Morante de la Puebla, en un muletazo repleto de torería
Morante de la Puebla, en un muletazo repleto de torería - LUIS FELIPE HERNÁNDEZ

Morante de la Puebla cuaja su mejor faena en México

Cortó dos orejas y a punto estuvo de lograr el rabo tras una obra rebosante de arte

MÉXICO D.F. Actualizado: Guardar
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Cuando se es, no hay vuelta de hoja. Morante de la Puebla es un artista consumado y a este tipo de toreros que muchas tardes «no se les da la gana», porque no se sienten, porque no se vibran, porque no les gusta el toro, porque no están contentos con el clima, porque simplemente no es su día, les basta una faena para revalorizar su figura. Este domingo la Plaza México se entregó al arte puro del sevillano, que disfrutó como pocas veces más de lo que siente.

Desde su primero, en el que esbozó ya la calidad, el temple y la finura de su toreo, hasta que llegó al cuarto, en el que pudo expresar todo el sentimiento, la profundidad y la magia de su toreo.

Cada uno de los muletazos eran distintos, porque el arte nunca es igual. Un trazo, la mano más baja, más lenta, acompasado el cuerpo, con el mentón clavada en el pecho, con la mirada perdida, como usted quiera, pero todos sus movimientos fueron estructurando la mejor faena que ha realizado en la Plaza México.

Vuelta al ruedo con las dos orejas
Vuelta al ruedo con las dos orejas - L. F. H.

Corrida 14 Plaza México. Unas 12 mil personas aproximadamente en tarde fría y despejada.

Tantas veces que a la ganadería de Teófilo Gómez se le ha relacionado con astados de poco trapío, han logrado que cuando sale un toro de hocico fino, de paliabiertos pitones, corto y bajito, lo protesten de inmediato. Así sucedió con el tercero de la tarde, que en cuanto a presencia desentonó del resto, en el que hubo astados serios y con buen trapío.

Los nuevos ganaderos José Manuel, José Roberto y Silvia Gómez, están tratando de cambiar el «sambenito» de ser una vacada de toros chicos, pero eso va a llevar tiempo y mucho trabajo.

Lo que sí, por fortuna, permanece, es la calidad, nobleza y clase. Las hubo en los tres primeros toros, sobre todo en el cuarto que además fue arrastrado lentamente.

Morante de la Puebla, al tercio y dos orejas.

El Payo, palmas y al tercio.

Armillita IV fue silenciado.

Salió al tercio el banderillero Gustavo Campos. Hubo una ovación a la memoria del ganadero Alejandro Arena. El juez Jorge Ramos cuestionadísimo tras sus negativas para conceder merecidos trofeos en otras tardes, ayer concedió dos de las orejas más rotundas de la Temporada Grande.

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