«Permanecemos mientras somos relato»

Miguel del Arco estrena en El Pavón Teatro Kamikaze la obra «Ilusiones», del ruso Ivan Viripaiev

Marta Etura y Daniel Grao, en una escena de «Ilusiones» Vanessa Rabade
Julio Bravo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No tenía Miguel del Arco intención de sentarse este año detrás de la mesa de dirección -los últimos tiempos, argumenta, han sido muy intensos-; pero recibió una traducción de la obra « Ilusiones », del dramaturgo ruso Ivan Viripaiev (1974). Le impactó tanto que volvió a suspender su planeado período sabático para poner en pie el espectáculo que acaba de estrenarse en El Pavón Teatro Kamikaze. Marta Etura , Daniel Grao , Alejandro Jato y Verónica Ronda son los intérpretes de la función, en la que a través de las historias entrelazadas de dos parejas casadas, se revelan las paradojas de la pasión y la muerte, la lealtad y la traición, la verdad y la ficción.

Uno de los aspectos que llamó la atención de Miguel del Arco fue el estilo narrativo , que le planteaba retos muy estimulantes. «Los actores en realidad son cuatro narradores -explica el director-, a los que ni siquiera da nombre el autor; son Mujer1, Mujer2, Hombre1 y Hombre2. La obra se cuenta a través de monólogos que se dirigen directamente al público; aparece fragmentada, los personajes narran momentos singulares, momentos de la vida que se han quedado grabados y que terminan componiendo un mosaico . Esto les obliga a ser en ocasiones escépticas y en otras más comprometidos, y pasan de narradores a personajes. Hay distintos planos de implicación que nos llevan a plantearnos la pregunta de por qué eligen esos momentos y no otros para contarlos». Para ello, añade, se necesita que los actores «se abran en canal» , cosa que han hecho los cuatro intérpretes que se han puesto, por primera vez, a sus órdenes, y que consiguen, añade, que siendo cuatro actores jóvenes -el autor pide que tengan entre 30 y 35 años-, hacer creíble cosas, como, por ejemplo, que uno de ellos es un anciano de 84 años.

Según Miguel del Arco, «Viripaev propone un recorrido vital por la trayectoria de las dos parejas que intentan, juntos y por separado, encontrar su lugar en el mundo ; aunque a veces este lugar aparezca en sitios tan singulares como el interior de un armario o la superficie de una piedra redonda en el desierto australiano».

Los cuatro personajes se observan desde lejos, dice Del Arco. «Atrapan sus historias como si fueran ecos de vidas pasadas que resuenan en el mismo espacio, pero que nada tienen que ver con ellos. Ecos rescatados del olvido a través de la narración. Como si el dolor, las emociones, las inseguridades, las tribulaciones de estos cuatro personajes no pudieran hacer mella en quien tiene encomendado narrar sus vidas. Exponen f ragmentos de sus existencias tan profesionalmente como lo haría un aséptico equipo forense, pero no con el mandato de mostrar un cadáver sino de crear la ilusión de la vida».

Hay una columna vertebral en el texto de «Ilusiones», dice Miguel del Arco, y es que « permanecemos mientras somos relato ». Y añade que eso estaba en «La función por hacer», uno de los acontecimientos más relevantes del teatro español de los últimos años, y que dio a conocer al director. «Crear la ilusión de verosimilitud, que el personaje sea más real que la persona. Y de eso va esta función: de la ilusión de ser ». Esa trabazón entre «Ilusiones» y « La función por hacer » -también, dice, la ha encontrado con otro de sus montajes, «El misántropo»- no es consciente. «Llega después de varios días de trabajo, imagino que me fijo en las cosas que me interesa contar».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación