores que tenía. Aguanté como pude los traslados»

¿Cree que esos momentos son clave para lo que le ha ocurrido? «No soy médico para saberlo pero lo llevo encima, mis dolores y mi pierna no la tengo. Creo que habría que mirar si se pudo hacer algo. Si ocurre una cosa así es que algo ha fallado».

Luego llega una dura estancia en el hospital donde sus compañeros han sido clave. «Su apoyo es el que me ha mantenido la cabeza fría para aceptar y superar el percance. No me han dejado en ningún momento. Más que amigos son como mis hermanos». Ellos han sido los auténticos promotores del festival que se celebra el 12 de octubre. «Cuando llega a amputación reaccionaron rápidamente. Jesús Bayort, José Luis y Abraham Neiro, Antonio Tirado, Manuel Velázquez se pusieron en contacto con la empresa Pagés. Estoy muy agradecido a todos, a la empresa y la Real Maestranza que abrió las puertas para atender mi caso».

«España entera conmigo»

Un apoyo que se ha extendido a las Redes Sociales y a todo el mundo taurino que se ha volcado con José Manuel Soto. «Todos los toreros me han animado. Muchos querían torear así que cada uno va a aportar su granito de arena para darme el sueldo. La verdad es que siento que España entera está conmigo». Los primeros, los de La Algaba donde llevan semanas «vendiendo entradas como locos». «En mi pueblo todo el mundo está colaborando, no puedo dar un paso por la calle si que me paren para preguntarme y darme ánimos». De hecho ya tuvo un homenaje improvisado en la feria de novilladas de septiembre. «No me lo esperaba, vine a ver los toros al palco y me encontré haciendo el paseíllo».

José Manuel está en pleno proceso de rehabilitación. «Me recogen todos los días para ir a Sevilla a la Fraternidad. Me colocan unos sensores en la rodilla para estimular el músculo y hago ejercicios con el fisio». Aún no tiene plazo para que su vida vuelva casi a la normalidad. «Cada día va mejor. Los médicos tienen las mismas ganas que yo de verme con la prótesis puesta. Puede que en unos meses». No podrá volver a ejercer su profesión pero estará cerca del toro. «Por desgracia no podré ser banderillero pero quiero seguir en la escuela de La Algaba con mis compañeros y también tener calidad de vida».

No quiere polémica con respecto al cartel con más o menos figuras. «Están los que tienen que estar», aunque espera que sea un día pleno. «Sé que es difícil pero el esfuerzo de mis compañeros merece que la Maestranza se llene. Se están dejando el alma en el festival». Y manda un mensaje: «El mundo del toro es muy solidario y damos ejemplo de que somos una gran familia que se apoya en momentos duros como el mío ahora».

Es consciente de que es un homenaje histórico ya que nunca se ha hecho un festival en la Maestranza para un banderillero. El 12 de octubre será un día «emotivo y emocionante» en el que podrá recuperar y añadir a esos recuerdos borrados de cuando empezaba como novillero sin caballos.

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