Pepe Habichuela: «Si no tocas a diario te comen las moscas»

El guitarrista es una de las figuras que participa en el festival pamplonés Flamenco on Fire, que rinde homenaje a su hermano Juan

Madrid Actualizado: Guardar
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La segunda juventud de Pepe Habichuela (Granada, 1944) está dando para mucho. Su vuelta a los grandes teatros, las colaboraciones que le solicitan algunos de los mejores músicos y hacer de cada concierto una celebración, sin duda, le rejuvenecen. En los dos últimos años ha pisado escenarios como el del Teatro Real, el Auditorio Nacional o la sede de la Unesco en París. Hace unas semanas participó en Algeciras en el homenaje a Paco de Lucía y, después de hacer parada en su playa de siempre, Mojácar, vuelve a hacer las maletas para actuar de nuevo en el Festival Flamenco On Fire que se inaugura este miércoles. «Ya mismo me ponen de alcalde en Pamplona -comenta entre risas-. Agradezco que sigan contando conmigo.

Cada vez que voy me divierto porque allí hay buenos amigos y mucha gente a la que le gusta mi guitarra».

Pepe Habichuela se inició empezó profesionalmente en los años sesenta cuando, después de foguearse en las cuevas del Sacromonte, fue reclamado por su hermano para ocupar su puesto en el tablao Torres Bermejas de Madrid. Por eso, por sus más de cincuenta años sobre los escenarios, el festival navarro le rindió homenaje el año pasado. «Ahí gocé. La gente se volcó, el teatro estaba lleno, llevé a toda la familia, a Jorge Pardo, a Camborio y lo pasamos en grande», señala.

Homenaje a Juan Habichuela

El pasado 1 de julio, el patriarca de la familia, Juan Habichuela, fallecía después de una larga enfermedad. Por eso, por la cercanía del duelo, el homenaje en esta ocasión tendrá otro tono. «Este año es otra cosa. En las últimas actuaciones en Mont de Marsan, en Algeciras y aquí en Madrid me he vestido de negro por mi hermano. Le dedicaré el concierto porque para mí era un genio de la guitarra para acompañar al cante», asegura.

Que Pamplona se convierta esta semana en epicentro del flamenco -con actuaciones de Arcángel, Farruquito y Vicente Amigo, entre otros-, tiene que ver con ser cuna de uno de los guitarristas más trascendentes de la historia del flamenco: Agustín Castellón. «Sabicas». Para Pepe Habichuela, «que esto pase en su tierra, dice mucho. Todos los guitarristas somos admiradores suyos de toda la vida». En su opinión todos los flamencos tienen que estar agradecidos a quien «se fue a Nueva York sin saber decir ni buenas noches en inglés y desde allí nos ha transportado la música. Nos la mandaba por correo y cuando recibíamos sus discos los guitarristas saltábamos de alegría», afirma.

La gran novedad de esta III edición del festival pamplonés es un ciclo de micro conciertos gratuitos en algunos de los balcones emblemáticos de la ciudad. En el de la Calle Mañueta, el domingo a las 12 de la mañana, podrá escucharse a Pepe Habichuela. «Cualquier día voy a tocar en una piscina (ríe). Un día es en un gran teatro y otra en un balcón y, como es el homenaje a mi hermano, lo voy a hacer con mucho cariño. Además toco en la calle donde nació Sabicas y eso me va a inspirar», asegura.

Constancia

Para Habichuela, la constancia es básica cuando se sigue en activo superados los 70 años. «Si no tocas a diario te comen las moscas. Al menos tienes que tener a mano siempre tu repertorio; si no, no funcionas». Además de seguir actuando a gran nivel, el mérito de Pepe Habichuela es ser uno de los pocos que puede sonar rancio y fresco a la vez, que ha podido asomarse a otras músicas sin perder la esencia del flamenco. Esa curiosidad innata que compartió con Enrique Morente desde sus inicios ha sido determinante para conseguirlo. El otro factor decisivo ha sido el contacto incesante con las nuevas generaciones. «Yo siempre me he juntado y he aprendido con la gente vieja; con Juan Varea, El Gallina, Pepe el de la Matrona o El Culata, pero también se puede aprender de los jóvenes. Ellos me enseñan a saber estar en estos tiempos», sentencia el tocaor, que espoleó a su hijo y sus sobrinos para que formaran el grupo Ketama.

Al autor de discos tan significativos para la guitarra flamenca como «A Mandeli» o «Habichuela en rama» estará también presente por partida doble en la próxima Bienal de Sevilla. Además de participar junto a artistas de la talla de José Mercé y Tomatito en la clausura, el 25 de septiembre presentará su propio concierto, que ha titulado «Alternativa». «Lo hemos llamado así porque llevo a Alba Heredia, una muchacha granadina de 20 años que promete y que va a estar pronto con los grandes», pronostica.

Pepe Habichuela vive hace tiempo instalado detrás de una sonrisa contagiosa. Asegura que le están llegando proyectos que está deseando contar, pero aún no es el momento. «Lo que sí te puedo decir es que, a mi vejez, estoy viviendo un momento muy bonito. Todos me dicen que estoy mejor que nunca. A ver si duramos cuarenta años más». Así sea.

El festival

Es complicado ver un plantel tan amplio de artistas flamencos en solo cinco días de festival. Y no solo impresiona por el número de actuantes sino por la calidad de los mismos y el equilibrio entre grandes nombres y artistas de nueva proyección. El podio jondo On Fire lo marcan Pepe Habichuela, Arcángel, Farruquito o Vicente Amigo; pero también tienen cabida fenómenos de largo recorrido como Diego Carrasco, Montse Cortés, Belén Maya o Guadiana; sin faltar jóvenes valores como Adriana Castellanos, Juan Andrés Maya o Alba Molina, en su versión flamenca. La dinámica se repite cada día: Conciertos en Balcones, a la hora del «pintxo»; actuaciones principales a última hora de la tarde y conciertos nocturnos cerca de la media noche. En medio, además, clases magistrales, conferencias y proyecciones. Toda una maratón de sonidos, imágenes y sensaciones.

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