Gonzalo Caballero resultó prendido al entrar a matar al tercer toro
Gonzalo Caballero resultó prendido al entrar a matar al tercer toro - Efe

Cornada a Caballero y oreja para Moral en San Fermín

Faena clásica de Eugenio de Mora en una encastada corrida de José Escolar

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En el segundo encierro, uno de los toros cárdenos de José Escolar, «Diputado», se vuelve hacia los corrales, de los que acaba de salir, y realiza solo toda la carrera. Es lo mismo que hicieron algunos de sus hermanos, en los últimos años. (El chiste es fácil: ¿cuántos diputados merecen volverse a los corrales?).

En un cartel sin figuras, la atención se centra en los toros. Es el signo de esta Feria. Los albaserradas de José Escolar son serios y encastados; de buen juego, cuarto y quinto.

Eugenio de Mora, ya con veinte años de alternativa, le da la lidia adecuada al primero, peligroso, por la izquierda. Mata a la segunda. El cuarto, ese «Diputado», luce dos «velas» y es muy encastado.

Bajo un chaparrón, logra muletazos de mérito, no suficientemente reconocidos, y mata bien. Una faena seria y clásica, merecedora del trofeo, no concedido. Por la cogida de Caballero, mata el sexto, veleto, tan complicado como el primero.

Pepe Moral, que fue dirigido por el gran Manolo Cortés, triunfó en Sevilla con los Miuras. En el segundo, abierto de pitones, manejable, que flaquea, apunta su buen estilo pero el toro se apaga; falla con los aceros. En el quinto, que se mueve y humilla, dibuja muletazos suaves, con clase: oreja. Un diestro sevillano se ha encontrado a gusto con un excelente «Sevillano».

Debuta aquí como matador el impávido Gonzalo Caballero, ganador del premio a la mejor estocada, en San Isidro. El tercero se mueve, pegajoso: el diestro aguanta, con valor, pero no logra imponer su dominio. Al entrar a matar, es prendido por el abdomen y, en el suelo, recibe una cornada en el glúteo izquierdo (salta al quite Miguel Abellán, de paisano); herido, todavía logra una estocada. Tiene una cornada de 12 centímetros, que afecta al nervio ciático.

Rudyard Kipling escribió un hermoso cuento sobre «El gato que iba solo». Al final, comentamos el juego encastado del toro «Diputado», el que eligió correr solo el encierro. Un amigo me pregunta: «¿Cuántos diputados del Partido Socialista Catalán y de la antigua Convergencia se atreverán a manifestarse rotundamente en contra del ilegal referéndum?» Y yo no sé contestarle.

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