El ganadero Juan Ignacio Pérez-Tabernero , propietario del hierro de Montalvo y que ha recibido el III Premio de Tauromaquia de Castilla y León, ha abogado por una innovación en la estructura de la Fiesta brava basada en la crianza sostenible.
«Es necesario innovar si no queremos caer en un espectáculo rancio y obsoleto, y para eso necesitamos una mayor comunicación para lanzar una serie de mensajes fundamentales como la necesidad de llegar a una crianza sostenible», ha defendido el criador salmantino.
Ha descansado este concepto de crianza sostenible sobre aspectos relacionados con la cultura, la mejor difusión y comercialización de la carne del toro de lidia y el fomento del turismo en la ganadería «para ver al toro en su ambiente, cómo vive y cómo se maneja», ha subrayado después de recibir el galardón de manos del presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera .
Mantenimiento de la Fiesta
Otra de las reivindicaciones del ganadero ha sido el aumento del precio de los toros después de años de crisis en los que, con el sacrificio de madres para ajustar la oferta a la demanda, los criadores contribuyeron al mantenimiento de la Fiesta.
«La nuestra es una profesión absolutamente complicada. Hemos pasado la crisis y hemos hecho los deberes , la parte que nos correspondía, pero el precio no sube e incluso en algunas plazas sigo cobrando los mismo que en 1993», ha lamentado.
Por debajo de los 4.500 euros por cabeza , la crianza del toro de lidia no es rentable, ha añadido antes de recordar que detrás de cada toro hay vacas, añojos, erales, utreros, cabestros y caballos que cuestan trabajo y dinero.
Juan Ignacio Pérez-Tabernero Sánchez ha recibido una escultura de Venancio Blanco, su paisano y vecino de Matilla de los Caños del Río , un toro de lidia engallado que ha dedicado a su familia y a sus antepasados.
A la entrega del premio han asistido, entre otros, los diestros Santiago Martín El Viti, Roberto Domínguez, David Luguillano , Leandro Marcos, Juan Diego, Jsoselillo y una representación de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca con uno de sus profesores, el matador José Ramón Martín, al frente.
