Un «Quijote» del siglo XXI cabalga en la Bienal de Flamenco de París

Rocío Molina, Jesús Méndez, José Galván y Mayte Martín en la programación 2017 del teatro Chaillot

Foto promocional de «Don Quijote» Sarah Bonaldo

MARTA CARRASCO

El flamenco siempre ha tenido en París su lugar más europeo. El teatro Chaillot de la capital francesa, el más importante y especializado en danza del país galo, celebra del 7 al 25 de noviembre su III Bienal de Flamenco, en la que participarán, entre otros artistas, Andrés Marín, Mayte Martín, Rocío Molina, La Tremendita, Ana Morales , David Coria, Jesús Méndez y José Galván .

Pero quizás el «plato fuerte» de la Bienal 2017 es el estreno de « Don Quixote », una obra del bailaor Andrés Marín (Sevilla, 1969). Es la primera vez que esta obra se convierte en flamenca. Ha habido antecedentes cervantinas, como fue « La Gitanilla » que hiciera el maestro José Granero para el Ballet Nacional de España en 1996; « Rinconete y Cortadillo », de Javier Latorre en la Bienal sevillana en 2004. En 1982, Luisillo estrenó en el teatro de La Zarzuela un « Don Quijote », más inclinado al baile clásico español, con música de Federico Moreno Torroba .

Dos son los dos directores artísticos del montaje, Andrés Marín y Laurent Berger , quienes han construido un personaje provocador e inconformista con la sociedad que nos rodea; un personaje que, «desde lo performativo o lo musical, desde la literatura o el compás, se aventura en territorios donde el cuerpo, la sensibilidad y la fricción sirven de guías para sublimar la poética flamenca a través del sonido, de la imagen y de la literatura», dice Marín.

Dos colaboradoras de lujo para Marín/ Berger: la cantaora Rosario La Tremendita , que además se ha hecho cargo de la adaptación musical; y la bailaora granadina Patricia Guerrero . Además en el elenco, el bailaor Abel Harana , la percusión de Daniel Suárez , así como el violoncello de Sancho Almendral y, sirviendo de nexo con la época cervantina, un instrumento como la tiorba interpretado por Jorge Rubiales . El original vestuario es obra de la argentina Oria Puppo .

El espectáculo no es habitual ni para el flamenco, y quizás tampoco para la danza en un teatro. Además de las luces de Laurent Bernad , en escena se coloca una pista de skate , así como dos enormes pantallas publicitarias y los dibujos animados de Gaspar el Pinturillas .

El teatro Chaillot no sólo ha coproducido esta obra, sino que ha elegido la imagen de Marín para ilustrar toda su temporada de danza. El teatro además, le ha ofrecido al bailaor tres residencias para el montaje del espectácul o. Las entradas para el estreno de «Don Quixote» están agotadas. En la coproducción de la obra han colaborado la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura y la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Andrés Marín se ha embarcado en esta empresa tras otros arriesgados montajes como « Carta blanca », « Yatra » -realizado junto al francés Kader Attou -, « Ad libitum » o « Gólgota », también con el coreógrafo francés Bartabás .

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