Arturo Fernández y Concha Velasco, en el escenario del teatro Reina Victoria
Arturo Fernández y Concha Velasco, en el escenario del teatro Reina Victoria - ÁNGEL DE ANTONIO

El teatro Reina Victoria echó el telón a los actos de su centenario

Arturo Fernández y Concha Velasco recibieron sendas butacas en una gala presentada por Carlos Sobera

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Concha Velasco y Arturo Fernández fueron los protagonistas de la gala final del centenario del madrileño teatro Reina Victoria. Los dos, «actores que han vivido mil vidas en sus vidas» -según palabras del ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo- recibieron dos de las butacas del teatro, en un acto que reunió a un buen número de personajes de la escena madrileña «de toda la vida», y que unió humor y nostalgia a partes iguales.

Fue Carlos Sobera (acompañado de su mujer, Patricia Santamarina), actual propietario del Reina Victoria, quien presentó esta gala con el que se han querido cerrar los actos del centenario del teatro, inaugurado el 10 de junio de 1916 por el Rey Don Alfonso XIII y su esposa, la Reina Doña Victoria Eugenia, de quien tomó su nombre. «Por unos meses no llegué a la inauguración», bromeó Arturo Fernández, que a sus 88 años mantiene incólume su apariencia de galán, y que se despidió con su clásico: «Chatines, sed felices».

Él y Concha Velasco recibieron una ovación del público invitado unánimiente puesto en pie en el momento en que Méndez de Vigo les entregaba una placa conmemorativa de la ocasión. El ministro recordó en su intervención que el Reina Victoria siempre ha sido «un teatro diferente, añejo y audaz», y que al entrar en él se nota algo especial, diferente y talentoso». De los dos protagonistas subrayó que «los quiere y admira todo el mundo, y han estado tan ocupados cumpliendo sueños que no han tenido tiempo de dormir».

Concha Velasco agradeció a Carlos Sobera el cambio de butacas de la sala. «La has puesto de color teatro; antes, con sus butacas verdes, tenía color de vater». La actriz, que ha vivido numerosas tardes de ovaciones en el Reina Victoria, recordó una anécdota que le sucedió cuando interpretaba «Buenas noches, madre», junto a Mary Carrillo. «Una noche vinieron a ver la obra los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía. Yo al final de la obra me pegaba un tiro detrás del escenario, y los guardaespaldas del Rey no querían dejarme». Finalmente, se impuso el argumento y Concha Velasco pudo, rodeada de perros y de policías, «suicidar» a su personaje.

El homenaje a Concha Velasco y Arturo Fernández fue el colofón a un acto en el que también se anunció al ganador del certamen literario para jóvenes dramaturgos que convocó el teatro, y que ganó Íñigo Redondo, con su obra «Nosotros, vosotros, ellos»; y en el que se presentó el libro que el periodista y cronista de la Villa Antonio Castro Jiménez ha escrito con motivo del centenario: «Teatro Reina Victoria: 100 años de teatro y vida». Castro -que destacó, lo mismo que Sobera, la colaboración de ABC y su archivo fotográfico para la elaboración del libro- recordó que con el Reina Victoria ya tiene Madrid nueve teatros centenarios, al que se sumará próximamente el teatro de La Latina.

Ver los comentarios