Enrique Ponce, en la Plaza de España
Enrique Ponce, en la Plaza de España - Isabel Permuy

Enrique Ponce: «Yo soy el primer animalista»

El maestro de Chiva torea hoy en San Isidro con Daniel Luque y el confirmante Román

MADRID Actualizado: Guardar
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Al iniciar su temporada número 27 como matador, ha cuajado una preciosa faena en la Feria de Abril, parece estar en su mejor momento. Enrique Ponce ha elegido el lugar para charlar con ABC: junto al monumento a Cervantes, en la madrileña Plaza de España.

-La tarde de Sevilla ha sido muy especial: sin abrir la Puerta del Príncipe, quizá el público se te ha entregado más que nunca.

-Esa Plaza nunca ha sido fácil para mí, aunque haya cuajado alguna gran faena. Esta vez, creo que he logrado el reconocimiento pleno de esa afición, tan entendida. Tenía muchas ganas de torear, allí, así de despacito. Puse el alma en esa faena, me brotó de lo más hondo. Creo que eso es lo más bonito y lo más difícil del toreo: emocionar al público con un toro que transmite poco, con la pura emoción que transmite el arte.

-Vuelves a San Isidro el 19 de mayo.

-Y encantado de hacerlo. Los toros del Puerto de San Lorenzo tienen el trapío que aquí se exige y yo he matado muchos de ese encaste. Me ilusiona ser padrino de la confirmación de Román: es muy bonito que un valenciano lo haga con otro valenciano.

«No tengo ningún problema en torear con José Tomás: ni de toros, ni de plazas, ni de televisión»

-¿Cómo ves que se hayan abierto los carteles, dando paso a los jóvenes?

-Perfectamente. A Roca Rey y a Garrido les di yo la alternativa; con López Simón he toreado tardes importantes de su carrera. Me gusta que diestros jóvenes entren en mis carteles, aportan novedad, interés.

-La competencia es fundamental.

-¡Sin duda alguna! Siempre existe, más o menos directa. Y, en todo caso, está la competencia contigo mismo, ser capaz de mejorar: eso motiva mucho.

-Pasaron ya tus momentos de rivalidad con Rincón, Joselito, El Juli... Es inevitable volverte a preguntar por José Tomás: ¿aceptarías torear con él? ¿Qué condiciones pondrías?

-Como siempre, sin ningún problema: ni de toros, ni de Plazas, ni de televisión. Sería bueno que una corrida de esa importancia la pudiera ver mucha gente, por la pequeña pantalla, pero no condiciono nada. Bastaría con que respetaran mis condiciones habituales, al contratarme. Nunca he puesto dificultades para torear con nadie, incluido José Tomás.

-El resto de la temporada.

-No tengo un planteamiento previo. Las contrataciones van surgiendo, cuando los empresarios me ofrecen lo que yo creo justo.

-Un acontecimiento especial: vas a matar seis toros en Istres, el 19 de junio, con música no taurina.

-He toreado allí muy a gusto, las dos últimas temporadas: se cuida todo mucho, acude un público selecto. Ya en Nimes toreé escuchando el «Concierto de Aranjuez» y fue muy hermoso. Esta vez, creo que se interpretarán bandas sonoras de películas y fragmentos líricos.

«Nuestro único país es España. Lo lógico sería concentrarse en lo que nos une y no en lo que nos separa»

-¿Matarías también seis toros en una Plaza española?

-¿Por qué no? Que me hagan ofertas y lo estudiaremos...

-Tú leiste al Manifiesto en la gran manifestación taurina de Valencia, el 13 de marzo. ¿Crees que ha sido útil?

-Creo que sí: por primera vez, se unieron representantes de todos los sectores profesionales taurinos con los aficionados y los de los «bous al carrer», cerca de cuarenta mil personas. Era una reivindicación lógica y justa: ¡ya basta de acosos, ataques e insultos! Somos muchos más los que amamos la Fiesta que los que la odian: exigimos respeto. Seguir callados no tenía sentido.

-¿Cómo explicas a tus hijas que algunos te llamen torturador y asesino?

-Ellas saben de sobra que no es cierto. Desde chiquitas conocen ese mundo. Lo triste es que, lo que ve una niña pequeña, no lo entiendan unos adultos. El toro bravo no es una oveja ni un perro: ha nacido y existe para la corrida. La mayor defensa del toro bravo es que muera en la Plaza; si no, la especie desaparecería. Por su bravura, el toro está preparado genéticamente para la lidia. Yo soy el primer animalista: tengo caballos, perros y también toros. Yo amo al toro bravo más que cualquiera que va de presunto animalista y que no hace nada por el toro: se quieren cargar esa especie, tan arraigada en nuestra cultura. No exigimos a nadie que les gusten las corridas pero sí que nos respeten: es algo legal, miles de personas viven de eso, directa o indirectamente, y es una forma de vida.

-¿No han tardado en reaccionar los profesionales?

-No creíamos que se podría llegar a la actual situación de ataques: hay que reaccionar y más vale tarde que nunca. Ya somos conscientes y estamos unidos para defender la Fiesta.

-Estamos ahora en la Plaza de España. ¿Qué sientes cuando hablan de incluir a Valencia en lo que llaman «los países catalanes»?

-Es un disparate. Para mí, nuestro único país se llama España. Lo lógico sería concentrarnos en lo que nos une, no en lo que nos separa. Yo soy español y, dentro de eso, valenciano. Cuando toreo en Hispanoamérica, me siento feliz de que así me vean.

«Delante del toro me siento absolutamente libre, disfruto de lo que voy consiguiendo»

-Has elegido que estuviéramos junto al monumento a Cervantes y el Quijote. ¿Por qué?

-Como cualquier español, me siento orgulloso de nuestra cultura: debemos reivindicarla; sobre todo, en este momento.

-¿Tiene algo que ver don Quijote con el torero?

-Los dos son soñadores, luchan por sus ideales, transmiten valores: sacrificio, entrega, heroísmo...

-Te voy a recordar algunas frases del Quijote para ver qué te sugieren, como torero: «Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro hombre si no hace más que otro».

-Así sucede, en el toreo. En principio, todos somos iguales. El toro pone a cada uno en su sitio. La trayectoria de cada uno es lo que da valor a cada persona.

-«Libre nací y en libertad me fundo».

-Eso es lo más importante que puede tener cualquier ser humano. Delante del toro, me siento absolutamente libre, disfruto de lo que voy consiguiendo. Lo hermoso del toreo es la libertad máxima; dentro, claro, está, del respeto a las leyes y a todo el mundo.

-«Bien podrán los encantadores quitarme la ventura pero el esfuerzo y el ánimo será imposible».

-Eso es lo que yo vivo como torero: podré estar más o menos afortunado, cada tarde, pero siempre mantengo la ilusión, el ánimo de triunfar. Como dicen, «mi descanso es pelear». Incluso en los peores momentos, siempre he luchado por sobreponerme y estar bien, delante del toro.

Por eso, el torero es un héroe.

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