Fran Gómez posa en la plaza de toros de Sanlúcar, donde hoy toma la alternativa.
Fran Gómez posa en la plaza de toros de Sanlúcar, donde hoy toma la alternativa. - FRANCIS JIMÉNEZ
TOROS

Del juego a la vocación: Fran Gómez se viste hoy de torero

El novillero de Cádiz toma la alternativa como matador de toros esta tarde en Sanlúcar de la mano de Antonio José Blanco y Caro Gil

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El salto al ruedo esta tarde será muy distinto al de hace ocho años y medio en el mismo albero, cuando un mal descabello le restó cualquier posibilidad de alzarse con el premio del Encuentro Andaluz de Escuelas Taurinas. Fran Gómez se desquitó al año siguiente, en San Roque, y sumó uno de sus primeros y más importantes triunfos. A las 18 horas de este 2 de octubre el novillero gaditano vuelve a vestirse de luces en Sanlúcar en la que espera sea la «tarde más feliz» de su carrera profesional. Por fin se convertirá en matador de toros, el primero nacido en Cádiz capital que toma la alternativa desde que hace casi siete décadas lo hiciera Curro Rodríguez en El Puerto

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«Hay muchísima afición, más de lo que se piensa, y también mucha gente joven entre ella»

El joven diestro aún no ha elegido el traje con el que se enfrentará a las reses de la ganadería de Domínguez Camacho, bajo el padrinazgo del espada local Antonio José Blanco y el jerezano Caro Gil como testigo. «O uno tabaco u otro azul marino, pero aún no lo he decidido», apunta. No se le advierte ningún atisbo de nerviosismo al joven, que esta semana ha vivido un maratón de entrevistas y reuniones. La de hoy es una cita histórica, por más que él no «quiera comerme la cabeza». Estuvo a punto de producirse hace un año, en San Fernando, pero lo impidieron diversas circunstancias. «Lo importante es hacerlo», consciente de que el llamado mundo del toro atraviesa un momento delicado, tanto en lo empresarial como desde el punto social. Dice el hoy ya torero, que no así a nivel de afición. «En las ferias de Sevilla, Madrid o Valencia es imposible conseguir una entrada, hay muchísima afición, más de lo que se piensa, y también hay mucho joven entre esa afición». Cuesta montar novilladas y cada vez se ofrecen menos festejos para noveles. Por eso, el salto de categoría es tan crucial para la carrera del diestro.

«Mi objetivo es trabajar y trabajar para meter cabeza en las ferias más importantes en cuanto a toreo»

«El domingo –por hoy– cambia todo. Es algo muy complejo. Son muchos años de entrenamiento y sinsabores para poder debutar en la primer división. A partir de ahora hay que seguir trabajando en una línea digna, curtiéndome y adquiriendo experiencia para poder vivir de esto». «Esto» es el toreo, al que el de la calle Torre (1991) lleva dedicado desde hace más de 20 años.

Cuatro años tenía cuando su padre le apuntó a la Escuela Taurina para «jugar», para convertirle en un aficionado más. Con 9 se enfrentó a su primera becerra y a los 14, cuando por vez primera saltó al ruedo con público, sintió que el juego se había transformado en vocación. Esta semana Francisco Gómez Fariña, Fran Gómez, recuerda muchas de las anécdotas que han jalonado estas dos décadas. Finito de Cádiz, que ha venido desde Madrid para acompañarle en la previa, o Jesús Arroyo, con quien aún entrena, son algunos de los amigos que se ha granjeado a la par que trataba de forjarse un estilo propio. «Creo que lo tengo», insiste Gómez, que confiesa que más que toreros de referencia se fija en tipo de toreo. «Me gusta más el toreo clásico, de pureza, que el artístico». O lo que es lo mismo, más El Juli, Enrique Ponce o César Rincón que Morante o José Tomás.

Las Ventas y Calasparras

A partir de esta tarde, en la que espera «disfrutar y hacer disfrutar», Fran Gómez seguirá explotando ese estilo personal para tratar de alcanzar la gloria. Una muy humilde, de pies anclados a la tierra. «Mi meta es trabajar y trabajar para meter la cabeza en ferias importantes a nivel de toreo y aficionados, como las de la comunidad de Madrid y, por supuesto, volver a pisar Las Ventas. La plaza más importante del mundo, en la que ha toreado en un par de ocasiones. Sobre todo recuerda la tarde con los novillos de Conchi y Sierra, y el mejor de los trofeos: estar considerado como uno de los tres mejores novilleros del país. Los éxitos del gaditano han traspasado un océano y de su etapa de novillero también se recordará sus frecuentes actuaciones en América y así como sus buenas tardes en Arganda del Rey y, sobre todo, Calasparras.

El momento del joven diestro ha llegado. Siete años después de su debut en la plaza de toros de El Puerto y tras casi medio centenar de apariciones en cartel. Hoy se viste de torero, de tabaco o azul. Empezará a hacerlo por el lado derecho (una de sus dos supersticiones, la otra es que nunca reposa la montera en un lugar blando), se encomendará a sus santos y emprenderá el paseíllo más especial de su vida. Desde esta tarde, en Sanlúcar, Cádiz ya tendrá su torero: Fran Gómez.

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