LOPE DE VEGA

Silvia Marsó: «Stefan Zweig fue un gran pensador, un visionario»

La actriz produce y protagoniza «24 horas en la vida de una mujer», que está hasta el domingo en el Lope de Vega

Silvia Marsó delante del cartel de la obra IRENE MARSILLA

EVA DÍAZ PÉREZ

La popular actriz regresa a Sevilla con una singular versión musical del mundo del autor vienés Stefan Zweig . Silvia Marsó presenta hasta el próximo domingo la versión teatral musicada de «Veinticuatro horas en la vida de una mujer» , un montaje que interpreta y produce esta actriz que busca retos y osadías con cada trabajo. Esta obra de Zweig plantea la historia de una mujer que decide romper con los convencionalismos de su vida para seguir sus deseos. Este drama estará en cartel hasta el domingo en el Teatro Lope de Vega .

Atreverse a llevar el mundo de Zweig al terreno musical no ha debido ser fácil, ¿cómo ha sido este reto de llevar al teatro a un autor de referencias tan intelectuales y literarias?

A mí me persigue siempre una intención de hacer lo más difícil todavía, de buscar el reto, lo arriesgado, lo que no es convencional. Yo soy muy fan de Stefan Zweig desde años atrás y, cuando me enteré de que en París estaban haciendo una obra suya en teatro, fui allí. Se ha adaptado al cine «Carta a una desconocida» y otras obras suyas, pero concretamente en teatro no había visto ninguna adaptación. Fui a París y me enamoré de los personajes y de la música que ha compuesto el músico ruso Sergei Dreznin, una eminencia mundial.

¿Le apasionó esa versión tanto como para trasladarla a España?

Yo ya había leído la novela y me fascinó, pero cuando vi la obra en París volví a sentir la fuerza para afrontar este espectáculo en solitario como productora. Es una obra que habla de las relaciones de una mujer madura con un chico muy joven, del problema de la ludopatía y de las adicciones. Pero también de algo muy importante: cómo el ser humano, a pesar de que se cree libre, nunca consigue vivir en plena libertad. Y menos una mujer. En la obra la protagonista de repente se ve abocada por el destino a tener que tomar las riendas de su vida por primera vez. Eso hace que se dé cuenta de que no ha vivido y que ha desperdiciado su vida hasta ese momento. Es una lección para cualquier espectador. Eso es lo que me dio fuerzas para afrontar por primera vez en solitario mi producción, emulando al personaje de la señora C., y decidir dedicarme en cuerpo y alma a sacar adelante este proyecto.

El estreno en Sevilla coincide con la celebración del día de la mujer. Y en esta obra se reflexiona sobre la libertad de la mujer. ¿Ha pensado en eso?

Sí, y son tres celebraciones. Por un lado la obra que representamos es una reivindicación de la libertad de la mujer. Por otro lado será mi primer proyecto estrenado en Sevilla como productora en solitario. Y además será mi cumpleaños, que tendré la suerte de celebrar en el teatro Lope de Vega.

«La primera obra que representé aquí fue "La gran sultana" de Cervantes con la Compañía Nacional de Teatro Clásico»

¿Cómo ha sido su relación con Sevilla?

La primera obra que representé aquí fue «La gran sultana», de Cervantes, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico con Marsillach como director, en 1992 dentro del marco de la Exposición Universal y aquí en el Lope de Vega. La última vez vine con «El zoo de cristal» de Tennessee Williams, interpretaba a Amanda Wingfield en una producción dirigida por Paco Vidal. En esta ocasión tenemos al director Ignacio García, que es nuestro recién nombrado director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, y uno de los más grandes directores con los que he trabajado en mi vida. Ha hecho un espectáculo que la crítica ha alabado en el estreno en La Abadía de Madrid de una forma muy positiva.

Volviendo a Zweig, ¿cree que el éxito actual del autor de «El mundo de ayer» es porque es uno de esos intelectuales lúcidos que sirve para interpretar no sólo su época sino todos los tiempos convulsos?

Cuando se sigue reeditando es porque era un hombre absolutamente lúcido que veía más allá de su tiempo y nos dejó un legado que es «El mundo de ayer» en el que se habla del mundo, de la vieja Europa y de todo lo que está pasando. No hemos cambiado tanto y teniendo las mismas grietas y contradicciones. Era un gran pensador, un visionario.

¿Qué ha aportado el mundo de Zweig a la Silvia Marsó creadora?

Muchísimo, es inabarcable. La experiencia de compartir escenario con Felipe Ansola, Germán Torres y Gonzalo Trujillo, así como poder cantar en directo con tres virtuosos del violín, violonchelo y el piano. No puedo describir lo que es sentir esa música mientras estoy emocionada en el escenario. Zweig condensa la existencia de un ser humano en 24 horas: pasamos de la atracción, del deseo, de la sensualidad, del amor, de la pérdida, del sacrificio pasando por la agonía, por el dolor, la tragedia. Todo se vive en 24 horas en esta obra. Zweig habla de que a veces el ser humano transita por la vida sin vivirla y a lo mejor sólo un instante de su existencia fue de verdad importante.

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