Nuria Espert: «Los políticos piensan que la Cultura no da un voto, pero están muy equivocados»

La intérprete, que recibirá mañana el Princesa de Asturias de las Artes, ha criticado duramente la situación política que vive España

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Las puertas del Teatro de la Abadía, en Madrid, permanecerán cerradas hoy y mañana. No habrá funciones de «Incendios», una de las obras más aclamadas de la actual temporada. Un hecho «insólito», como ha advertido Nuria Espert (Hospitalet de Llobregat, 1935), su protagonista y flamante Princesa de Asturias de las Artes 2016, en rueda de prensa en Oviedo. «En el teatro se nos mueren familiares, tenemos cólicos nefríticos, y seguimos actuando. Pero tenía que estar aquí, tenía que venir a recoger este premio, que es un premio al teatro, y lo digo sin una gota de modestia».

A sus 81 años, la actriz mantiene ese aura reservada sólo a los grande intérpretes. «El teatro ideal no existe.

Existe el buen teatro, el comprometido, el trágico, el cómico, pero el ideal... es el que, en ese momento, en ese escenario, es capaz de conmover y convencer, puesto que el teatro es una convención», ha asegurado. ¿Y si ella fuera ministra de Cultura, qué teatro promovería? Espert ha tirado de imaginación: «No creo que fuera buena, tendría una manga muy ancha y apostaría por caminos nuevos y diferentes, trataría de que los impuestos no sean como a los diamantes».

Orgullosa de interpretar «Incendios», «una obra extraordinaria, la mejor de la segunda mitad del siglo XX», considera que en el texto del canadiense Wajdi Mouawad «están los dos caminos que en estos momentos la humanidad puede tomar: la represalia o el perdón y la paz». Consciente de que «precariedad es una palabra que va unida a la educación y al arte en nuestro país», la intérprete considera que el trato que la política da a la Cultura es un «desastre total y absoluto». «Ni una sola vez ha sonado la palabra cultura en los debates. Ha habido tiempo de hablar de todo, salvo de la cultura. Ellos piensan que no da un voto la cultura, pero están muy equivocados. No sé si es premeditado o es pura estulticia, pero la Cultura no ha contado para nada en lo que nos ha pasado y nos va a pasar. Quizás no quieran que sepamos quiénes somos», ha aseverado la intérprete, con rotundidad.

Deformación de la emoción

Estamos ante la gran dama de la escena española y sus palabras resuenan en la sala, en mitad de un silencio atronador. Como si, en realidad, Espert estuviera subida en ese escenario al que acude cada día, pase lo que pase. «Ni nosotros mismos comprendemos cuál es el fenómenos que se produce dentro del corazón y la cabeza de un actor para dejar a un padre agonizante o salir de enterrar a un hijo e ir a hacer función. Es como una deformación de la emoción». Ella misma lo experimento cuando falleció su marido, Armando Moreno, en 1994. Entonces, la intérprete estaba representando «El cerco de Leningrado», de José Sanchis Sinisterra, en Madrid, junto con María Jesús Valdés. «Era para mí como si se hubiera caído el mundo, como una bomba atómica. Después del entierro, fui a hacer la función y en el escenario estaba entera, no era una sombra». Su hija, que llevaba la compañía, le planteó la posibilidad de cancelar las funciones, pero Espert se negó. «Le dije que si podía poner tres funciones diarias, mejor, porque era el único lugar en el que podía respirar. Era eso, o me ingresaban. Allí arriba eres tú y eres la otra, y supongo que cuando te pasa una calamidad enorme va la otra».

Tras esa lección magistral al pasado que marca tu presente, Nuria Espert no ha eludido la cuestión sobre la situación política que vive España. «Se ha prolongado de una manera equivocada y por intereses que no son los nuestros algo que tenía que resolverse de manera democrática. Hubo una votación, España dijo que quería cuatro partidos políticos. Cuando el socialista no lo consiguió, lo lógico es que hubiera pasado a gobernar el partido más votado», se queja la actriz. De hecho, está convencida de que ni siquiera hoy «sabemos si vamos a ir a votar» de nuevo. «Nada de lo que hemos visto en las luchas políticas nos va cambiar el voto, ni siquiera la corrupción hace mucha impresión en los votantes. El domingo se va a algo -en referencia al Comité Federal del PSOE- que se ha postergado de manera deliberada e indecente», ha rematado.

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