Jorge Sanz, en un momento de la función
Jorge Sanz, en un momento de la función - Smedia
CRÍTICA DE TEATRO

«Tiempo»: cuenta atrás

Jorge Sanz interpreta este monólogo de Quim Masferrer, bajo la dirección de Ramón Fontseré

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Jorge Sanz arrostra el reto de enfrentarse al público con un monólogo de hora y media, solo interrumpido por las intervenciones de una suerte de celador que vigila que todo se desarrolle correctamente. Esos noventa minutos son los que a su personaje, que se dirige a los espectadores sentado en una silla de ruedas, le quedan de vida, sin que se revelen las causas de esa situación, aunque tampoco importa: el hecho es que está ahí mientras su reloj camina hacia el final. Una cuenta atrás con hechuras de pulso metateatral en el que el intérprete pone en cuestión las intenciones de quienes han acudido a presenciar su agonía.

«Tiempo» (**)
Texto y dramaturgia: Quim Masferrer. Dirección: Ramón Fontseré. Espacio escénico: Llorenç Corbella. Iluminación: Cesc Pastor. Vídeo: Sara Boldú. Coreografía: Martí Prades. Intérpretes: Jorge Sanz y José Sánchez. Teatro Cofidis Alcázar. Madrid

Hay al principio momentos de incertidumbre e indudable interés por el sesgo existencial del envite, abordado con desengañado sarcasmo, aunque según avanza la función da la impresión de que el objetivo es matar el tiempo hasta que el tiempo se agote, y el resultado es una especie de número de El Club de la Comedia estirado al máximo.

Ese hombre que sabe próximo su final dedica sus últimos momentos a expresar su rabia, sabiéndose impune, vituperando a políticos e instituciones y enseñando literalmente el culo a empresas como Iberdrola o Movistar como venganza por los abusos que advierte en ellas. La sátira es higiénica y necesaria, no me cansaré de repetirlo, pero en esta ocasión es menos que epidérmica pese a la aparente contundencia de las palabras. Jorge Sanz, eso sí, demuestra su capacidad de comunicación y mantiene el tipo con desparpajo.

Ver los comentarios