TOROS

La afición de Sevilla, a examen

Un análisis de cómo ven al público de la Real Maestranza los aficionados de otras plazas de España

El público es el que llena los tendidos de la plaza J.M.SERRANO

LORENA MUÑOZ

La afición de Sevilla es entendida, respetuosa con los toreros y más amante del arte que del toreo de valor. Esta definición bien podría encajar (o no) con la visión que tienen los sevillanos de sí mismos, pero, ¿cómo nos ven los demás? Preguntamos a dos aficionados de fuera, asiduos a la Real Maestranza, para que nos den su opinión.

Lorenzo Clemente, es abonado de Madrid aunque ve toros por toda España igual que Isidro del Pino, que además de su abono en Logroño, conoce Las Ventas y recorre las plazas del Norte y Francia.

¿Cómo es la afición de Sevilla? «Es un aficionado muy particular con más sentido de la estética pero menos sentido de la ética, es decir, las gestas toristas que estamos acostumbrados a ver en plazas como Madrid no las llega a valorar. En Sevilla la gente va a la plaza a disfrutar y a ver arte», asegura del Pino. Coincide con Clemente. «La afición de Sevilla es respetuosa con el torero, le gusta el toreo clásico, el toreo bueno, tiene querencia por la parte estética de la tauromaquia, aunque también hay una sector menos abundante y menos ruidoso que en otros cosos al que le gusta la parte épica».

Parte de esta visión coincide con la de Isidro. «En Sevilla también hay aficionados que ven que en la lidia de un toro hay más que estética y que el arte se puede ver en muletazos a encastes duros y minoritarios», asegura y añade que «no puede haber una feria basada solo en las figuras y en las ganaderías que eligen a pesar de que en Sevilla se aprecie más a las figuras que a las gestas del toreo». Lorenzo añade que «la falta de difusión taurina en medios generalistas hace que la gente tenga menos conocimiento de nuevos toreros o qué hierros están en mejor momento».

¿Ha cambiado la afición de Sevilla? ¿Se ha convertido en público? «Desde mi perspectiva de edad, creo que antes había un mayor porcentaje de afición que seguía a los toreros, a las ganaderías y tenía un conocimiento más profundo de la tauromaquia y de los encastes. Es generalizado, no es exclusivo de Sevilla y en Madrid de forma más acusada. El tipo de vida actual hace que no se pueda ir seguido a los toros ni al mismo sitio así que el criterio de la plaza no es homogéneo», argumenta Lorenzo.

Isidro cree que «a la Fiesta la salva el público, que es el 95% que paga y llena frente al 5% de aficionados». Para Lorenzo «no hay duda de que llenan los públicos aunque nos gustaría que fuera de otra forma. Algunos carteles de interés para el aficionado han tenido relativo éxito en taquilla». Ambos creen que hay mayor exigencia para los novilleros. ¿Qué podemos hacer? «Educar, educar y educar», sentencia Del Pino.

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